Aspiraría a reelegirse pese a los múltiples procesos judiciales en su contra y a lastres administrativos como la quiebra del hospital, la corrupción administrativa que ha permitido en los últimos dos gobiernos y el despilfarro de recursos públicos a través de contratación con fundaciones sin ánimo de lucro. De hecho, casi siete años después de asumir el poder local las concesiones que dijo acabar se fortalecieron.
Pues bien, el médico Carlos Altahona Arraut, que ocupó el cargo de alcalde municipal de Puerto Colombia en el período 2012 - 2015, dejando una estela de dudas sobre la calidad de su administración, "alista maletas" para "viajar" por el camino que lo conduzca por segunda vez al primer cargo público de este balneario fundado por Francisco Javier Cisneros hace ya 129 años.
Su allegados aseguran que en cuatro meses despega la campaña que aspira a presentar en diciembre, el mes más lindo del año, y que le permitirá hacer un papel que ya interpretó, el del gran Papá Noel, buenazo que a todos "entrega regalos" y "complace en sus exigencias" a los más necesitados.
Altahona Arraut no es muy dado a obtener favores electorales entregando dinero, él considera que su imagen, figura y proceder justifican sus propósitos políticos de reelegirse alcalde.
Sin embargo, los analistas y críticos consideran que "carga unos lastres" inocultables como la quiebra de la ESE Hospital Puerto Colombia, que está ad portas de ser intervenido por segunda vez en los últimos 8 años por la Superservicios. Altahona recibió el centro asistencial de manos de Benjamín Guardo, interventor de la Superintendencia, y parece que su sucesor Steimer Mantilla Rolong se verá en la penosa obligación de entregarlo nuevamente a ese mismo ente de control en "una desesperada" acción para salvarlo.
Además, otras máculas que "manchan la imagen pública" de Altahona, consideran sus críticos, tienen que ver con la corrupción que cohonestó en su administración y que en condición de jefe político en la actualidad sigue tolerando en la administración Mantilla Rolong, sin que de él salga palabra alguna de reproche hacia los notorios hechos de corrupción. De la misma forma fue el promotor de un mar de contratos con fundaciones sin ánimo de lucro que a la postre "no cumplieron los respectivos objetos de su contrato", lo cual "sigue ocurriendo", dicen observadores y críticos.
Por otro lado, el despilfarro de recursos públicos es evidente, incluso cursan unas 30 denuncias penales en la Fiscalía por enriquecimiento ilícito, peculado por apropiación en favor de tercero, daño al erario público, entre otros presuntos delitos contra la administración pública, presuntamente cometidos con este accionar que tomó los mecanismos de selección directa, mínima y menor cuantía como las banderas "para el presunto enriquecimiento ilícito en el que estarían inmersos tanto Altahona como su reemplazo y muchos hombres y mujeres que le rodean en su labor política y administrativa, que habrían caído en un presumible testaferrato, acumulando bienes y riquezas producto del "mar de corrupción impuesto en los últimos dos períodos de gobierno local".
Los críticos del exalcalde y posible nuevamente candidato a la reelección en ese cargo consideran que otro grave hecho que incide negativamente en su imagen pública es haber anunciado en su campaña en 2011 que tan pronto llegara a la alcaldía acabaría con las concesiones existentes en el municipio, pero a la postre no lo hizo y actualmente esas empresas particulares que usufructúan los recursos públicos municipales de alumbrado público, tránsito y transporte y de los impuestos municipales aparecen "fortalecidas".
"Altahona Arraut no dio nunca explicaciones de por qué no desmontó como había prometido esas concesiones, empresas de economía mixta o contratos permanentes que son lesivos para las arcas municipales porque a través de esos mecanismos los particulares se llevan millonarias sumas de dinero que servirían para inversión social. El pueblo no puede premiar esa actitud y ese procedimiento", explica un observador.