Carta abierta al papa Francisco
Por: Cristhian Meneses
Sus palabras nuevamente se han hecho virales en las redes, han encontrado voceros y cultivadores en personas que naufragan en contradicciones y omisiones convenientes, que flotan en apologías dignas del rechazo, en ejemplos sin ejemplo. Esta vez han tenido un eco internacional haciendo referencia a los atentados en Francia, al ataque a Charlie Hebdo y la libertad de expresión, y nuevamente, como es común, papa Francisco, Sr. Jorge Bergoglio, Ud., y quienes comparten su pensamiento en el resto del mundo: están equivocados. Sí, equivocados, y acá se lo voy a demostrar, porque la realidad siempre va a ser realidad, sin importar lo que pensemos, creamos o deseemos.
En la conferencia de prensa durante el vuelo de Sri Lanka a Filipinas, usted volvió a “rechazar” (por darle un nombre) de forma tibia y cobijada por el relativismo cultural, los hechos deplorables de balas contra ideas. Dijo que la libertad de expresión no podía llegar a la ofensa, que se debían tener “límites”. También ha expresado que no se puede provocar, insultar la fe de los demás. Es interesante ver cuantos errores sostienen esas simples líneas. Para empezar: sus religiones no tienen ninguna autoridad moral, ética, histórica ni académica para calificar como ofensa algo, simplemente porque a ustedes no les guste. Permítame recordarle que cada vez que la religión tiene fuerza, no ve límites para juzgar, humillar, torturar, quemar, violar y asesinar, tanto derechos fundamentales como vidas que no estén de acuerdo con sus enseñanzas. Ahora, cuando usted habla de “provocación”, está justificando las muertes, está diciendo: la violaron porque el escote revelaba unos senos exóticos, lo torturaron porque escribió una columna de crítica… y así ad infinitum.
¿Habla de insulto a la fe de los demás? Si eso es lo que usted hace cuando sigue la palabra de su Dios, porque cada vez que un creyente de determinada deidad dice: “mi Dios es el verdadero, mi Dios es el camino, es la verdad, es la salvación”, está insultando a miles de personas que tienen fe en otro Dios, personas que al mismo tiempo creen las mismas palabras, insultando automáticamente su fe cristiana. ¿Es tan difícil de entender? Por otro lado, trate de asimilar y aceptar algo fundamental en la evolución que hemos tenido en este punto azul: el respeto es para las personas, NO para sus creencias o ideas. Si hubiésemos respetado la creencia de que los negros y las mujeres -por dar solo dos ejemplos-, eran inferiores a nosotros, creencia nefasta también promocionada y defendida por la Biblia y su credo, actualmente muchos negros serían esclavos y no tendríamos voto femenino.
Luego, papa Francisco, da un ejemplo tan vacuo como deprimente: si le dicen una “mala palabra” a su mamá, esa persona podría esperarse un puñetazo. Por favor, esa afirmación es buena competencia para los pésimos ejemplos que dan los líderes musulmanes. De nuevo justifica un ataque sangriento con un ejemplo absurdo. Su mamá, para empezar: existe. Segundo: su mamá no es la precursora de tres monoteísmos que han destrozado la humanidad, y su mamá no es una creencia, una idea o una amiga imaginaria, por tanto, si alguien la ofende como Ud. expone, está atacando a la persona, tal vez difamando su integridad personal, lo cual es muy diferente a atacar creencias o ideas que ella pueda compartir en algún momento. No es lo mismo atacar a Peter, que atacar las ideas o creencias de Peter. No es lo mismo escribir una columna o hacer una caricatura acerca de alguien, que asesinar a ese alguien. Permítame el corolario: lo que hicieron en Francia no fue golpear a Dominique porque atacaba a la mamá de Târeq, lo que pasó en Francia fue que Dominique se rio y criticó las creencias de la mamá de Târeq acerca de la preparación de una hamburguesa con muy malos ingredientes y con una bebida que no existe, razón por la cual, Târeq, muy valiente, fue con sus amiguitos y asesinó a Dominique, ya sabe, para ponerle límites a la libertad de expresión, y demostrar, como bien saben muchos, que la mejor manera para probar que uno no es violento, es darle un buen golpe o tiro en la cabeza a quien esté por ahí “provocando”.
Usted también ha dicho que matar en nombre de Dios es una aberración, y yo solo seguía escuchándolo y pensaba: “¿reír o llorar?”. ¡Por la sabiduría de Atena y el tridente de Poseidón!, si lo dice la cabeza de una institución que se ha regocijado y crecido en las muertes de sus opositores, no por causa de “el nombre de Dios”, sino por las órdenes de Dios, y así es en todas las religiones: sangre, ignorancia, odio, temor y división. Fue entonces cuando decidí escribir esta carta. Segundos después tuve la idea de unir esta introducción con un trabajo que escribí antes, precisamente refutando, entre muchos puntos, la intervención que hoy nos trae a esta misiva. ¿Que no se puede reír de lo risible, irrespetar el irrespeto e insultar el insulto? Pues sí, sí se puede, se debe y se necesita, ¡y con evidencias!, ya lo verá. Comencemos a tratar esto con más profundidad, papa Francisco, espero su respuesta o la de algún representante oficial del Vaticano, y extiendo esto a cualquier institución o persona que quiera refutar lo expuesto. Quieren hablar de “respeto”, “tolerancia”, “derechos fundamentales”, “moral”, acciones “en nombre de…”. Bienvenidos:
Día a día tenemos que tolerar esto: “Cree y tendrás todo, no eres nada sin dioses, sin creencias”. “Con Dios todo, sin Dios nada”. Eso no es un argumento, es simplemente una provocación. Sobre todo cuando no tienen el respaldo para defender su postura. Por ejemplo, las muertes provocadas por el cristianismo superan con creces las muertes de otras sectas y religiones. Sin embargo, como ahora el islam es el más activo en lo que antes hacía el cristianismo –en cuanto a sangre–, entonces les predican a sus inocentes fieles que el Corán contiene órdenes homicidas, pero que su Biblia no. Severo engaño. Veamos, los cristianos hacen eco de que en el Corán se ordena matar a quienes no crean, a los infieles, lo cual es cierto. En dicho libro, en la aleya (versículo) 5, sura (capítulo) 9, dice: “mata a los infieles dónde los encuentres”. La aleya 12, sura 8, dice: “Yo sembraré el terror en los infieles y vosotros cortad sus cabezas”. ¿Se asustó, verdad? ¿Esto no es correcto? Estamos de acuerdo, es un gran salvajismo, y resulta que en la Biblia también se presenta esto. En Deuteronomio 13: 6-10 se expresa2:
“Si te incitare tu hermano, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo servir a dioses ajenos (…) de los pueblos que están en vuestros alrededores desde un extremo de la tierra al otro; no consentirás ni le tendrás misericordia, ni lo encubrirás, sino que lo matarás; (…) Le apedrearás hasta que muera, por cuanto procuró apartarte de Jehová tu Dios”.
¿Lo quiere más claro? Bueno, en el nuevo testamento vemos que:
“Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí”. — Mateo 10:35.
Cristo aún no estaba contento con todo el odio que expresó a quien no creyera en él. Después de resucitar (según el mito), dejó otra joya:
“… Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado”. — Marcos 16:15-16.
Esto es totalmente absurdo, discriminatorio y poco amoroso. Esos son los valores familiares bíblicos. Los budistas, escépticos, ateos, agnósticos, hinduistas, panteístas y miles de personas que se comportan bien, ayudan, aman y colaboran, no se “salvarán” solo porque no creen en un tal “Jesucristo”, ¿qué es esta dictadura? ¿Y quieren que sus creencias se tomen en serio? ¿Qué dicen? Ya veo, algunos están formulando las excusas más extravagantes. Bien, entonces toquemos unos pequeños puntos. ¿Tienen un libro sabio? Qué tal la orden de matar a los hijos por desobedecer: Éxodo 21:15, Levítico 20:9, seguidas en el nuevo testamento: Mateo 15:4-7, y con una dulce incongruencia en Marcos 7:9-13 al decir que fue Moisés el de la orden, y no Dios, como escrito está en Éxodo, Levítico y Mateo. Pues la ley no es de Moisés, es de Dios, la cual fue dictada a Moisés, es muy claro:
“Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o la madre, muera irremisiblemente”. — Mateo 15:4.
