En Cartagena hemos tenido una racha de malas noticias ante la opinión pública, principalmente por la inestabilidad política que se ha observado en los últimos meses. Sin embargo, ya se acercan las fiestas de la independencia, lo cual significa felicidad y prosperidad para muchos hogares que se benefician del turismo en la ciudad. Para este año se espera que la ocupación hotelera llegue al 75%, superando el 65% del año 2017, reportado por Corpoturismo, Cotelco y Anato.
Como sabemos, en las fiestas de noviembre llegan muchas personas con ganas de pasar un rato agradable y de disfrutar las fiestas sin mayores contratiempos, es por eso que nosotros como anfitriones debemos resaltar lo bueno que es ser cartagenero, la gente alegre, honesta y trabajadora que somos, esa gente que quiere salir adelante, que puede ser ejemplo de sociedad. Es momento de que cambiemos nuestra imagen ante el mundo, cobremos tarifas justas que no abusen del bolsillo del turista, seamos amables y regalemos sonrisas.
Es la oportunidad para que todos los cartageneros seamos referente de buenas prácticas con nuestros visitantes, que contribuyamos con el turismo responsable: resaltemos el patrimonio histórico que tenemos, la gastronomía que ofrecemos para disfrutar y los lugares exóticos que tenemos para conocer.
De nosotros depende la imagen que se lleva el turista del Corralito de Piedra, este es un llamado para que demos lo mejor de nosotros y nos esforcemos por proteger nuestras murallas, nuestros mares y nuestros espacios públicos. Cuidemos y hagamos respetar la ciudad.
Con el retorno del Reinado Nacional a la programación de las fiestas de la independencia, nuestra ciudad vuelve a tener la atención y el protagonismo que merece en esta época del año y nos llena de orgullo saber que hay gente que aún cree y lucha por los intereses comunes de Cartagena.
Demostremos el cariño y sentido de pertenencia que tenemos por nuestra ciudad, hagamos que cada persona que pise nuestro territorio se sienta como en su casa y se enamore de la ciudad como si fuera propia.
Recordemos que un turista bien atendido es una persona que promociona nuestra ciudad en su lugar de origen y sobretodo, desea volver cada vez que tenga la oportunidad.