La izquierda no perdió ayer con el triunfo de Peñalosa en Bogotá, la izquierda perdió hace mucho tiempo cuando, teniendo una oportunidad única en toda nuestra historia república, no supo representar los intereses de las masas populares que claman por justicia, equidad y dignidad en uno de los países que más carece de estas. El Polo –que representó un gran proyecto de unidad de la izquierda Colombiana– no solo demostró que no sabe gobernar, sino que puede ser igual o más corrupto y clientelista que la histórica clase gobernante.
El estrepitoso desastre electora de ayer en las urnas llegó, al menos, cuatro años tarde: Gustavo Petro logró llegar a la Alcaldía de Bogotá en las postrimerías de ese proyecto de unidad de izquierda, por un enorme fraccionamiento de las tradicionales élites políticas, y porque supo desligarse de la mayoritariamente sucia dirigencia del Polo en ese entonces. Pero esas horas extras también fueron desperdiciadas por un gobierno que, pese a los grandes triunfos sociales, se dedicó a pelear más que a administrar y a dividir más que a unir, las consecuencia no podían ser otras.
Los dirigentes de la Izquierda que en su inmensa mayoría son de Bogotá, han olvido totalmente las regiones del País y se han vuelto una elite política urbana, profundamente desconectada de la realidad de las regiones y sobre todo del campo en donde se encuentra el germen principal de una lucha revolucionaria. Eso lo muestra la nula participación regional que el POLO obtuvo y que general ha tenido.
Ahora se deben estar dando cuenta que sin Bogotá, bastión de opinión que les dio tres oportunidades –desaprovechadas- de hacerlo bien, la Izquierda Democrática en Colombia queda borrada y pierde toda vocación de poder, esa misma que nos había ilusionado cuando en 2006 Carlos Gaviria Díaz obtuvo ese gran segundo puesto a la Presidencia de la República.
Ahora solo queda reflexionar seriamente, el problema no es hacia afuera sino hacia adentro, debe haber una purga para sacar a todos aquellos líderes de izquierda –con piel de oveja– que solo representan las practicas politiqueras que tanto critican en los demás partidos tradicionales.
Es momento de renovar la ilusión en los jóvenes y comenzar a cultivar nuevos liderazgos basados en las capacidades e intachable rectitud de sus cuadros, construir un discurso firme a favor de la equidad y la justicia social pero sobre la base de un verdadero modelo económico que sea rentable y próspero para todos los sectores de Colombia y con una perspectiva del Siglo XXI. Comenzar a dar ejemplo de una verdadera conducta trasparente y en pro de los menos favorecidos, no pueden seguir arengando en contra del trillado “burgués” mientras sus hijos –como bien hacia Iósif Stalin– están gastando en suntuosos lujos en París o viviendo en los rosales.
Por ser tan obtusos y radicales, por arroparse con la misma cobija y defender la indefensable corrupción, el clientelismo y la incompetencia administrativa: el pueblo raso y las clases emergentes ilustradas han perdido la fe en la Izquierda Democrática, y la poca conciencia de clase volcándonos a un estado de desesperanza de una revolución social por medios democráticos y a quienes queremos cambiar este régimen injusto y opresivo, solo nos conducen por los caminos de la desesperanza, la desidia política, la apatía, el abstencionismo y el ostracismo de los problemas públicos o lo que es aún más desalentador, nos empujan al bastante transitado camino armando que solo puede engendrar más miseria, dolor y violencia en nuestro tierra históricamente abonada con la sangre de los más pobres.
Señores líderes de la izquierda democrática: Colombia atraviesa por un de los procesos políticos más importantes de toda su historia, si la lucha armada desaparece –como muchos soñamos– la Izquierda estará llamada a tomar sus legítimas y necesarias banderas de la consecución de una sociedad justa y más equitativa.
¿Están preparados para sostener dignamente esas banderas? No olviden que como decía Gaitan: “Más vale una bandera limpia y solitaria en una cumbre, que mil banderas tendidas en el lodo" y en estos momentos nuestras banderas están tendidas en el lodo.