Ya escucho los reproches, los he escuchado desde niño, todos sin fundamento: los caminos de Dios son misteriosos, nuestro entendimiento no alcanza, el contexto… Es la misma impotencia para buscar justificación a toda la barbarie bíblica. Para defender lo indefendible. Como lo comprendió el escritor J.S. Bullion Jr. al expresar un hecho tan viejo como las propias escrituras judeo-cristianas:
“Ejércitos de estudiosos y teólogos han encontrado por siglos un empleo respetado creando artificiosas explicaciones de cómo la Biblia frecuentemente no quiere decir lo que dice”.
Acá debemos hacer una pausa, ya que es muy interesante cómo quieren jugar con el tema de la “verdad”. Existe la torpe frase: “Cada uno confía en su propia verdad, ¿y qué?”. Esta es de mis favoritas. Es una frase utilizada para justificar cualquier atrocidad y cualquier absurdo de preferencia. Pues no, no hay verdades propias, las verdades simplemente: son. Lo que tenemos son opiniones propias, pero en las creencias a Ud. lo reclutan para opinar cómo le digan o le enseñen a creer, entonces ni eso es propio para quien ha cerrado su mente. Recordemos lo que acabo de citar acerca de asesinar a los hijos. En el evangelio de Mateo Ud. puede ver cómo se reanuda lo que el personaje que llaman Dios exige en el libro de Levítico (que él inspiró y mandó a divulgar, ¿recuerda?).
El personaje principal de la mitología cristiana: Jesucristo, recuerda que: la ley dice que si tus hijos no te hacen caso, debes matarles irremisiblemente, asesínalos porque no honraron el mandamiento, escrito está. ¿Es eso bueno? Pues no, no lo es. No es mi verdad contra su verdad, es mi opinión contra su opinión, y solo es verdad que asesinarlos está mal, esa es la verdad, punto. Un Dios amoroso, Todopoderoso y sabio no puede ordenar disparates y bestialidades como las miles y miles que componen la Biblia. Quien diga que se debe matar a un niño porque lo desobedeció, es un canalla enfermo, un despiadado, y eso es absolutamente cierto. Esto es un delito, es la promoción al infanticidio inminente, está mal y es la verdad en ese tema. Esto no es “mi” verdad contra la verdad de otra persona, contra “su” verdad. Simplemente es la verdad.
No olvidemos el machismo en 1ra Corintios 11:3, 1ra Pedro 3:1, 1ra Timoteo 2:11. ¿Esa es la verdad y el camino? ¿Decimos “amén” o “palabra de Dios”?, y esto por citar solo unos simples ejemplos del reality cristiano a ritmo de reguetón. Lean la Biblia completa, desde el Génesis hasta el Apocalipsis se permite, se impulsa y se celebra la muerte, el odio, la esclavitud, el rechazo a la mujer, al ser humano. La Biblia es uno de los peores libros jamás escritos y es el peor que he leído. El hecho de atribuirlo a una deidad lo hace más inmoral y falso de lo que ya es. Muchos dirán: “¡Qué blasfemia!”. ¿En serio? ¿Por qué no leen, miran a su alrededor y descubren la verdad? “Blasfemia” es creer que “algún Dios” en su omnipotencia y amor pueda inspirar libros de esta clase, hacer lo que hizo según esas narraciones mitológicas. Blasfemia es creer que la excusa de la ilusión llamada libre albedrio no va en contra de la predestinación que manifiestan sus propios libros y cultos, ese concepto de predestinación infantil y vacío que el misógino Pablo de Tarso proclama con gran ignorancia. Blasfemia es decirle a la gente que un profeta o un dogma es el real, sin tener pruebas ni ejemplo que lo sustente, y sin ser relevante para el progreso.
Es falso decir que el que no crea en Cristo, o no lo acepte como su salvador: es un hereje, un traidor y pecador que irá a un tonto infierno. Infierno que ni siquiera tiene sentido partiendo de la descripción. Blasfemia es crear división para obtener fieles, llenar templos, decir que quien no crea lo que alguna cultura se inventa: será condenado. Blasfemia es decir que no creer en dioses sea cuna de abominación, de maldad, cuando la historia nos muestra lo contrario, y la maldad se ha generado de las religiones, de los relatos de dioses, de ideologías políticas, del abuso capitalista, de extremistas comunistas, nazis, persas, cristianos… de ansias de poder.
Y hablando de absurdos, odiosas historias y enseñanzas bíblicas, recordemos cómo el propio Moisés probó la satisfacción de derramar sangre para cumplir con el dictador de turno. Como muestra, cuando los israelitas estaban en el desierto y hallaron a un hombre que estaba reuniendo leña el día sábado. El Señor le dijo a Moisés que ese hombre debía morir (ya saben, por irrespetar el día del Señor). Le dijo con mucho cariño: apedréelo toda la congregación fuera del campamento. Como se lo mandó diosito a Moisés, lo sacaron del campamento y lo apedrearon hasta matarlo (Números 15: 32-36). Por medio del capítulo 5 de Ezequiel quedaron registrados unos cariñitos que mandó este Dios amable, el piadoso dijo que después de destruir por partes a Israel, enviaría a sus enemigos a perseguirlos.
Demos un salto en el tiempo. En el siglo I de nuestra era, algunos judíos se cansaron de esperar al mesías y se inventaron uno, el cual tenía el nombre más común, repetido y gastado de la época: Jesús. Luego Pablo de Tarso se encarga de la publicidad, se crea la secta cristiana, hija no reconocida del judaísmo. Vemos cómo en el nuevo testamento se justifican y continúan las fechorías del antiguo testamento, como Pablo de Tarso recordándole a los Efesios que la esclavitud es legal, que se debe obedecer y temer al amo, con sencillez, así como a Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios, teniendo en cuenta que el bien que se haga será regresado, sea para el siervo o para el que está libre.
Ya que hablamos de esto, cómo olvidar que el personaje que inventaron de Jesucristo, nunca se levantó contra la esclavitud, así como no hizo otras cosas que pudieron haber sido valiosas; por el contrario, gracias al capítulo 12 de Lucas, sabemos que Jesucristo trataba de bienaventurado al siervo fiel, y que estaba de acuerdo con golpear poco o mucho a los sirvientes, siempre y cuando se lo “merecieran”. Si Ud. no sigue a Jesucristo ni cree en quien le envió: está condenado (Juan 5:24). Si practica la parábola del buen samaritano –una historia agradable– (Lucas 10:30-37), de todas formas pierde, porque como ya se ha expuesto –y escrito está en su “santa palabra”–, si Ud. no recibe al hijo del Señor, no tiene potestad de ser hijo de Dios, de este “♫Verdadero y Único♫”. La ira de Dios –el amoroso y justo– va a airar las naciones. Pero requiere que Ud. se incline ante él, como los 24 ancianos sentados delante de Dios en sus tronos, que para el momento contaremos que se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, porque su ira ha de venir, y el tiempo de juzgar a los muertos. También requiere que temamos su nombre (no el de Ganesha, Vishnú, Bumba o Apolo, sino el de ese de la Biblia) porque se dará el galardón a los arrodillados de la dictadura celestial:
“a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra”.
— Apocalipsis 11:18.
En los capítulos anteriores y posteriores de esta revelación, vemos la ternura y la piedad de un Todopoderoso con métodos tan justos como los que ya permitió en la inquisición, las cruzadas, la evangelización indígena y mil etcéteras; no en su nombre, sino por su palabra, por su mandato. Él vendrá acompañado para repetirlos y acariciar con su barba a esa creación tan bella que pudo revelarse y esconderse del que todo lo sabe y que en todos lados habita:
“Fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres”.
— Apocalipsis 9:15.
Ni siquiera leen la Biblia, Dios mandó a matar por millones. El dolor de cabeza de todo teólogo, apologista, creyente, es que si un libro es inspirado por “Dios”, no puede tener ni una línea de odio, o incongruencias, intolerancia, dictadura y maldad, pero la Biblia contiene eso y más. El personaje de Jesús apoya las escrituras, la ley dictatorial e injusta de Dios que ha causado tragedia por tantos años:
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar sino para cumplir”. — Mateo 5:17-18.
