¿Dónde está la movilización nacional por la muerte de cuatro niños en el Caquetá?
Los que tenemos la fortuna de vivir en este hermoso e inmenso territorio del sur de Colombia sabemos de sobra del abandono y el estigma que viven sus pobladores. Hace muchos años, casi tantos como los que tiene la violencia de este país, los violentos y la delincuencia encontraron en la geografía del Caquetá un escondite y un fortín perfectos para que el Estado no pudiera encontrarlos y abatirlos con facilidad. Este simple elemento histórico, social y territorial del Caquetá, sin mencionar la corrupción, ha sido como un problema para los habitantes quiénes vemos como poco a poco se ha ido diezmando la verdadera imagen del departamento como un sitio pacifico, próspero y exuberante en belleza natural.
Personalmente no soy muy amigo de las marchas pero si considero que el país tiene la obligación moral de pronunciarse masivamente frente a otra tragedia que enluta a una familia colombiana. Los caqueteños, por adopción o por nacimiento también somos colombianos y hemos sufrido esta guerra y su barbarie al igual que el resto de compatriotas. Los familiares de esos cuatro niños que fueron asesinados y del único sobreviviente, merecen el respaldo nacional. Merecen sentirse colombianos y no solo unos campesinos, de un departamento olvidado, donde la muerte violenta tocó sus casas y no pasó nada.