Señor Oswaldo Ortiz:
Le cuento que revisando (como de costumbre) mi Facebook y escuchando como las gotas de lluvia golpean fuertemente el techo de mi casa, me topó con un enlace de la W Radio que dice: “Las parejas homosexuales existen, pero no son familia: Oswaldo Ortiz” y al leer esto no sé qué me produjo más malestar, si mi sinusitis de nueve días o sus excluyentes palabras.
A lo largo de su intervención en el programa radial, me centré en recordar –desde que tengo uso de razón- en qué momento en mi hogar, en el cuál todos son cristianos como usted, me implementaron la idea de que familia es solo un hombre y una mujer con sus hijos (o su hijo/a), y llegué al punto en el que estoy ahora, a mis 21 años de edad y me di cuenta que en ningún momento me lo dijeron, ¿por qué? Pues porque en mi familia, como buenos cristianos que reconocen que Dios es amor, bondad y tolerancia, si saben respetar.
Usted califica una familia constituida por dos hombres como aberrante, pero cómo caracteriza un hogar que también puede estar constituido por una madre soltera, un padre soltero, los tíos, los abuelos, los hermanos, los amigos y hasta las mascotas. ¿También es aberrante una pareja heterosexual que no pueda concebir o que hayan decidido no hacerlo?, ¿no le parece más monstruoso que las personas heterosexuales (aclaro que no son todas) engendren hijos para regalarlos, botarlos y hasta matarlos?
Aquí vamos con Bancolombia y su campaña #EsElMomentoDe, esta entidad no está implementando una ideología de género, ellos simplemente están demostrándole al mundo que todos somos iguales y que esa época de persecución y discriminación quedó atrás, pero ese gran mensaje se ve eclipsado por el pensamiento homofóbico de una gran mayoría de colombianos (lamentablemente) como usted, que consideran antinatural una pareja del mismo sexo, pero no consideran antinatural que alguien camine sobre las aguas o que resucite, como pasó el domingo pasado.
He visto que desde hace un año para acá, su “trabajo” se ha limitado únicamente a criticar la lucha de la comunidad LGBTI por sus derechos, nuestros derechos, en vez de cumplir con el objetivo que se planteó al inicio de su misión evangelizadora, y si no recuerda cual es, pues yo se lo recuerdo: “llegar a jóvenes y adolescentes a través de redes sociales, porque ahí está el futuro de la iglesia”. Creo que es respetable que quiera compartir sus creencias de la manera que quiera, pero se vuelve inaceptable que se arremeta contra una comunidad que, a fin de cuentas, no le ha hecho nada a usted ni a su familia.
Creo que no me equivoco al afirmar que usted no habla por todas las personas creyentes del país, ni yo hablo por toda la comunidad LGBTI, hay gente que estará de acuerdo como hay otros que no, todo es relativo, pero de algo si estoy muy seguro y es que existen muy buenos cristianos, capaces de entender las diferencias y aceptarlas, sin prejuicios ni recriminaciones, pero entre esos muy buenos cristianos no entra usted, Señor Ortiz.
Yo respeto su fe, respeto sus creencias, respeto su libertad de culto y de expresión, respeto sus gustos y sobre todo, respeto a su familia, por eso le pido que respete mis decisiones, mis preferencias y mis ideas.
Lo invito a que siga con su labor, a que comparta la tolerancia, el amor y el respeto que desborda de su espíritu, necesitamos personas que le digan a sus hijos que es aberrante que dos personas del mismo sexo se amen y tengan una familia, necesitamos personas como usted que sigue el camino correcto, profesando la palabra de Dios adecuadamente.
PD: Por si no queda claro, el anterior párrafo es una total ironía. Además, le comento que soy un joven ateo agnóstico, viviendo en un país mayoritariamente cristiano y estudiando en una universidad católica, algo que no ha impedido que tenga respeto por las creencias, gustos, preferencias o ideologías de los demás. Y por si fuera poco, crecer con el ejemplo de una madre heterosexual y un padre heterosexual, no influyó para nada en mi orientación sexual, lo mismo ocurre con dos personas del mismo sexo. Todo se puede mediar con una buena educación, como la que recibí yo.
Para terminar, le quiero compartir esta frase de Margherita Hack, astrofísica, divulgadora científica y activista italiana: “Nosotros los ateos, creemos que es nuestro deber actuar haciendo el bien según nuestra conciencia… por un principio moral y no porque nos espera una recompensa en algún paraíso”, quizá le pueda servir para reflexionar un poco o no, eso lo decide usted.
Atentamente
Juan Esteban Cataño Castaño