Cristo es el “hijo de Dios”, es Dios mismo encarnado en su avatar humano, es Yavhé, Jehová, el rey de reyes (no, no es Don Omar), el Señor, el Padre… por lo cual el antiguo testamento no se puede abolir, como lo intentan los más impotentes apologistas. El antiguo testamento es la biografía del padre Dios que amorosamente asesina y asesina, y que luego ya saben (siguiendo el relato bíblico) por lo que hizo pasar a su propio hijo: la pasión de Cristo. Pero no se confunda con la palabra “pasión”, que no fue nada con Magdalena. Fue con torturas y una crucifixión (que en realidad es: cruz y ficción), lo más astuto que se le ocurrió al ser más sabio y poderoso del universo: para salvar a la humanidad. Deben entender, los autores de Mateo, Marcos, Lucas y Juan (autores que no presenciaron lo contado), no eran muy buenos guionistas, su inspiración era el antiguo testamento.
Continuando con los desaciertos de las divisiones bíblicas, sabemos que luego los discípulos y epístolas del nuevo testamento dan por cierto lo escrito en el antiguo, y hasta hacen las referencias más disparatadas de muchos relatos y personajes. De hecho, Cristo vino para borrar el daño de Adán y Eva (guiño), entre otros asuntos, como resolver el problema que él mismo creó y luego trató de destruir sin éxito. Algunos, como los católicos jerarcas, reconocen que Adán y Eva no existieron, pero en su eterna ignorancia no se dan cuenta que no deben pensar así, no solo porque sus ancestros (quienes sí cumplían la Biblia) estarían decepcionados, sino porque entonces Cristo vino (otro guiño) para eliminar algo que no sucedió. Pero claro, para muchos, reconocer lo ignorante e infantil en las historias de Adán y Eva, o Noé, les parece racional (ya era hora), sin embargo, otras enseñanzas e historias sí las hacen ver como reales, incluso las que están en el mismo Génesis, de donde conocemos, precisamente a: Adán y Eva. La principal que hacen ver real, y en la que creen debido a su inmadura selectividad de lo que les convenga, es la primera mentira: “Dios” es el creador y a él debemos rendirle tributo si no queremos ir al tormento eterno que amablemente nos ha regalado.
Tomando otros ejemplos en los desaciertos bíblicos, vemos como el salmo 14:1 expone otra mentira: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien”. Uno no sabe si reír o llorar, sobre todo cuando lo citan en misas y cultos, y los fieles se levantan con la emoción del irracional. Las fábulas de Jesús las expuso Buda mucho antes de dicho mesías. Sí, Buda vivió en el año 500 antes del “mesías cristiano”. Pero a diferencia de la imposición de Jesucristo para tener fe en la palabra, en la tradición y en la autoridad, Siddhartha Gautama (Buda) dio una frase racional y excelente, la cual también repito cada vez que puedo:
“No crean en nada, Oh monjes, meramente porque se lo hayan dicho… o porque sea tradicional, o porque ustedes mismos lo hayan imaginado. No crean lo que su maestro les dice meramente por respeto al maestro. Pero cualquier cosa que, después de apropiado examen y análisis, hallen ustedes que conduce al bien, al beneficio, al bienestar de todos los seres, esa doctrina créanla y aférrense a ella, y tómenla como guía”.
Aunque como bien lo entendió Christopher Hitchens: no existe la solución oriental. No podemos olvidar que el budismo tiene algo rescatable en filosofía. A esto le sumamos los cientos de científicos, actores, activistas, profesores, y cualquier persona que no tiene a “Dios” en su corazón, quienes han ayudado, han hecho y hacen cosas buenas. Sí, sin Dios o Santa Claus en sus corazones. Pero bueno, qué se puede esperar, una mentira más, una calumnia más o una menos de las miles de este libro que se hace pasar por “sabiduría”, eso no es ninguna novedad. Y bueno, en el tercer capítulo de Juan, la perversión en 3:16, después de expresar el famoso horror de un ser supremo, el más inteligente, que da a su hijo unigénito como una salida para la salvación (y hay gente con estudios que aún no ve la depravación y vacío de esto), se hizo eco otra vez de ese fatuo y necio invento de condena a quien no crea en ese Dios particular que vino a arrasar vidas con su mantra: me amas o te condeno.
“El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”. — Juan 3:18.
Y por si alguien quería “interpretar” lo que quisiera (típico para engañar a los incautos), y no lo que realmente es, debía decirse con mayor voz dictatorial:
“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida. Sino que la ira de Dios está sobre él”. — Juan 3:36.
No se pierda más de esta sabiduría, lea el Apocalipsis. Si creía que con esto todo iría mal, el Apocalipsis le mostrará que todo puede y debe ser peor. ¿Y así piden “respeto”? Qué triste que ni siquiera sepan qué es el respeto y la tolerancia, pero aún así se quejan cuando se muestran estas críticas que, efectivamente, son respuestas a los horrores bíblicos, horrores de los cuales no ponen quejas, porque es la palabra maravillosa de Dios, quien desde sus errores en el orden de la existencia del universo, la tierra y las formas de vida, hasta la condenación a quienes tampoco crean en él a través de Jesucristo y, por supuesto, cientos de años posteriores entre sangre y disputas debido a esa astucia del omnisciente, nos deja ver que todo esto lo hizo para desquitarse del aburrimiento que tuvo en la primera parte de su eternidad cuando solo estaba “la nada”, y aparentemente ella no quiso jugar más con él, lo que le dio el deseo de crear algo. Deseo: la primera característica humana de Dios. Una de tantas que luego mostraría, como la ira, y no me guardaré la obviedad: porque fue hecho a imagen y semejanza de quienes lo inventaron: los seres humanos, llenos de defectos y desconocimiento.
Qué triste que la gente no sepa que su religión es un plagio de otros dogmas, incluso de mejores que los recopilados. Pero lo más triste es que hay gente que no conoce la cultura de otras religiones y dan juicio de la propia como la única y la “real”, para luego decir falsamente que su libro o culto está lleno de sabiduría. Qué mal informados están algunos, alimentando las malas intenciones de los fundamentalistas. Se esconden de la realidad, juegan con la verdad para desaparecerla e inventar algo que puedan mostrar como esa verdad, hasta que la gente la crea. Desconociendo que de todas formas: sigue siendo mentira.
Es molesto que en nuestro hogar se siga señalando la no creencia en seres sobrenaturales como un defecto, y es mentirle a la humanidad con la mala educación de siempre. El ateo no cree ni en Dios ni en el Diablo. El ateísmo es simplemente no creer en las mentiras e invención de los dioses de esta humanidad y sus artilugios. El escéptico no cree en lo que no tenga sustento, duda hasta encontrar, hasta tener pruebas. No hay Dios ni Diablo, el escepticismo es no creer en esos inventos divinos, no mantener creencias sobrenaturales, pues no aceptamos en ningún terreno: cualquiera de las afirmaciones absurdas o sin fundamento y sin evidencia que se presentan. Lo que le quieran inventar de ahí en adelante es solo capricho e impotencia, la cual resulta al ver que podemos ser buenas personas sin la hipocresía y el condicionamiento de hacerlo para recibir una supuesta: salvación.
Amnesia controlada y el eterno presente:
Por siglos se ha hecho un paralelismo erróneo e hipócrita entre cristianismo y moralidad, pues ha sido el cristianismo el implicado en exterminios humanos, llamados “sacrificios” porque así, efectivamente: lo manda Dios. También ha sido el cristianismo el implicado en las ideas e historia nazi, en exterminar masas para obtener poder. Los adventistas, mormones, bautistas o de cualquier denominación evangélica, siempre se empeñan en inventar que quien no crea en la mitología cristiana o de su dogma, va por mal camino. Esto es una retórica sin sentido y falsa. Lo más curioso es que por el lado creyente la experiencia ya ha demostrado su crueldad, su avaricia… la manipulación y el llanto del mundo conforman el currículo del cristianismo (entre otras religiones), pero discursos vacíos tergiversando la historia son el diezmo de cada día en aquellos quienes tienen amnesia controlada. Quieren olvidar un pasado que no perdona.
