Carta abierta de un cristiano a los gays en Colombia

Carta abierta de un cristiano a los gays en Colombia

"Ahora no se les puede decir nada porque se ponen a llorar y a gritar que los están discriminando"

Por: Carlos Luis Liñán
agosto 02, 2016
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Carta abierta de un cristiano a los gays en Colombia

Sé que muy pocas personas leerán este artículo porque lo escribió un cristiano, alguien que defiende a la familia verdadera conformada por papá y mamá, alguien que piensa que es cierto eso de que los niños no son mascotas; alguien que piensa distinto a las modas del momento, alguien que va contra-corriente.

Después de una larga jornada, llegué a casa, encendí el ordenador y con lo primero que me encontré fue con una carta de la profesora Zaira Benavides llamando analfabeta a la diputada Ángela Hernández. A medida que avanzaba en la lectura, mi indignación aumentaba. El hecho de que una persona culta intente aplastar a su contrincante con algunos conocimientos no es de aplaudir. En este caso la profesora Benavides tiene algunos argumentos bastante claros y otros son solo falacias, verdades a medias, como dicen por ahí “puro rollo, puro trame”.

Aclaro que no soy homofóbico, tampoco pretendo defender a la Iglesia o a la diputada Hernández (ella es una mujer capaz que ha demostrado su carácter y ni la Iglesia, ni ella necesitan que las defiendan). Pretendo, solamente, dar mi punto de vista respecto a algunos argumentos que la profesora Benavides esgrime y que al final son nido de paloma, con todo respeto “seño”.

Sinceramente, la posición de quienes defendemos la familia compuesta por hombre y mujer, así como el respeto por los niños y niñas en edad escolar no es homofóbica, tampoco agresiva. Lo que pasa es que a la comunidad LGTBI no se les puede contradecir en todos sus caprichos porque automáticamente se ponen a llorar y a gritar a los cuatro vientos que los están discriminando.  Soy cristiano católico, ya sé que empezarán a decir que soy retrógrado, fanático, etcétera, etcétera, en fin, soy cristiano y tengo claro que Cristo vino por marginados, excluidos y discriminados, tanto que fue criticado por juntarse con la lacra de la sociedad judía de la época: cobradores de impuestos, prostitutas, ladrones, zelotes, enfermos…

Usted profesora dice ser espiritual y en su carta respondió desde su espiritualidad, pero ¿En qué se basa su espiritualidad? Todos los seres humanos somos espirituales, como dice el filósofo Ramon Lucas Lucas: “el hombre es un espíritu encarnado”. Además somos religiosos por naturaleza, dado que, desde la época presocial, el hombre ha tenido la sensación que existe Alguien superior a él con quién debe unirse, recuerde que la palabra religión proviene del latín religare que significa volver a unir. Es cierto que la Iglesia cometió errores, pero dígame el nombre de un solo científico quemado en la Edad Media. Giordano Bruno fue ejecutado pero no por brujo, sino por entrar en un choque teológico con la Iglesia respecto a la Trinidad, la divinidad de Cristo y la encarnación, además de que afirmó la existencia de otros mundos. El problema es que usted califica un hecho sucedido en el pasado desde su punto de vista, sin ubicarse en el contexto histórico. En la Antigua Grecia las mujeres no podían elegir, ni ser elegidas, era normal y aceptado. Aclaro que con esto no quiero decir que la Iglesia no haya cometido errores.

Usted culpa a la religiosidad de afirmar que los negros no tenían alma, y yo quisiera precisar que este concepto no era producto de la religiosidad sino de la mentalidad propia de ese tiempo, algo así como la antropología filosófica de la época. Volvamos a Grecia, una sociedad que nos aportó mucho al libre pensamiento pero que no por eso abolió la esclavitud. Si avanzamos un poco más en la historia, fue Bartolomé de Las Casas quien luchó por la protección de los indígenas del Nuevo Mundo y Francisco de Vitoria quien se enfrentó a los Reyes Católicos por los Justos Títulos y afirmó en sus tesis que ningún hombre nace esclavo sino libre, que por derecho natural nadie es superior a otro y que es mejor renunciar al derecho propio antes de violentar el ajeno. Ambos personajes fueron religiosos pertenecientes a la Orden de Predicadores, dominicos para que usted me entienda. Así mismo, fue Roma la primera en reaccionar de manera dura ante la trata de negros: Pablo IV ratificó la prohibición de la esclavitud en 1537 y Pío V en 1568; Urbano VIII en 1639 atacó con acaloradas palabras “un semejante y abominable comercio de hombres”; en 1714 le toca a Benedicto XIV bramar contra el hecho de que los cristianos conviertan en siervos a otros hombres. En la misma línea se manifestaron santos como Pedro Claver, el mismo que murió en Cartagena de Indias.

