Miércoles, 5 de agosto, 7 de la mañana, en medio de la amargura Colombia encuentra la felicidad gracias a los 400 metros que cubrió en menos de 45 segundos Anthony José Zambrano. Desde Soledad, las cámaras de los noticieras del país enfocaban a doña Miladys y a sus vecinas mientras veía como su hijo se convertía en el primer hombre colombiano en conseguir una medalla de plata en atletismo en unas olimpiadas. Los periódicos recurrían a los viejos cliches: Anthony, hija de una empleada doméstica había sido mototaxista, albañil y mesero antes de convertirse en el segundo hombre más rápido del planeta. Pero la verdad tiene muchos aristas.
Desde la presentación en la final de los 400 metros demostró que es un flow andante. Esa frescura se refleja en su Instagran que es también una oda a la alegría. Con casi cien mil seguidores el atleta colombiano muestra orgulloso, con toda la razón, lo que tanto esfuerzo se ganó. Anthony es un vivo ejemplo de superación y no teme en mostrarle al mundo como gracias a su heroísmo y la lucha de su madre, pasó de vivir en la absoluta pobreza en Maicao, el centro del contrabando colombiano, a tener carros de lujos, cadenas oro y un despampanante diseño de sonrisa.
Zambrano tiene Mustang GT, un Hyundai Sonata azul y una Ford Explorer blanca modelo 2020 al que le instaló un equipo de sonido que puede tener un costo de hasta 10 millones de pesos, todo para escuchar los vallenatos que tanto le gustan. A continuación, los lujos del campeón: