Carta de una sincelejano al presidente Santos

Carta de una sincelejano al presidente Santos

Por: Sol Milena Baquero
marzo 25, 2015
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Carta de una sincelejano al presidente Santos

Antes que nada Señor Presidente quiero que sepa que desde el día sábado 21 de Marzo a eso de las 11:00 p.m cuando me enteré del asesinato del Padre Fernando Meza, sentí asombro, miedo, terror por la triste situación de inseguridad que aqueja a Sucre, pero en especial a Sincelejo. Pero hoy pasados ya tres días del triste acontecimiento experimento rabia, insatisfacción y cólera, pues no logro encontrar respuesta para los interrogantes que vienen a mi mente, ¿Acaso la paz que usted tanto proclama es un evento denominado “la habana exposhow”?, ¿Será que los señores Julio Cesar Guerra Tulena y Jairo Fernández Quessep están tan ocupados pensando en el desarrollo del departamento de Sucre que no tiene tiempo de pensar en nuestra seguridad?, ¿Es necesario clonar a 1000 al general Rodolfo Palomino, para que el departamento recupere la seguridad perdida?.

Me duele profundamente saber que fallé, así como seguramente muchos sucreños pensaran igual que yo, fallé al darle mi voto ciegamente al hombre que promovía la Paz, esa que Sucre pide a gritos, por creer en un proceso que aun hoy no da frutos, porque en mi departamento la delincuencia común se roba la “tranquilidad” que años atrás el hoy General Palomino, nos había devuelto de algún modo. Le confieso que con apenas 28 años, recuerdo que en mi barrio situaciones como: la de los hermanos de mi vecina cuando los mataron en ovejas, que de San Onofre a Sincelejo solo llegaban noticias de asesinatos, violaciones y gente que lloraba en silencio por temor a quienes se tomaron su tierra, recuerdo que Colosó era tierra azotada por pertenecer a los montes de maría y donde los grupos al margen de la ley hacían de las suyas, recuerdo con muchísimo dolor una historia que no me tocó vivir en carne propia, pero que me pesa por ser la historia de mi gente, de mi tierra y esa misma historia que hoy tiene a muchas de las personas que conozco viviendo lejos de su lugar de origen.

Así mismo, me duele profundamente la muerte del Padre Fernando, no fue él quien ofició la misa de mi bautismo o primera comunión y tampoco será el quien oficie la de mi matrimonio, ¿sabe porque?, porque mientras en Sincelejo tenemos un alcalde que posa para la foto, que le encanta la farandula, que figura para los medios y que se jacta de desear las más sinceras condolencias a los familiares del sacerdote, en Sincelejo vivimos sumidos en el terror, ese que la historia relata de muchos lugares de Colombia y que los grupos al margen de la ley o la delincuencia común se han encargado de inyectar en las venas de los habitantes de cada comunidad. Ese terror que tengo cuando salgo a la calle, cuando me subo a mi vehículo y paro en un semáforo, ese que se apodera de mi cuando salgo de trabajar a las 7:00 p.m.

A quien engaño señor presidente en Sincelejo nadie vive tranquilo, no hay estrato social que valga, aquí no se respeta ni al pobre ni al rico, no existe diferencia entre el obrero y el doctor, en este departamento la vida no vale nada para los delincuentes y lo peor nuestros dirigentes no hacen NADA. Aquí el negocio más lucrativo se llama el mototaxismo porque cogen a la policía de títere, los paran en la calle, hacen un retén y si no tiene los papeles en regla o lleva casco, sométase a la frase típica “colabórame y yo te colaboro”.

En este sentido señor Presidente le exijo con la autoridad que me da ser sucreña y parte de los 199,249 ciudadanos que se reportan votaron por usted en la segunda vuelta, ponga la cara, se amarre los pantalones y le exija a los señores gobernador, alcalde y diputados que representan a mi tierra, dejen de lado sus afanes personales por lucrarse y se dediquen a cuidar de nosotros los sucreños, porque claro ahora son cartitas y tarjetas de más sentido pésame, pero en unos meses son solidarios, amables y caritativos porque se avecinan campañas electorales. No crea usted que en Sincelejo vivimos tranquilos, si no respetan a un ciervo de Dios en la tierra, a un hombre que solo promovía el amor, la paz y la reconciliación, no vamos a estar seguros los ciudadanos del común. Por tanto, aprovecho para que el general Palomino sepa cuanto lo recordamos en esta tierra, porque al menos para mí, él es un hombre que se ganó nuestro respeto por su gestión en Sucre, ojala levante su mirada hacia este departamento y no olvide que en sus manos ahora más que nunca ésta la opción de ayudarnos en este difícil situación. Señor Juan Manuel Santos, no olvide usted que aquí en esta tierra, vivimos como en la américa latina de la que Sánchez Juliao hablaba en la fábrica de lápices, aquí nuestras autoridades no reconocen sus errores.

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