Bogotá, 28 de mayo del 2015
Estimados:
Andenes de Bogotá
Cordial saludo,
La presente es para alzar mi voz de ciudadano ante el mal estado en el que ustedes se encuentran. Su estado actual es solo el resultado de un gobierno y una sociedad indiferente al espacio público, espacio que pertenece a todos los ciudadanos pero que se ha perdido entre el descuido, la inseguridad, la ingobernabilidad y el ego político de muchos.
Suena paradójico, casi sarcástico e irreal, saber que en Bogotá existe una entidad encargada de preservar y cuidar el espacio de todos. La Defensoría del Espacio Público es quien está a la cabeza de garantizar el cuidado de ustedes, estimados andenes, pero sin duda el trabajo realizado desde dicha esfera es nulo. A ustedes no solo se los tomaron pequeñas mafias y vendedores que con mucho esfuerzo intentan buscar un sustento para sus familia. A ustedes, andenes de mi ciudad, se los tomaron los carros, muchos concesionarios de automóviles, motocicletas, basuras y el olvido. Ustedes están repletos de todo, pero no de quien es su prioridad, y con ello me refiero a los ciudadanos de la capital.
Si bien son ustedes quienes tienen que cargar con la ausencia de políticas para brindar trabajos a los más necesitados, también son ustedes los que en carne propia han visto como su espacio se vende al mejor postor. Para nadie es un secreto la existencia de las mafias que venden nuestro espacio público, especialmente en el centro de la ciudad y en la localidad de Chapinero, donde a los más necesitados las mafias les piden un valor por el espacio utilizado. Es decir, a la ausencia de gobierno llegaron unos bandidos a vender lo que es de todos, ese espacio que debe reflejar una ciudad democrática e igualitaria, pues es ahí donde somos iguales.
Esos mismos que promueven la invasión del espacio de todos, del espacio donde nuestros niños deberían poder jugar, caminar tranquilos y seguros. Son los mismos que han puesto un grito en el cielo cuando se pusieron barreras para garantizar el cuidado de ustedes señores andenes. Son esos mismos que con discursos pretenden que el espacio de nuestra ciudad pertenezca a unos cuantos y no a los millones de bogotanos que recorren la ciudad. El éxito de una ciudad está en la igualdad, y es en esas calles donde se ven los resultados de políticas exitosas, es ahí donde todos sin miedo y con facilidad podemos sentir la ciudad. Yo espero que los que aman el discurso dejen de hablar tanto, y se pongan a trabajar en pro de dar soluciones a las problemáticas del espacio público de la ciudad. Yo quiero una Bogotá donde la gente prefiera caminar y gozarse la ciudad en vez de encerrarse en un centro comercial después de haber estado en un trancón por más de dos horas.
Ustedes señores andenes, sepan que no están solos, sepan que el discurso se translada a políticas exitosas cuando la gente los usa para disfrutar, para ser más felices. Sepan que ustedes representan la equidad y es en su territorio donde sabemos que tan seguras es una ciudad.
Gracias por la atención prestada.
Cordialmente,
Jaime Fajardo Bastidas.
@Jaimeandresfaba