Llevo varios años viéndole la cara a los estragos de la trata de personas, desde víctimas trastornadas que me llaman llorando a media noche, hasta amenazas de tratantes que quieren que me quede callada. Es una carga muy difícil de llevar cuando existe una impunidad reinante en el país.
Repartimos volantes en los terminales, hacemos campañas en redes, capacitamos en los barrios, escribimos informes, visitamos a las víctimas, las sacamos de la zona de riesgo, ponemos denuncias, vamos a la Defensoría, documentamos sus casos, hacemos incidencia. Todo llegó al punto donde dicen: “ ¡Cuidado! Claudia Quintero es muy intensa…es el terror de los funcionarios públicos”. Todo por una preocupación que tenemos junto al equipo que me acompaña e incluso sin plata ni sueldo, me respaldan en esta lucha.
Pero todo lo que hagamos nosotros y todas las demás organizaciones del país que luchan contra la trata de personas, no es suficiente. Sí, la impunidad reina en el tema. Cuatro condenas por trata de personas en el país en un año. ¿Somos Noruega? NO.
Vimos a un periodista que documenta cómo en Colombia se venden niñas como “ganado”; niños sicarios, colombianos migrantes esclavizados detrás de un sueño. Trata en las minas y en los pueblos cocaleros; niños y niñas en los semáforos; más de 300 niñas esclavizadas en el centro de Bogotá a la vista de todo el mundo. Nada es suficiente para que un cuerpo judicial y un ente investigador se comprometa y diga que va a combatir la trata de personas en serio.
Colombia es un país con mucha criminalidad y mucha congestión judicial. Eso lo sabemos, pero se trata de una voluntad; se trata de que usted, señor Fiscal General, Dr. Eduardo Montealegre, se ponga la mano en el corazón y decida bajar una línea en su entidad; crear como le han sugerido ya informes internacionales y fiscalías especializadas en trata de personas. Porque sus fiscales ni saben qué es trata de personas.
Tipifican un secuestro donde hay trata, una violación donde hay trata; tipifican cualquier cosa, menos la trata de personas, porque no la conocen, porque no los forman, porque se trata de usted, Señor Fiscal, la cabeza de esta entidad que ya produce grima. Ya da rabia ir a la Fiscalía y ver a un fiscal con 3.000 carpetas durmiendo y un pobre policía de 23 años, que tampoco tiene idea qué es la trata de personas.
Estoy apoyando a una víctima de trata en peligro. A pesar del riesgo que le representó denunciar, lo hizo, identificando a sus tratantes que tienen nexos con peligrosos carteles de la mafia mexicana. Pero para la Fiscalía no es mérito suficiente protegerla y la deja desamparada. Luego el proceso se cae y la víctima debe vivir escondida. Esta realidad existe en mi oficina y me desespera el saber que no contamos con usted, señor Fiscal, para llevar ante la justicia a las mentes criminales que venden a los seres humanos.
Le hago un llamado al ente acusador, antes de que termine su gestión: abra un espacio a la lucha contra la trata de personas. Las niñas y niños de Colombia merecen un mejor futuro que ser canjeados como mercancía de paracos o turistas pedófilos.
Se TRATA de usted señor Fiscal, no hay excusa, capacite a sus fiscales y promueva investigaciones de oficio. Combata la trata de personas en nombre de la libertad.
Atentamente,
Claudia Yurley Quintero Rolón
Activista y Defensora de Derechos Humanos
@afro_candombera