Durante los casi 40 días que duró el triunfante Paro Nacional del Magisterio, bajo la dirección de Fecode, presidida en estos momentos por Carlos Rivas, fue posible conocer el talante de este dirigente, que proviene de un pensamiento pedagógico muy fundamentado, lo que le permitió conducir esa lucha más allá de las simples reivindicaciones gremialistas y económicas de los maestros.
Su capacidad de negociación, su preocupación por la búsqueda de un modelo económico y político diferente al que se ha impuesto por las oligarquías dominantes, lo llevaron a orientar una negociación acompañada de mucha movilización social, en la cual no solamente participó el magisterio, sino vastos sectores de trabajadores y de padres de familia, estudiantes, a quienes los grandes medios de comunicación no pudieron confundir, con campañas de desprestigio del movimiento y montando amañadas encuestas.
La grandiosas tomas de la capital, de las capitales de departamento, las creativas formas de protestar, en las que se incluyó la música, el teatro, el deporte; permitieron que los educadores no se dispersaran, ganaran simpatía social, para sacar adelante sus exigencias.
En su visita al departamento de Nariño fue claro observar cómo el dirigente goza de amplia simpatía dentro del gremio, manifiesta en comportamientos de afecto y de participación masiva a los eventos convocados. Después del golpe artero que le diera el gobierno de Uribe, a la educación, al aprobar el nefasto sistema de participaciones en materia presupuestal y que tiene al sector educativo al borde de la crisis económica, impidiendo la cacareada política de Santos cuando plantea como ejes de su gobierno: paz, equidad y educación; el Paro Nacional del presente año, logra abrir las puertas para que se apruebe una reforma constitucional para el sector, no solo en materia salarial, sino en ampliación de la cobertura y mejoramiento de la calidad educativa integral. Pero la reforma, plantea Rivas, también debe ser extensiva al saneamiento básico, a la salud y que busque satisfacer las necesidades básicas de amplios sectores populares y medios que padecen graves falencias.
Como presidente de Fecode viene impulsando una postura consecuente con el proceso de paz y los acuerdos firmados en la Habana, sensibilizando al gremio para que exija su implementación inmediata, por parte del gobierno, al tiempo que le propone el respaldo a la mesa de negociación con el ELN.
En materia de política electoral, el dirigente es muy claro al manifestar la incidencia que potencialmente tiene el magisterio colombiano, a sabiendas de que el mismo cuantitativamente suma los más de 350 mil educadores, que están diseminados en todo el territorio colombiano y con incidencia directa en padres de familia y estudiantes. Manifiesta por lo tanto que los maestros deben jugar un papel decisivo en las elecciones del 2018, tanto en las legislativas como presidenciales, y llama a votar por candidatos alternativos comprometidos con las causas de los sectores populares y medios, que no estén untados de corrupción y estén dispuestos a aportar para que la paz se construya con participación ciudadana.
El perfil del dirigente lo ubican dentro de la lista de candidatizables a ocupar una curul en el Senado de la República, con gran opción. Desde ya en Nariño se mueven sectores de la izquierda democrática que estarían dispuestos a apoyar esta posibilidad.
Los invito mirar un diálogo que sostuvo el dirigente sindical con el Secretario Técnico de Minga Nariñense por la paz.