En 1572, el 24 de agosto, piadosos y motivados cristianos franceses mataron un aproximado de 100.000 hugonotes, acto amoroso y divino que para el cristianismo resultó en un armonioso repique de campanas y felicidad celestial. El desprestigio a María Magdalena desde la iglesia, inventando que era una prostituta, para poder agregar ingredientes al perturbado morbo y temor del cristianismo hacia el sexo. El castigo al médico Andrea Vesalio, porque en su Fábrica del cuerpo humano (1543) fue uno de los primeros en desmontar la patética historia sobre el mito infantil de la costilla de menos que tenemos los hombres, debido a que fue usada para crear a Eva. La inquisición se deleitó con Vesalio, pero Adán y Eva nunca existieron, ni el Diablo y demás imaginarios, y además, nuestra existencia es la que experimentamos, gracias al proceso evolutivo. Inocencio III exterminó a los cátaros, y no precisamente con caricias. Tenemos además todo el salvajismo de las cruzadas, conversión forzada a indígenas como evangelización de América, su complicidad con las dictaduras del siglo XX en Latinoamérica y Europa, persecución de judíos, cientos de años con su bella inquisición, su antiguo y actual ataque a la liberación femenina, a la democracia, a la libertad religiosa, a la libertad de prensa, a la búsqueda del conocimiento y al divorcio, entre otros “males”. Pero ya conocen la historia y actualidad: es la erudición cristiana castigando contrincantes y verdades.
El cristianismo también se enamoró y comió helados con el fascismo de Benito Mussolini y el español Francisco Franco, coqueteó con Pinochet y, continúe contando. Para no extender tanto, vamos al inicio. Otro genocida, el emperador Constantino, quien fue su amiguito fiel y colaborador. Así es como tenemos hoy el cristianismo, después de asesinar a miles de personas. ¿Cómo es que siguen mintiendo diciendo que la religión, los templos, sus libros, los religiosos, los pastores, curas… son una santidad? Y peor aún cuando sabemos que “santidad” no implica nada bueno más allá del papel. Los llamados “santos” y “santas” no entran dentro de la acepción de “libres de culpa” y “buen ejemplo”, pues han sido seres que repudian el razonamiento y las libertades, así como han sido misóginos, difamadores y profundamente discriminantes, sectarios e irracionales.
Steven Weinberg, el nobel de física, expresó una realidad inmortal con una lucidez tremenda. Es una verdad que se puede observar, evidenciar y analizar desde nuestra infancia, para luego confirmar el resto de la vida adulta: la religión hace que personas buenas actúen mal. Weinberg lo entendió claro y conciso:
“La religión es un insulto para la dignidad humana. Con o sin ella, habría gente buena haciendo cosas buenas,
y gente malvada haciendo cosas malas,
pero para que la gente buena haga cosas malas,
hace falta religión”.
Todas las personas tienen derecho a creer lo que deseen, pero no deben pretender pasar sus suposiciones, su fe, como una explicación de la realidad. Sus creencias solo son resultado de la cultura dónde se les adoctrinó. Quieren imponer sus creencias en filosofías gastadas, refutadas por la existencia y de moral bastante lamentable. Tampoco deberían, si no quieren exponerse más al ridículo, seguir utilizando el disfraz del discurso, para decir, sin gracia alguna, que si no se cree en dioses o en religiones: no hay camino, vida ni valor (sin embargo, es el sermón de cada día). Está demostrado a través de la vida y, la realidad histórica, que la comunidad secular, de librepensadores, de no creyentes, no está enterrada en caos… al contrario, goza de gran desarrollo. Esta es otra realidad que pone furiosos a los creyentes: las sociedades menos religiosas, las que no rigen su vida pensando en la dictadura de Dios, son las que están mejor. Sam Harris desató nuevamente la ira de muchos, cuando en su manifiesto del 2005, recordó esta verdad y habló con mucha propiedad desde los datos de desarrollo humano, desde su elocuente forma de llevar un mensaje, y su conocimiento científico y filosófico para reabrir el debate que deja en silencio a los que repiten la mentira: “Una sociedad sin Dios está mal” y “sin Dios nada”. Dos expresiones llenas de desconocimiento. Enfrentemos un extracto de la realidad reiterada en esa ocasión por Harris3:
“Países como Noruega, Islandia, Australia, Canadá, Suecia, Suiza, Bélgica, Japón, Países Bajos, Dinamarca y el Reino Unido se encuentran entre las sociedades menos religiosas de la Tierra. Según el Informe de Desarrollo Humano 2005 de las Naciones Unidas, dichos países son también los más sanos, como indican las medidas de esperanza de vida, alfabetismo adulto, ingresos per cápita, desarrollo educativo, igualdad entre sexos, tasa de homicidios y mortandad infantil. A la inversa, las 50 naciones que ahora se encuentran en el escalafón más bajo en términos de desarrollo humano son fuertemente religiosas”.
Esa realidad sigue siendo así, y para incomodidad de los creyentes, cada sociedad que está mejor educada, que conoce más, ya no necesita creencias, porque el conocimiento las va descartando. Siempre hemos descubierto cómo va funcionando el mundo y las relaciones en este hogar del sistema solar, y al ir descubriendo ya no le otorgamos la lluvia, las enfermedades, la vida y diferentes aspectos: a creencias. Dentro del primer semestre del 2014, se entregaron los resultados de los países donde mejor se vive, los que crecen más, los que sobresalen en mejoras sociales, estudio realizado por la Universidad de Harvard. Suiza e Islandia están en los primeros puestos, por ejemplo.
Las sociedades que están mal son altamente religiosas, como algunos países de África y muchos que ya están tratando de corregir esto en el continente americano. El creyente debe entender y no ser deshonesto, reconocer que no se trata de opiniones, sino de realidades. El cristianismo tiene mucha culpa en el declive de nuestro mundo, pero también es cierto que cristianos y otros religiosos se han opuesto a las guerras y desastres que sus creencias han creado, pagándolo con su vida, sin embargo, también lo han hecho personas no creyentes, y es gracias a esa rebelión que hoy el cristianismo se quedó sin armas poderosas. A pesar de toda la abrumadora evidencia en cada campo del conocimiento, los dirigentes y jerarcas religiosos lo mantendrán enfermo diciéndole que necesita creer en algo, pero no en algo real o razonable; a Ud. lo mantendrán enfermo de miedo a un ser supremo, para vendérselo, y esa, esa será la medicina. Bueno, vaya que han tenido éxito suministrando curas, aunque sean homeopáticas, claro, por eso el éxito es en distribuir, no en lograr resultados. En consecuencia, muchos enseñan a creer ciegamente: La fe, la obediencia sin pruebas, porque es más fácil creer y decir ¡sí!, antes de recurrir a la tarea de pensar e investigar para decir: Pero… o simplemente: no. El intelecto de Carl Sagan lo entendió muy bien al expresar:
“El primer pecado de la humanidad fue la fe, la primera virtud: La duda”.
¿Les parece si vemos otra calumnia que también quieren tapar sin éxito? Bien, recordemos que Dios, sí, DIOS, da gala de sus atrocidades en cuanto al tema de las relaciones amorosas y sexuales en todo el pentateuco. Veamos un botón de muestra. En el capítulo 22 del Deuteronomio nos enteramos que Dios está dando las órdenes amables a un tipo sin educación, le dice cómo se debe tratar el castigo en las relaciones sexuales y pasando rápidamente por el morbo al indicar que la mujer debe mostrar las señas de su virginidad al pueblo, extendiendo su vestido para que los ancianos observen sus “vergüenzas”, –así se le llama a los genitales en esta religión reprimida y enferma con el tema sexual–, y corroboren si es virgen o no. Pasando esto, que es muy bueno, porque es la palabra amorosa de Dios, llegamos a la conclusión tan piadosa y comprensiva:
“Si resultare ser verdad que no se halló virginidad en la joven, entonces la sacarán a la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán los hombres de su ciudad, y morirá, por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti”.
— Deuteronomio 22:20-21.
