¿Será que los medios de comunicación han exagerado en “mostrar nuestra realidad”? Digo esto refiriéndome a la cantidad de narconovelas que han predominado en las parrillas de programación de los canales privados de nuestro país en los últimos años.
Todo empieza en 1982 cuando Caracol Televisión saca al aire la que sería una de las primeras telenovelas de este tipo llamada La mala hierba, las cual está basaba en los negocios ilícitos de la marihuana.
Para 2006 llega una novela que catapultaría, de allí en adelante, el éxito de estas series, Sin tetas no hay paraíso. Esta fue transmitida por Caracol que alcanzaría los mayores ratings de ese año. De esta manera se da inicio a una creciente producción de este tipo de programas tanto en Caracol como en RCN. Durante estos años se trasmitieron por los canales privados: La viuda de la mafia, El cartel de los sapos, El capo, La viuda negra, Rosario Tijeras, Las muñecas de la mafia, 3 milagros, Los 3 Caínes, Alias el mexicano, Escobar el patrón del mal y muchas otras, que durante años han estado en la televisión colombiana, la mayoría de ellas, en horarios familiares. Lo anterior, ocasionando que los colombianos se reúnan a ver televisión en un ambiente de violencia constante.
Lo más indignante, más allá de las grandes cantidades de dinero que producen este tipo de seriados en los cuales se agrandan, idolatran y casi que se hace un reconocimiento al trabajo de estos narcotraficantes que desangraron a Colombia, pasando por encima del dolor de tantas víctimas de la violencia de este país, es que se sigan produciendo y trasmitiendo más y más novelas de este tipo. Además, que ocupen, casi siempre, los primeros lugares de rating en nuestro país. Pareciese que el colombiano es masoquista y cada vez le gusta ver y repetir la misma violencia que, por culpa del narcotráfico, vivió este país. Es aquí donde se evidencia la doble moral del colombiano.
Gran parte de la mala imagen que tiene Colombia en el exterior se debe a la buena labor realizada por parte de Caracol y RCN en exportar estas producciones al resto del mundo. Nos quejamos y nos sentimos mal por la forma tan humillante y discriminatoria con la cual nos reciben en otros países, los inmigrantes son marginados y maltratados moral y físicamente simplemente por la visión que se tiene del país. Narcotraficante, mafioso, traqueto, prostituta, sicario, mula, jíbaro, drogadicto, ladrón, son algunas denominaciones para el colombiano en el exterior, todo esto gracias a lo que muestran las narconovelas producidas en Colombia y vendidas al exterior.
Y por qué se expresa la doble moral del colombiano. Muy simple, no nos gusta ser tratados como personas malas y peligrosas, que nos señalen de esa forma es un horror. Expresamos que fue en otro tiempo, una etapa violenta que ya fue superada, que ahora es otra Colombia, pero después vamos a nuestras hogares y lo primero que hacemos es prender el televisor para ver la nueva narconovela y a juzgar por los altos niveles de sintonía se deduce que somos felices viéndola. Entonces, ¿cómo pretendemos cambiar la percepción de Colombia en el resto del mundo?
Tomemos un caso en particular, Pablo Escobar, el patrón del mal tuvo un rating final en Colombia de 25 puntos, siendo una de las series más vistas en la historia de la televisión reciente. Si fue exitosa en Colombia que es la victima, imagínense lo que puede ocurrir en el exterior- En 2013 llegó a más de 30 países entre ellos Argentina, Chile, México, Estados Unidos y algunos de Europa, esto hablando solo de una serie. ¿Ya comprenden por qué nos tildan de malos en gran parte del mundo?
“Mostrar nuestra realidad”, ¿pero será que Colombia no tiene otra realidad? ¿El narcotráfico es lo único que identifica a Colombia? En lugar de mostrar y lucrarse de “Alias JJ”, una novela que exalta la labor de un “personaje” que mató a más 300 personas y participó como autor intelectual del asesinato de otras 3000, mucho mejor para el país presentar una novela sobre la vida y obra de personas que de verdad son de exaltar como Gabriel García Márquez, Rafael Pombo o bien una serie que aporte a nuestros conocimientos. Por ejemplo, la guerra de los mil días, la flora y la fauna colombiana. Tantos temas que se pueden resaltar del país. Incluso, se pueden volver a producir novelas como Los reyes, que muestran la idiosincrasia colombiana. Ese colombiano humilde, alegre, sencillo, trabajador, de familia y “recochero”. ¿Será que RCN y Caracol saben que ya educaron la mentalidad y el gusto del televidente y que novelas que educan no serán de interés para el público?
Así que es el momento de cambiar la imagen del país, hacer que el narcotráfico y el terrorismo no se vuelvan un común denominador en las pantallas de nuestro televisores y más bien dejarlos como una parte sombría de la historia del país que no se puede volver a repetir. Es el momento de que tanto usted como yo cambiemos esa imagen, por esta razón los invito a que apaguemos el televisor mientras presentan estas producciones, este será el comienzo de un cambio para transformar a Colombia.
Les dejo unos datos:
El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, exigió que se cambiara el horario de las telenovelas colombianas porque “exaltan el narcotráfico, el robo, el atraco, y corrompen los valores morales”.
Nicolás Maduro las acusó de fomentar la “cultura de la violencia”. Además, señala que estarían sembrando la muerte en las calles venezolanas, pues “transmiten antivalores, le rinden culto a la muerte, a las drogas, a las armas y a la violencia, además, incitan al odio en la sociedad y se lucran con el dolor ajeno”.
Por último, Caracol televisión le pagó una millonaria cifra de dinero (no suministrada) a Popeye por los derechos para su novela Alias JJ.