En la nueva política cada vez importa menos el candidato que pone la cara, el que aparece retratado en los afiches, el que saluda a la gente en la calle, el que se ve en televisión o el que da declaraciones en la radio. Esa tendencia tuvo su punto más alto en Colombia con el candidato Óscar Iván quien, con su cara de muñecón sonriente, obedecía los movimientos de aquel que con buen o mal sentido lo manipulaba. Uribe era el personaje detrás del candidato, y el muñecón era justo lo que se necesitaba: un candidato fachada.
La tendencia se ha extendido con algunas variantes en municipios y departamentos del Caribe. La lista es extensa, pero ejemplos sui géneris de esta forma de hacer política, las encontramos en Cartagena, como casi todo lo que ocurre en La Heroica. Me ocuparé solo de dos candidatos fachadas, que en la reciente encuesta Datexco para El Tiempo y la W, salen de primero, con empate técnico.
Miren esto. Un equipo de softball (pelota suave o blanda) que se llama Quinto, tocado por un repentino espíritu comunicativo comenzó una campaña de promoción de su club con avisos que decían Quinto con manitas pintadas de colores, en camionetas cuatro puertas, dos puertas, automóviles, gorras, camisetas, que la gente del común, inocente, incauta, pensaba era de Quinto Guerra, candidato a la alcaldía, con más de una década en el concejo municipal.
La promoción del equipo, ¡por supuesto! fue desapareciendo de manera imperceptible, luego que la organización electoral anunciara investigaciones y hasta sanciones por la anticipada propaganda (deportiva). La burla y el desconcierto fueron completos.
La fachada estaba bien montada, con asesores de comunicación de clubes de pelota suave o blanda (softball), que respondían a la prensa nacional sobre las hazañas del club deportivo. La promoción hizo su efecto. Para que sepan todos que la estrategia es transparente, detrás del candidato Quinto no está un fuerte equipo de pelota blanda (softball), todos quedaron engañados, la primera fue la autoridad electoral al pensar que iban a tomar de gran pelota a un candidato con el mismo apellido de un club.
Detrás del candidato Quinto hay más de 10 años de “trabajo” en el Concejo municipal, que resume su colega Pastor Jaramillo “…en los tres años que compartí ese escenario con él, no recuerdo haberle oído pronunciar alguna medianamente interesante idea acerca de seguridad ciudadana, movilidad, educación, fortalecimiento del aparato productivo local, desplazados o cualquier otro tema de cardinal importancia para el porvenir de Cartagena”, declaración dada a El Universal hace unos días.
Pastor se perfila también como candidato fachada de Cambio Radical, apoyado en su momento por William García Tirado, hoy en contra de la candidatura a la alcandía de Pastor. William García, es hijo político de Javier Casseres cuyo “apoyo” le sirvió para llegar al Concejo y luego a la Cámara de Representantes. Pastor, como candidato fachada, no marca en la encuesta Datexco. Falta maquillaje.
El candidato que empata (técnicamente) con Quinto Guerra es Manolo Duque, un periodista que reemplazó al fallecido alcalde Campo Elías en el Noticiero Popular de RCN. Si Duque llega a la alcaldía de la Heroica, RCN será la cadena Radial con más alcaldes en la historia del Caribe, la prensa es influyente.
Manolo Duque salió de RCN con una sintonía tan igual a la de Campo, el mismo dijo que “la tenía clara”, y que nunca seguiría el mal ejemplo dado por Campo a sus colegas. Uno no sabe quién lo convenció, pero cambiar de parecer es fundamento de la definición de política dada por el maestro Azorín “el arte de la coyuntura”. En la candidatura de Manolo, al parecer, todo ha sido coyuntural. Se han combinado factores, momentos, instantes singulares y plurales, hasta la posiciones de los astros. Resultado una candidatura fachada que marca alto en la encuesta Datexco.
Las coyunturas están claras, primero su salida intempestiva del noticiero local de RCN, su hermanada cercanía con José Julián Vásquez, un experto en temas de contratación estatal, licitaciones, y otras bagatelas que según los entendidos en teatro callejero, prestidigitación, maquillaje de fantasía, mimos y narices de pinocho, es el encargado de mover al candidato fachada.
De esta dupla cautivan sus orígenes populares, y el hecho que la candidatura sea presentada por firmas, por el movimiento “Primero la gente” hay que ponerla televisión, peleas de futbol, boxeo, béisbol y luego que firmen. La fachada está bien montada y eso se revela en las encuestas. Sin discusión, que está perdida.
El cardumen de posibles candidatos fachada en Cartagena ha llegado a 23, una cifra que comenzará a reducirse mientras más cerca se esté al 25 de julio, fecha de cierre de inscripciones, momento en que habrá menos candidatos fachada y más “asesores” detrás de ellos. Los movimientos de adhesiones, mangualas, contubernios y alianzas serán tan divertidos como los movimientos del candidato fachada para demostrar que se pinta la cara de payaso cuando a él le da la gana.