Es una orden de Dios, algo digno de un ser omnisciente, ¿o no? Pero recuerden que Dios no fue a la escuela, por eso no se le podía ocurrir algo relacionado con educación sexual o algo pedagógico para conciliar con sus imperfectas hijas e hijos hechos a imagen y semejanza del perfecto Todopoderoso. Esto nos lleva a otra de las deliciosas contradicciones y horrores en las facetas de Dios hijo, Dios hecho hombre contra Dios Padre. El Hijo unigénito a veces olvidaba que él vino para cumplir la ley, no para invalidarla (Mateo 5) ¿A qué se debe esta referencia? Simple, al recordar esa trágica ley ordenada por DIOS, algunos creen que tienen una carta debajo de la manga con la historia de la mujer adúltera en el nuevo testamento. Pero no es así. Aunque se debe reconocer que con Jesús se ve humanismo en este reto, la alegría dura poco, pues la Biblia se condena a sí misma con todas las aberraciones que contiene. “Amar y revelarse ante la ley”, no es más que un alivio efímero. Además, no se necesita creer en dioses, o ser Perseo, Apolonio de Tiana o un Dalai Lama, para saber qué daña y qué no lo hace; al contrario, la religión sabe muy bien cómo hacer daño, su historia es muy amplia en estos actos. Vamos entonces a esa excelente lección que otorgan a Jesús, la cual es algo de sentido común, humanitario y comprometido, pero que ya se aplicaba mucho antes, desde que el altruismo y la herencia moral en el código genético iban en la celebración del proceso evolutivo, moldeado por la educación social.
La situación de Jesús y la mujer adúltera va de la siguiente manera:
“Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio (…) en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? (…) y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella (…) ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno (…) Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más”.
— Juan 8:3-11
Mil puntos para Jesús -debo resaltar- ya era hora que en esa historia alguien parara a esos ineptos armados de piedras en sus manos y en sus cabezas cavernícolas. Pero lástima que también dure poco la alegría, porque la razón y el pensamiento demuestran muchas inconsistencias que el creyente no ve, ya que le enseñaron que debe aceptar lo que se escribió y lo que se dice, pues es de autoridad celestial. Se debe aceptar tal como lo enseñó Martín Lutero: quitándole los ojos a la razón. Muchos justifican su adaptación caprichosa de los hechos con la falacia del libre albedrío, inventan qué es o qué no es de Dios, o en qué influyó o estuvo ausente el omnipresente. Eso demuestra una impotencia terrible, y como es evidente, una deliciosa contradicción. Analicemos:
Primero: La ley vino de Dios dictada a Moisés, lo puede ver a través del pentateuco, y con la muestra que se expuso líneas arriba: ordenado por Dios (lea el Deuteronomio completo), no fue Moisés quien mandó apedrear a tales mujeres, el pobre tipo solo dictaba lo que le entregó un Ser Supremo, ¡fue Dios quién mandó!, entonces, el primer punto que daña la acción heroica, es que el mismo que dictó, vino a decir que ya no se hiciera. Aunque se tardó demasiado, ¿no? ¿A cuántas mujeres hubiese salvado si para empezar no hubiera dado esas leyes?; muchas más se hubiesen salvado si no hubiera esperado tanto para venir.
Segundo: La mujer fue perdonada en el pasaje, pero lo que no terminan de entender los creyentes, es que el perdón de Jesús y sus brazos abiertos al paraíso, aunque están marcados por arrepentirse y recibir la gracia, lo que prevalece ante todo, es nuestra salvación y valoración, solo si cree que Jesús es el salvador, el enviado de Dios para que quien crea de corazón que resucitó de entre los muertos, sea salvo. Ni el buen samaritano se salva. Ahora, supongamos que luego de esto la mujer fue hinduista el resto de su vida, después de no tener más contacto con Cristo debido a la ya conocida muerte de incoherencias trágicas que cuenta la leyenda bíblica. Entonces ella se condenó, pobrecita. Esto se ha demostrado con las citas de la propia Biblia y el proceder de los cristianos todos estos años. En ambos testamentos, haga lo que Ud. haga, reciba lo que reciba, la llave es creer en ese Dios específico porque es, vamos a la antífona: “♫Verdadero y Único♫”. Y no podría ser de otra manera, ¿o es que vamos a olvidar que él no vino a traer la paz, pero sí la espada, la disensión y la condenación acusándonos con papi? Vamos a repetirlo y agregamos el preámbulo:
“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.
No penséis que he venido a traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada”.
— Mateo 10:32-34.
Quien no siga a Cristo merece quemarse por siempre en el infierno, quien no reconoce a Jehová: es un pecador, un necio, un ser que no merece nada. Este Dios disfruta castigando a quien no le rinde pleitesía, a quienes no reciben su enseñanza. Si el Todopoderoso no logra que su creación lo adore, vendrán las pestes y plagas, o esas sacudidas de pies en señal de repudio, tal como Jesucristo enseñó a los discípulos cuando eran rechazados en los pueblos u hogares, sitios a los cuales él (Dios) tampoco iría, sino que enviaría un amoroso detalle:
“Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies. De cierto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para aquella ciudad”.
— Mateo 10: 14-15.
Los creyentes exigen que no nos metamos en sus ilusiones, pero no vacilan en meterse en los gustos y vivencias de los no creyentes o creyentes de otras fantasías. Personas entregadas a la creencia hablan sin conocimiento para seguir desafiando a la realidad y para seguir siendo deshonestos con las evidencias que tenemos. Jesús Adrian Romero estuvo en CNN en mayo del 2012, en el programa de entrevistas: Cala. Él le dijo al periodista Ismael Cala “que la necesidad de Dios es la que llena el corazón”, al igual que el papa o cualquier líder cristiano, expresó basado en la Biblia, que se necesita una relación con Dios para mejorar. Ismael Cala no invita a personas críticas para poner en balance los consentidos programas que ha hecho con sacerdotes, ufólogos, místicos y un número considerable de líderes como Marcos Witt. Después de ver la transmisión de Cala de su especial en México, en el 2014, con Jaime Maussan, quedó más claro que se deberían invitar personas que expliquen muchos argumentos que, con entrevistas complacientes ya realizadas, le han dejado confusión a la audiencia y alimento a un pensamiento cerrado para muchos. Por ejemplo, con Maussan se expuso que hay gente petulante que cree que estamos solos en el universo y que considera que porque nosotros no podemos visitar otros planetas, no significa que no hubiese vida que sí pudiera venir acá. Eso es una incoherencia, es desconocimiento, pues Maussan es cristiano católico y admirador de la virgen de Guadalupe, como él mismo lo dijo. Si él es cristiano, no debe decir eso, pues en el cristianismo nosotros somos la base de la creación, el centro de todo, y los dueños de otras formas de vida. Nunca se menciona vida extraterrestre, es muy simple, bíblica y doctrinalmente verificable.
En muchos sectores siempre hay gente tratando de hacer pasar por ciencia o evidencia lo que no lo es. Y esto no se limita a líderes de instituciones oficialmente formadas. Rhonda Byrne y su falacia de ‘El Secreto’, Deepak Chopra, Paulo Coelho… son algunos de los charlatanes que más desviaciones de razonamiento causan en la sociedad. Se muestran como conocedores de lo que en realidad no tienen ni idea. Utilizan el desconocimiento y las ansias de creer en fantasías, para ponerle chispas de palabras científicas y hacer pasar por ‘sabiduría’ lo que no es más que una compilación de argumentos desde la ignorancia. Es por eso que el camino es cuestionar todo y basarnos en pruebas, nutrir nuestro conocimiento en contra de toda clase de saboteador de la honestidad intelectual.
Nuestra evolución se ha logrado luchando contra las corrientes políticas y religiosas que ponen al dogma encima del ser humano, para colocarse ellos como dueños de la verdad pasando por encima de la evidencia. En la actualidad no pueden asesinar, ese poder bestial de antaño lo perdieron gracias al triunfo de las rebeliones, la ilustración, la razón y la perseverancia. Sin embargo, siguen atacando en el eterno presente con su oposición a la ciencia, al avance, a la búsqueda de la verdad, al librepensamiento, siguen con su homofobia, con los abusos sexuales, su imposición de dogmas, sus juicios incoherentes, su machismo, su fracaso moral, y su ataque irracional contra los activos sectores laicos, humanistas seculares, racionalistas, escépticos y librepensadores.
Si tiene un “Dios” personal, déjelo para Ud. si así lo necesita. No lo use para atacar y humillar, para ofender la inteligencia. El problema es cuando toma una excusa fútil para sentirse bueno y superior, acto seguido: lo llama Shivá, Alá, Cristo, Horus o Krishná y dice que esa es la verdad, sin prueba alguna y con libros incoherentes, mitológicos y llenos de odio, machismo y salvajismo; libros de triste proceder, inspirados, escritos, recopilados y utilizados por hombres de escaso conocimiento y sensibilidad. El problema es la sangre, la discriminación, los ataques y las mentiras que trae toda esa mitología. Todas las religiones se pelean por adquirir nuevos creyentes, suponen inocentemente que su Biblia, Corán y demás escrituras son incuestionables, creen que su Dios es el verdadero. No pueden demostrar nada de lo que predican, no se dedican a buscar respuestas, a aceptar la realidad, a querer con pasión.
