Colombia una nación sin memora, eso dicen que somos y tal vez quienes lo digan tengan las razones suficientes para acervarlo. Tal vez yo concuerdo con esa persona, pues de que otro modo podría llamarse un pueblo que ha olvidado su historia, sus luchas, sus muertos y que olvida soñar con nuevas utopías, ¿será que no merece llamarse un país sin memoria?
Olvidamos que todos estamos unidos por una razón, somos colombianos. Colombianos a los cuales la guerra nos ha enfrentado y nos ha sumergido por años en la misma zanja, nos asesinamos los unos a los otros y ¿porqué?, unos por la defensa de sus intereses, otros por la lucha de sus ideales, otros para salvar su vida o para defenderse, o simplemente porque quieren. Un sin número de razones puedes ser mencionadas, cada una de las cuales son validas para quienes las utilizan, y ¿para el resto?, los ciudadanos del común, la sociedad civil Colombiana, aquella que ha sido vinculada al conflicto ¿Debemos aceptarlo? Muchos dirán, resígnate, naciste en Colombia, esas son las condiciones en los que nos ha tocado vivir, ¿Que esperabas? Y yo responderé: ¿Resignación?, ¿no ha habido suficiente hasta ahora? Querido colombiano, sí en las manos de personas como esas estuviese nuestro futuro, no nos alcanzaría la resignación.
No me resigno, ¡no me resigno a aceptar esta situación!, sí esa es nuestra realidad entonces yo soy ilusión, si, una ilusión que cree, puede haber cambio en este país, que no todo está perdido, que mientras existan quienes crean en el poder de la utopía, en su poder de transformación social, podremos entonces permitirnos soñar, soñar un país del tamaño de nuestros sueños, Un país para todos los colombianos. Y aunque muchas veces sea poco probable, déjenme decirles que si es posible, pues solo eso necesitamos, la posibilidad.
Por eso querido colombiano, esta carta es para ti y para todos aquellos que comparten este ideal, que se quieren levantar su voz y expresar lo que sienten, pero que muchas veces no lo hacen. Quisiera que mis palabras sean compartidas, que las apropiaras como tuyas y que junto a mi voz, seamos una sola voz. Una voz que quiere cambio, que quiere justicia, que quiere PAZ.
¿Paz?, todo el mundo habla de paz estos días, pero son muy pocos los que tienen clara su definición. Y ¿tú sabes qué es?, si no lo sabes, te invito a que construyamos juntos una PAZ propia basada en esa ilusión, mientras que refrescamos nuestra memoria, pues como dije al principio creo que hemos olvidado mucho.
Hemos olvidado que la historia de Colombia ha sido forjada con guerras, guerras civiles, guerras bipartidistas, guerras de todo tipo se han dado en este país y que con el tiempo, nosotros todos los Colombianos nos volvimos parte de ella.
Se nos ha olvidado todo ese pasado marcado por conflictos, y ahora solo creemos recordar el más reciente. Sabes algo más, los insurgentes (como ellos se hacen llamar), no son los únicos actores involucrados en el conflicto, son muchos los involucrados, pero pocos los que lo aceptan, así que disolver a las FARC-EP no garantizará la paz, pero si estoy de acuerdo en que será un gran paso en ese largo camino.
Y para aquellos que piensan que las negociaciones son una tontería que deberían acabar “ese problema” por los medios militares, permítanme decirles que la paz nunca se alcanzara a través de la guerra. Entonces es sencillo, esas personas no quieren la paz en este país, puesto consideran que la solución a todos nuestros problemas radica en eliminar al que consideran su enemigo, las FARC. Y así, tratan de omitir o disimular aquellos enemigos históricos con los cuales hemos luchados y que aún actualmente nos atormentan.
Aquellos enemigos invisibles que se vuelven tangibles al palpar aquello que llamamos sociedad colombiana, cuando se asoman visiblemente aspectos como la desigualdad social, la inequidad y falta de redistribución de las riquezas, cuando se concentra mucho en manos de pocos y esos pocos son los mismos, cuando la justicia está medida por tu posición social y no por la infracción de la ley, cuando la salud deja de ser un derecho para convertirse en un negocio, cuando se siguen ignorando los problemas del campesinado, pues nunca se resolvió uno de los problemas principales de este país: democratización de la tierra y sobre todo cuando la Educación el motor de transformación más poderoso de este país, es descuidado pues se piensa que no es más importante que la seguridad democrática. Esos, mi querido amigo, son nuestros más grandes enemigos.
¿Y te digo algo más?, Si no se toma conciencia de que esos problemas existen, son reales y que debemos trabajar por solucionarlos, seguirá existiendo el temor de expresar lo que se piensa aunque nos digan que somos libres, ya que sí no piensas como los que mandan serás un problema, y aunque se diga que somos una democracia la apertura democrática seguirá limitada por aspectos sociales, no me digan que el que una persona haya llegado al gobierno “limpiamente” nos hace un país de plena democracia.
Y para finalizar, amigo, tú que has compartido mis palabras y unes tu voz con la de todos nosotros para construir la nuestra, porque en este punto, se que somos más de uno. Permíteme dejar en tu mente, tal como quedo en la mía, una frase del mural en el memorial de la resistencia en São Paulo, Brasil; para que resistan a través de su uso, porque: “Recordar es resistir”.
Así que, no nos neguemos la posibilidad de contribuir y buscar una solución mediada a este conflicto, démonos la oportunidad de construir país. Porque aunque sea difícil creer que podríamos alcanzar una paz duradera, no debemos dejar de intentarlo. Y ahora, ya sabes ¿cuál es nuestra definición de paz?, ¿no? ¿Aún no lo sabes?, pues,
La paz es algo con lo que soñamos todos los colombianos