La cuestión de la esclavitud y el problema racial no es algo religioso, fue y es un problema humano. Muy  a pesar de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 existen aún los zoológicos humanos, por ejemplo en la ciudad alemana de Augsburgo se inauguró uno en 2005.

Que la religiosidad arrasó con las costumbres indígenas durante la conquista, eso no es del tan todo cierto, como todo en los seres humanos, luces y sombras. Paremos de contar y continuemos con sus argumentos, pues necesitaría todo un libro para continuafr refiriéndome a sus errores respecto  lo que usted llama los errores de la religiosidad, eso sí, comparto con usted eso de que no creo en aquellos que rezan y matan, apoyo el análisis histórico-crítico de las Sagradas Escrituras, pero sin olvidarnos que es un libro de fe, no un libro de verdades científicas. Es un libro espiritual y no un libro netamente histórico y, de igual manera, es un libro experto en humanidad pues los seres humanos somos iguales, tenemos los mismos dilemas morales y las mismas preguntas esenciales por el sentido de la vida o que me dice de la crisis existencial de Job, o el “vanidad de vanidades” del Eclesiastés.

Gracias al Destino, al Cielo, a Dios o al Azar sus hijas tuvieron una madre responsable que supo orientarlas. Precisamente ese es el llamado que queremos hacer, la diputada Angela Hernandez y la verdadera minoría de “religiosos fanaticos y retrógrados” como están acostumbrados a llamarnos por pensar distinto, un llamado a defender la familia verdadera y que se asuman las responsabilidades propias de papá y mamá. Usted como profesora no puede desconocer que la educación de una persona es el trabajo concatenado de familia, escuela e Iglesia, sí, Iglesia porque es en la Iglesia donde se transmiten los valores morales y la fe que usted desmerita llamándola religiosidad. También tiene claro que los seres humanos aprendemos por imitación y que los niños son muy tontos pues creen a ojos cerrados todo lo que se les dice o enseña, así que si a un niño le digo que no es niño sino que es indeterminado ¿qué podría ocurrir? Cualquier destino está bien cuando no se sabe para donde vamos.

Es cierto que usted maneja a la perfección el tema de la Educación Sexual, pero, ¿Cuáles fueron los estudios que realizó la OMS para eliminar de la lista de enfermedades mentales las tendencias homosexuales? ¿Se realizaron dichos estudios o se hizo a dedo? Ojalá usted escriba un artículo detallando dichos estudios, seguramente lo leeríamos todos.

Le recuerdo, por útimo, que el matrimonio es una institución que surgió antes de los ordenamientos jurídicos y que en la época del Imperio Romano era el mecanismo para proteger a las mujeres embarazadas, tanto así que etimológicamente la palabra matrimonio proviene del latín matris que significa madre y munium que significa cuidado. Esto tiene su fundamento en la idea de que la posibilidad de ser madre, que la naturaleza da a la mujer núbil, la llevase a procrear una familia con un hombre. Para su mejor comprensión también podemos definirla como la unión entre un hombre y una mujer, siendo así (matris/madre) y monium, cuidado del (Padre/hombre/marido) de la (matris/madre). Queda claro que la unión entre dos hombres o dos mujeres es simplemente eso, una unión que no puede tener los mismos derechos de una familia, a pesar de que las leyes creadas por unos cuantos desconozcan lo natural. Como dijo el padre Jorge Löring: “Las leyes de un país pueden permitirle a los burros que vuelen, pero no por eso a los burros les saldrá alas”.

Este artículo es solo un aporte educativo, y usted decide si continúa llamando analfabetas a quienes pensamos distinto o convive pacificamente con la diversidad intelectual que nos ofrece el universo llamado sociedad, reconociendo lo que dijo Socrátes: “sólo sé que nada sé”.

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