Entiendo que estas creencias les den consuelo a algunas personas, es un placebo a corto plazo y les da alguna comodidad, pero no utilicen esa creencia para atacar ni para creer que tienen razón solo por repetir lo que una tradición les ha dejado. Es muy simple, respuestas directas, documentadas, honestas y sarcásticas como estas, existen y existirán, porque cada día palpita ese insulto a la inteligencia y la vida: la religión. Solo quiero mostrarles que la mayoría de las cosas que intentan programarnos son un telón de manipulación, un conformismo adquirido. No puedo quedarme quieto ante tanto odio e insultos a la existencia. Para cambiar nuestro entorno necesitamos confianza, conocimiento, educación, ejemplo y cultura en nuestros actos. Aprender y amar cada día construyendo desde el individuo para crear una sociedad crítica que se alimente de innovación, sin estar sometida a obsesiones tan anacrónicas, absurdos, fanatismos políticos y religiosos, fobias y programación. Todos los días la vida nos grita esto. ¿Por qué no la escuchan?
Ser ignorante no es el gran problema, el gran problema es estar orgulloso de ello y tratar de enseñar la falta de conocimiento como un don. Investiguen, verifiquen y conozcan, una mente despierta no busca creer, su búsqueda es el conocimiento, el cual nos guiará a creer lo que debe creerse y a preocuparnos de lo que realmente es necesario: nuestra vida, buscar libertad, amarnos, colaborar y atacar los aspectos que traten de dañar nuestra sana convivencia. ¿Vamos a seguir programados? ¿Vivimos creyendo en divisiones, dogmas, sometidos a condicionamientos, esperamos que nos mientan y seguimos dormidos? ¿O intentamos colaborar con el mundo sustentados por la realidad, las pruebas, la historia y construyendo un hogar ético, razonable, culto y amoroso?
Es hora de madurar:
Sume las fantasías de la gente, su ignorancia ante lo que ellos suponen creer, reste dudas al pensamiento, divida su libertad y multiplique sus temores. Con ese terreno preparado, cree una falacia y ellos lo seguirán. Así tendrá las operaciones más básicas para derrumbar cualquier ecuación compleja de un ser que no sabrá cuál es el resultado de:
sentir y razonar.
El papa Francisco desde que inició su mandato ha expuesto muchas contradicciones y prejuicios naturales del cristianismo. Ya ha dicho que quien no está con Dios, está con el diablo, lo cual es lo normal, porque es su creencia falsa basada en el libro infame. Luego inventó que los ateos también podían ser perdonados, lo cual no es bíblico ni aceptable en el cristianismo, es un disparate muy profundo en la contradicción a la palabra del Todopoderoso sabio, pero después desde el Vaticano se aclaró que no, que Francisco no se refería a eso. Es muy gracioso. Partiendo de ahí, vamos a un hecho importante en las incongruencias divinas, ocurrido hace años en el discurso que dio el anterior papa, Benedicto XVI, junto a la reina Isabel II a las autoridades británicas, en el 2010 exactamente. Él expuso la misma falacia de Francisco con palabras y horrores diferentes, pero fue más lejos e hizo una comparación y relación nefasta. Él recordó la victoria en la guerra contra4:
“Una tiranía nazi que deseaba erradicar a Dios y a los religiosos… Al reflexionar sobre las lecciones del extremismo ateo del siglo XX, la exclusión de Dios, la religión y la virtud en la vida pública llevan al final a una visión truncada del hombre y de la sociedad”.
Esta exposición es a todas luces irresponsable e incongruente con la verdad histórica. Primero, lo que los nazis querían eliminar era la raza “débil”, la represión contra ciudadanos definidos como enemigos de la nación: judíos, comunistas, testigos de Jehová y homosexuales, entre otros. Además, Hitler era cristiano católico, lo expresa en “Mein Kampf” (Mi lucha), en los discursos y en el apoyo de esta religión. De hecho, la persecución a los testigos de Jehová ayudó a los católicos a lograr que solo su denominación tuviese más fieles. La historia está escrita, las fotos están plasmadas.
La respuesta a esto fue inmediata, la Sociedad Humanista declaró:
“Es sencillamente libelo y surrealista que el papa diga eso viniendo de una institución que impone su estrecha visión de la moralidad y ataca los derechos de mujeres, niños, gays y muchas personas”.
Luego desde Nevada, los hindúes (un poco más despiertos que los cristianos) dieron su crítica por ofender a los no creyentes tachándoles de nazis. Y así muchas respuestas ante esta falacia5. Por otro lado, así Hitler hubiese sido “ateo” (pero no lo fue), su ideología política no tenía nada que ver con el ateísmo. Pueden citar a Stalin, quien sí era ateo, pero igual no tienen de dónde argumentar, pues lo que él hizo, su aberrante mente asesina, fue forjada por su creencia en el comunismo estreñido de su violenta ideología, no en la indiferencia a los dioses; estos grupos –tanto los nazis como los comunistas– tenían una estructura religiosa, hasta tal punto que por su delirio masivo social, elevaban a sus líderes como dioses, seguían los pensamientos dogmáticos, las ideologías que ellos les revelaban como verdad y camino. Además, en el comunismo hay cristianos, hay gente de diversos pensamientos. Por ello, el problema real es perjudicar a los demás basados en la creencia sin sometimiento a pruebas y discusión, y el extremismo que se debe señalar es el político, el doctrinal, regirse por fe. Si la “visión truncada” es tratar de vivir en armonía por medio de los derechos humanos y la oposición a los daños religiosos, vivir en el saber y el compartir sin recurrir a mitos ignorantes de corte bíblico, entonces: ¿por qué la cárcel está llena de religiosos, de criminales hijos de Dios?, ¿por qué se oponen al progreso humano, le pegan a su mujer, engañan a su esposo, a su esposa, ofenden a cualquiera en los bancos, transportes o familia? ¿Por qué tienen relaciones sexuales antes de casarse si eso está prohibido en su religión, por qué emprenden relaciones amorosas con personas que aún no se han divorciado? ¿Por qué se hacen tatuajes, senos y traseros relucientes de silicona? Hipócritas.
Muchos quieren imponer su adoctrinamiento a los demás destacando sin evidencia que “su” religión, secta o denominación, es la salvadora. Esta creencia está bastante alejada de la realidad. No solo es irresponsable culpar sin pruebas, y sin una gota de verdad, como lo hizo el papa en aquella ocasión hablando del nazismo, y como aún lo hacen en referencia al tema, sino hacerlo en este caso, pues aunque unos hermanos cristianos con sentido común no fueron asesinos y fueron más razonables, la alta jerarquía y demás fieles mataron por doquier y aprovecharon el furor irracional para complacer a su Dios, asesinando judíos, como buenos desagradecidos hijos que atacan a su madre después de absorberles todo lo que pudieron. Para aclararle al que lo desconozca, el cristianismo es una secta judía.
La primera entidad en reconocer a Hitler fue el Vaticano. A este asesino cada año le celebraban su cumpleaños en las iglesias. Los cristianos vieron una gran oportunidad para eliminar opositores y judíos, y por supuesto, para seguir capturando a su institución por medio del miedo. El papa Pio XII, conocido como el papa de Hitler6, estuvo del lado de este criminal. En su libro, ya mencionado arriba, Hitler escribió que peleando contra el judío se defendía la obra de Dios, y aunque no asesinó únicamente judíos, ellos fueron sus preferidos.
