Nadie puede discutir la sabiduría que tiene Carlos Antonio Vélez en temas de fútbol. Se nota su experiencia, lograda con su dedicada preparación para hablar con solvencia de ese deporte; aunque, a veces, se las dé de sobradito. Pero cuando opina sobre temas sociopolíticos, se notan lagunas y contradicciones que tiene. La última de sus salidas en falso fue una puya que le lanzó al caricaturista Matador por la crítica que el caricaturista hace a los jugadores de la Selección Colombia al no decir ni mú sobre la protesta social. Dijo Carlos Antonio Vélez: “A los futbolistas no se les puede pedir cosas que no tienen que hacer porque su función es deportiva. Entonces, ¿no los vamos a respaldar porque no apoyaron el paro? No sean ignorantes, hombre”. Creo que el ignorante es él en temas que son de la democracia y son sociopolíticos, no son futboleros.
¿Por qué? Porque desde que nacemos hasta que morimos somos ciudadanos que tenemos derechos ¡fundamentales!, como el derecho a libertad de expresión; por eso, cuando a un niño le protegen el derecho a la educación le están amparando ese derecho como ciudadano, más que como niño, porque él dejará de ser un niño, lo que no dejará de ser es ciudadano; por eso, antes de que una persona se dedique a alguna profesión u oficio como médico, abogado, albañil o ¡futbolista!.. Es originalmente ciudadano, que algún día dejará su profesión u oficio, pero no dejará de ser ciudadano; por eso, cuando una persona reclama sus derechos, los está exigiendo como ciudadano sin importar su profesión un oficio; por eso, cuando en una elección se hace el conteo de votos, se cuentan votos de ciudadanos y no cuántos médicos, abogados, albañiles, futbolistas… votaron.
Cuando la gente le exige a los jugadores de la Selección que apoyen la protesta ciudadana, los están llamando a que se expresen como ciudadanos y ¡no como futbolistas! Porque la gente sabe que ellos también tienen un pasado de pobreza, de exclusión, de lucha, que tuvieron que superar con el esfuerzo de ellos, de apoyo familiar y ciudadano para llegar a donde están; entonces, la gente lo que reclama es que esos jugadores tengan solidaridad con un pueblo que lucha por mejorar su condición de vida, pueblo del cual ellos, esos jugadores, hacen parte por su historia de vida.
Ese silencio la gente lo ha interpretado como una indiferencia, como una complicidad con el establecimiento. Eso es lo que no ha entendido el señor Vélez, ni entenderá, si no se educa para la democracia. Porque decir que “a los futbolistas no se les puede pedir cosas que no tienen que hacer porque su función es deportiva”, es brutal. Lo que hace el señor Vélez es eliminar, sacarle la tarjeta roja, a la condición de ciudadanos que esos jugadores tienen y señalar que esos jugadores están es solo para divertir, para andar solo detrás de una pelota, que son solo mascotas de juego en ese gran circo del fútbol. Valga el ejemplo, algo contrario fue lo que enseñó Diego Armando Maradona, que siempre se expresó como ciudadano contra el poder opresor, siempre al lado del pueblo, de los oprimidos, al margen de su condición de futbolista.
Y miren la gran contradicción del señor Vélez: expresa su opinión sociopolítica contra el paro, contra los maestros, contra todo lo que vea como libertad de expresión, pero sí quiere que los jugadores de Selección no chisten, que se dediquen es a “su función deportiva”. Pues lo mismo se le podría exigir al señor Vélez, que no hable de temas sociopolíticos porque su función es ¡deportiva! y que se dedique solo a comentar de fútbol.
Ojalá este señor se eduque para la democracia, para que no solamente opine con mejor preparación sobre temas sociopolíticos, no se las dé de sobradito, y no siga pretensiosamente posando de demócrata cuando lo que hace son intentonas para anular la condición de ciudadano de los demás. ¡Todo un déspota!