Muchos barrios y calles de Cartagena se llenan de alarmas, cámaras y seguridad privada, pero lo más “novedoso” y peculiar es la colocación de rejas, como si se tratara de una cárcel o algo similar. Lo anterior es producto de la inseguridad que perciben y viven los ciudadanos, que, a su vez, es consecuencia, principalmente, de los innumerables casos de hurto que a diario padecen en sus entornos.
Así las cosas, parece que, en palabras de Eduardo Galeano, Cartagena se convierte en una ciudad insomne: unos no duermen por la necesidad de atrapar las cosas que no tienen, otros no duermen por el miedo de perder las cosas que tienen. Las calles de Cartagena las están enrejando. Son las calles de la Cartagena extramuros. No la turística. Señalaba el primer párrafo de una noticia en un periódico local.
Durante el año 2017 ocurrieron 2507 hurtos en el distrito de Cartagena, 6,8 hurtos por día, de acuerdo a las denuncias reportadas en la policía nacional, con el agravante de que muchos hurtos a diario no son denunciados. Según datos de Cartagena Como Vamos, para el año 2017, el 36% de las personas se sienten inseguras en sus barrios, para el 2018 la cifra es de 37%, aumento. Entre los problemas de inseguridad más graves en su barrio son los atracos callejeros, para los años indicados son de 65% y 56% respectivamente.
La situación de seguridad y la percepción sobre esta es tan dramática que ha llevado a que los ciudadanos tomen iniciativas por su cuenta en pro de garantizar la seguridad y el bienestar de los suyos en contravía de lo que establece la Ley 388 de 1997 y el artículo 28 del decreto 1504 de 1998, los cuales prohíben cualquier tipo de cerramiento permanente de los bienes de uso público. Son estas rejas una especie de indicador para entender e interpretar la situación actual de una ciudad que no es fantástica. Si bien no hay una cuantificación de los barrios y calles que han tomado esta iniciativa, barrios como Las Palmeras, Los Cerezos, Las Gaviotas, La Princesa, Chapacua y muchos otros han enrejados sus calles.
Para reflexionar
¿Esta Cartagena condenada a ser una ciudad insomne?, ¿qué políticas o acciones son las pertinentes y adecuadas para combatir el flagelo de los hurtos?, ¿será que las rejas no solo son acciones para impedir los hurtos sino otras prácticas o flagelos que atentan con la vida digna de los cartageneros?