El apoyo de los protestantes también fue fiel, el nazi coincidía con las ideas de Martín Lutero, un cristiano quien en su obra: “Sobre los judíos y sus mentiras”, promovió la quema de sinagogas, la infame prohibición del culto judaico, la expropiación y los trabajos forzados. El mismo concepto de Hitler: un pueblo que se ajuste al dogma. Así como la ciudad de Dios, esa tan apetecida por “san” Agustín, la cual es una ciudad libre de judíos, cualquiera no cristiano, escéptico, ateo, agnóstico, hereje y pagano; ¡qué gran amor al prójimo, ¿cierto?! Todo esto doctrinas aplicadas por Stalin, Hitler, Mao, el Che, Franco, Videla, Pinochet… ¿El error?, creer y seguir dogmas que no permiten crítica, que no buscan igualdad, amor y conocimiento, esas que no se someten al debate para mostrar pruebas. ¿Y ahora qué van a decir? ¿Lutero y los papas querían eliminar a Dios y la religión de la sociedad?
Pasaban los años y los cristianos que estaban apoyando el tercer Reich cumplían la labor de Dios, destrozando la vida de los hermanos judíos. La iglesia fue cómplice en la entrega de datos sobre las familias judías a los nazis, para que encontraran la descendencia de la persona hasta su antepasado ligado al judaísmo. El historiador de la iglesia católica, Guenther Lewy, nos hizo saber que7:
“Nunca se debatió la cuestión si la iglesia debía prestar ayuda al estado nazi a buscar gente de origen judío. Todo lo contrario. ‘Siempre hemos trabajado desinteresadamente para la gente sin buscar gratitud o ingratitud alguna –escribió un sacerdote en Klerusblatt en septiembre de 1934–. También debemos hacer lo posible para ayudar en este servicio al pueblo’. La cooperación de la iglesia en este asunto continuó durante los años de guerra, cuando el precio de ser judío ya no era la negación de un trabajo en el gobierno y la pérdida de un medio de vida, sino la deportación y la clara destrucción física”.
Por si esto fuese poco, no se excomulgó a ningún nazi cristiano durante este proceso tan trágico de la historia, pero cómo hacerlo, si todos estaban de luna de miel y no ponían en duda la doctrina cristiana. Mientras ninguno de ellos fue condenado por la iglesia, saltemos a un hecho diferente: a Miguel Servet (médico, astrónomo, abogado, meteorólogo, matemático y teólogo español) como a miles de personas que pusieran en tela de juicio la ideología cristiana, sí le dieron una muerte “divina”, denunciado por el reformador cristiano Juan Calvino. Recordemos también el castigo a Giordamo Bruno y… bueno, no terminaríamos la lista de ese cariño cristiano que tan fielmente se aplicaba, aplica y aplicará, incluso a sus propios seguidores ingenuos. ¿No son un amor estos cristianos? Y me imagino que su Dios estaría ocupado viendo morir de hambre a niños de todo el mundo.
El nazismo no solo tenía el cristianismo como su religión oficial, con sede en la iglesia que celebraba su cumpleaños. El nazismo fue otro tipo de religión, esa religión política que hemos visto a través de los años en diferentes ideologías y que aún tiene auge en los seguidores de colores políticos que, aprovechando el furor de los fieles, manipulan el consumismo desmedido a través del capitalismo, la fe del paraíso que promete el comunismo, y los desaciertos sacramentales de las etiquetas “izquierda” y “derecha”. Es allí donde la política ha tomado patrones religiosos, para poder evangelizar a los ciudadanos con odio hacia los opositores del gobierno de turno, sin olvidar mostrarse como que ellos (los que gobiernan) son los salvadores, los del orden correcto, a quienes se les debe rendir culto con sus fotografías y consignas diarias. Si no pertenecen a su grupo, están equivocados, y si se aplica el discurso de Benito Mussolini, apelando al fascismo, el cual también fue apoyado por el cristianismo, mucho mejor. Y cómo no iban a enamorarse el fascismo y el cristianismo, si gracias al padre fascista en la política: Mussolini, es que el Vaticano y el cristianismo lograron otra meta importante por medio de la ventaja que el político le dio a esa religión para comenzar a ser esa fuerza saboteadora avalada como estado. El nazismo usó las estrategias fascistas, como lo hace cualquier régimen totalitario, pero antes ya lo usaba el cristianismo.
El fascismo es, en resumen: una ideología que pone los sentimientos exaltados por encima de la razón, un absolutismo que doblega a quienes se enfrentan al pensamiento político de turno, para ubicarlos como violentos adversarios mientras se recuerda el furor en la “lucha de clases”, y sus medios hacen una publicidad de victimización para reafirmar que los enemigos son los del otro lado político. Esto, precisamente, es una de las armas más usadas por la religión. El cristianismo crea enemigos en quienes no están de acuerdo con su proceder. Es un totalitarismo que persigue a todos aquellos que se revelan ante su mandato. Dicho esto, por su necesidad para mostrar el matrimonio entre política y religión, y en el tema base: nazismo y cristianismo, veremos ahora un mensaje que resume esa fe en algún ser superior que la masa sumisa está dispuesta a defender. Durante un discurso en 1934, Rudolf Hess expresó que su nacionalsocialismo estaba cimentado en una fidelidad acrítica al Führer (Hitler), y que no se necesitaba un por qué en cada caso para la ejecución de sus órdenes. Rudolf reiteró que ellos creían que Hitler obedecía a un mandato superior, para cambiar la historia de Alemania, por tanto no podía haber críticas al respecto. Muy claro, ¿cierto?
La iglesia no excomulgó a Hitler. Como ya se expuso, el papa Pio XII es conocido como el papa de ese genocida, lo cual es de conocimiento global, con él se profundizó la ayuda al nazismo. Aunque los que niegan la realidad tengan el descaro de decir que Pio XII salvó más judíos que Schindler, lo que demuestra un desconocimiento desvergonzado del apoyo cristiano al nazismo, y de lo más evidente y conciso expuesto acá, o lo revelado por el propio Benedicto XVI en los documentos del Vaticano. En una carta que envió el papa de Hitler, en 1939, se redactó esto:
“(…) Durante los años que pasamos en Alemania, hicimos todo lo posible para establecer unas relaciones armoniosas entre la iglesia y el Estado. Ahora que las responsabilidades de nuestra misión pastoral han incrementado nuestras posibilidades, oramos con mucho más fervor para alcanzar dicho objetivo. Que la prosperidad del pueblo alemán y su progreso en todos los ámbitos llegue, con la ayuda de Dios a buen término”.
Con esto es suficiente, esa es la verdad. Hay tantos señalamientos que siempre buscan desprestigiar a quienes no somos creyentes, pero resulta que esos señalamientos no tienen base, es una impotencia poética. Actualmente el cristianismo no puede exhibir casos de asesinatos masivos, ahora es un caos de odio en marchas, intromisión en política, en la ciencia, homofobia, manipulación histórica, psicológica y en los peores casos: físicos. Parece que la gente creciera sin ir a una escuela, sin abrir un libro y sin enfrentar las realidades. En cada grupo hay de todo, ateos, cristianos, musulmanes… pero ser religioso nunca ha sido sinónimo de bondad. El problema es creer en “x” corriente y sin pruebas ni ejemplo decir que es el único camino y la única verdad, y esto no lo he inventado yo, salga a la calle, vea el noticiero, lea historia.
No compartir sus creencias no es más que la honesta manifestación de gente razonable frente al nocivo dogma religioso. En forma hipotética, si el cielo e infierno que tanto venden fuese real, con todas las divisiones y el odio que promueven por sus religiones, dioses, profetas y libros supuestamente “sagrados”, con toda la sangre que tienen en su repertorio y todas las divisiones que causan a diario imponiendo sus iglesias, religiones, sectas… como verdaderas, ese cielo estaría lleno de personas libres de dichas creencias; estaría lleno de no creyentes, de personas reveladoras de las mentiras de la religión y sus dioses, estaría lleno de escépticos (quienes han sido las mentes e influencias más brillantes de cada era). Todos ellos se trasladarían del calor del infierno al buen clima del cielo, pues el amor que compartimos, la sabiduría, los buenos actos, sonrisas, los debemos ejecutar porque hace que todo sea mejor, no porque un “Dios” celoso, genocida e inmaduro nos va a pagar, ni por evitar que un tipo ridículo de cuernos, que tampoco existe, nos va a cocinar.
Lo peor en esta ocasión, además de hablar desde una religión que ha traído tanta destrucción, o de estar culpando con falacias, es que el cristianismo estuvo relacionado con el nazismo y se beneficiaron mutuamente. Pero bueno, cuando no se niegan descaradamente, recurren a las disculpas y las excusas, porque para usarlas sí son efectivos. Siempre están jugando con el poder del Señor, con el alcance de su presencia, es que no respetan, no respetan al Señor… sí, al Señor de los anillos.
Retomando unos segundos el tema de la pederastia para unirlo con lo mencionado de las excusas, me permito transmitir el mensaje de algunos perros. Ellos se preguntan por qué cuando un perro muerde a un niño, el perro es castigado, golpeado, y muchas veces sacrificado; mientras que cuando un hombre viola a un niño… lo cambian de iglesia.
El colmo del descaro creyente para justificar el mal, es la ilusión del Libre albedrío. Como toda ilusión, juega con el proceso de distorsión sobre la realidad. ¿Dónde está la libertad de aquellos que mueren cada hora en medio de abusos y violencia? ¿Llorar y suplicar fue su elección? ¿Dónde está el libre albedrío de los niños que son llevados a filas guerrilleras para comenzar su vida de cobardía terrorista? ¿Pudieron elegir quienes murieron por no tener un poco de algo tan abundante como el agua? Agua simple que el Padre Supremo no es capaz de facilitarles. Nuestras elecciones son limitadas y circunstanciales. Sí, el libre albedrío es una ilusión, y en el plano cristiano, es una ironía picante que aseguren tenerlo, cuando al mismo tiempo exclaman: “Dios, hágase tu voluntad”, y desconociendo, como siempre, que sus escrituras eliminan sus elecciones con sus mandatos y condicionamientos para la “salvación”. Dios les dice: “Me amarás sobre todo, no tendrás otros dioses, soy el único Dios al que debes adorar, soy celoso y debes hacerme caso si no quieres condenarte”. Genial, tremenda libertad la que les da, ¿cierto? Incluso gente inteligente en otros ámbitos no se da cuenta de lo frágil y falso que es el libre albedrío, y es curioso que los cristianos, al mismo tiempo que invocan ese inexistente libre albedrío, recurren a oraciones y rezos buscando resultados que, efectivamente, no son libres y afectan las elecciones de otras personas o grupos.
No se han generado guerras escépticas o ateas, ni por mandato o en nombre de sus “ismos”, pero sí hay guerras “santas”, políticas, bombas suicidas, tenemos el 11 de septiembre, las violaciones de niños, el conflicto del medio oriente, la grosería de la gente, el bullying religioso. Nada de esto es culpa de quien tiene la honestidad de dudar y encontrar las falacias del dogma, de las ideologías y doctrinas vacías e insostenibles. ¿Vamos a debatir? ¡Hagámoslo! Pero desde la verificación, desde los derechos humanos, desde las realidades de este universo fantástico. Ejercitar el pensamiento crítico, los sentimientos y la mente escéptica para el progreso de la humanidad: es realmente maravilloso. Observar, dudar, despejar la duda, pensar, analizar y exponer, son ejercicios que nos llevan al conocimiento y al desarrollo en espera de avances. La pasión, el amor, los aspectos racionales y éticos del conflicto existencial, revelan desde los matices de una visión racional, sensible, honesta y verificada, una manera fascinante de existir en este planeta. Permita que la curiosidad y la razón caminen en su mente, no debe temerle al universo, a cuestionar, observar, descubrir, experimentar, sentir y argumentar.
Alguien dirá: “pero en la religión también se hacen cosas buenas”. Sí, es cierto, y se los agradezco. Las religiones tienen fundaciones, se aplaude. Sacando a los que ayudan solo para hacer proselitismo, muchos lo hacen por su sentido común, porque es parte de su humanización en el proceso evolutivo, por lógica, porque es correcto, no por ser cristianos o musulmanes. Pero si me dicen que solo pueden ser buenos creyendo en lo que suponen creer, entonces es triste y demuestra que trabajan condicionados por un pago celestial. Por otro lado, no se les critica la labor humanitaria, pero sí es cuestionable hacer la labor para obtener fieles, evangelizar u obtener reconocimiento. Preocúpese por el que necesita creer en Dios para ser bueno, eso sí es preocupante.
Cuando ayudemos, esperemos y luchemos para que la ayuda crezca, pues lo que se busca es vivir mejor, en algo similar a la armonía, con crítica fundamentada, con soluciones, con ideas. No se trata solo de dar dinero, dar lo que le sobra, se trata de darse a sí mismo. Somos hermanos y debemos ayudar en la evolución intelectual y sentimental sin esperar recompensa de alguien. Limpie lágrimas, descubra sonrisas, done sangre, busque conocimiento, colabore, edúquese y sirva a la humanidad. Piense, ame, estudie, viva aquí y ahora.
Nadie se ocupa ni se preocupa de nuestra vida. Si no nos cuidamos nadie va a salvarnos de nosotros mismos. Esta es la vida que tenemos, vamos a valorarla y a compartir. Algunos andan por allí ayudando por la razón egoísta de obtener un paraíso, para sentarse a esperar un rapto. ¿Si no fuese por eso, no colaboraría? En lo personal estoy motivado por el amor, por el arte, la literatura, por la evolución intelectual. Por la sabiduría, amor y entrega de mi mamá, mi papá y mi hermano; por mi musa, esa maravillosa dama que se abriga con su preciosa piel morena, mi mestiza cómplice de ideas, motivaciones y sueños.
Levante el telón. Investigue, razone y ame. La verdad se nutre con evidencias, cariño, pensamiento crítico, observación y propuestas. Manifiéstese, pero con ideas, sin traer atraso e irrespetar la inteligencia.
—Luces tenues, termina el acto… y se escucha una melodía suave al fondo–
“…imagina que no hay países… ni posesiones…
no hay paraíso ni infierno… nada por lo que matar o morir,
ni religiones tampoco.
Imagina a toda la gente viviendo en paz…
Tú puedes decir que soy un soñador,
pero no soy el único.
Espero que algún día te nos unas,
y el mundo vivirá como uno solo”.
— John Lennon, cantante y compositor.
Twitter: @Chrismewol Facebook: Cristhian.Menesesm10
NOTAS:
1) Este trabajo hace parte del libro: Notas rebeldes para un mundo sumiso.
Disponible a nivel internacional en Amazon. Puede solicitarlo desde cualquier lugar del mundo por medio de: http://www.amazon.com/dp/1499371624
Y en España: http://www.amazon.es/dp/1499371624 Entre otras plataformas (Italia, Reino Unido, Alemania, Francia).
2) Todas las citas bíblicas utilizadas en este trabajo fueron contrastadas con las manipulaciones que se han hecho a las traducciones, desde que se publicaron nuevas versiones. Dichas adaptaciones que han ido eliminando, por conveniencia, pero con poco éxito para camuflar ciertas obviedades y la precisión traducida directamente de los textos originales: hebreo, arameo y griego, que reúne la Biblia con deuterocanónicos, la cual cuenta con la aprobación del Consejo Episcopal Latinoamericano.
Sin embargo, para las citas textuales se ha usado la revisión reina Valera 1960, usando como parte del proceso:
a) La Biblia, versión reina Valera 1960 “Amén-Amén”, disponible en versión digital. http://www.amen-amen.net/RV1960/
b) El nuevo testamento de nuestro señor Jesucristo con Salmos y Proverbios, los Gedeones internacionales.
- Antigua Versión de Casiodoro de Reina: 1569.
- Revisada por Cipriano de Valera: 1602.
- Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960.
c) La Biblia en una de sus versiones en Inglés: The living Bible. _Tyndale House Publishers, Inc, 1980. En cuyo prefacio indica que dicha versión tiene como propósito transmitir la palabra y su mensaje, de la forma más exacta posible.
3) http://www.samharris.org/site/full_text/atheist-manifesto-dec-7-2005
4) La falsa y malintencionada comparación que han hecho muchos cristianos por décadas:
http://www.publico.es/internacional/337031/papa/compara/ateismo/radical/nazismo
5) Richard Dawkins responde al papa por comparar el ateísmo con el nazismo.
6) Para mayor información véase: Jhon Cornwell, Hitler´s Pope: The secret history of Pius XII, Vicking Adult, Nueva York, 1999. O su versión en Español de planeta, Barcelona, 2006.
7) Además de la información en el punto anterior (6). Puede ver más referencias a este asunto en el libro: The end of Faith, de Sam Harris. Las citas textuales expuestas acerca del papa Pío y los nazis, provienen de la traducción realizada para dicho libro: El fin de la fe.