El Captagón es una droga sintética, para el manejo de la depresión, la narcolepsia, trastorno de déficit de atención, entre otros; fabricada por una empresa farmacéutica en Alemania en los años 60 y 70. conocida como la "droga de los yihadistas" o “droga de los pobres”, Se ha convertido en el combustible de la guerra en Siria.
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Este narcótico, cuya presentación es en tabletas, producido en masa, no solo financia la maquinaria represiva del régimen de Bashar al-Assad, sino que también sustenta a los grupos rebeldes en conflicto. Al igual que la cocaína en Colombia, el Captagón simboliza cómo las drogas ilícitas pueden sostener guerras, enriquecer a los capos y devastar sociedades enteras. El Captagón ha convertido a Siria en un narcoestado, según algunos expertos.
El Captagón una droga para la guerra
El Captagón, fue desarrollado originalmente en los años 60 como medicamento. En Siria, su producción ilegal ha alcanzado niveles industriales. La droga no solo es utilizada por combatientes para soportar largos combates sin descanso, sino que también se ha convertido en un producto de exportación lucrativo que alimenta la economía del régimen.
El Captagón ha causado una epidemia de adicción, particularmente entre jóvenes y combatientes. Sus efectos incluyen: Euforia y resistencia al miedo, utilizadas por los combatientes para soportar el combate. Insomnio, paranoia y daño neurológico, que terminan destruyendo la vida de los usuarios. Adicción severa, que convierte a los consumidores en dependientes de la droga.
En un país devastado por la guerra, tratar esta crisis es casi imposible.
Exportaciones y rutas de tráfico
Siria se ha convertido en el epicentro de la producción y exportación de Captagón. Las rutas principales incluyen el Golfo Pérsico para llegar a Arabia Saudita, que es uno de los mayores mercados, con decomisos regulares de cargamentos multimillonarios. A través de Jordania y Líbano quienes actúan como puntos de tránsito clave. Destinos europeos que se abastecen en menor medida, escondido en envíos comerciales o en equipajes de viajeros.
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En 2021, las ganancias generadas por el tráfico de Captagón se estimaron en aproximadamente 5.700 millones de dólares, reflejando la magnitud de este comercio ilícito. La producción de Captagón es relativamente económica, ya que requiere instalaciones simples y conocimientos químicos básicos. Esta simplicidad en la producción, combinada con una alta demanda en países del Golfo y otras regiones, resulta en márgenes de utilidad extremadamente elevados para los productores y traficantes.
Relación con el tráfico de armas, la represión y las milicias
El tráfico de Captagón está estrechamente vinculado con el comercio ilegal de armas. Las ganancias de la droga se utilizan para adquirir armamento, tanto el régimen sirio como los grupos rebeldes financian la compra de armas con los ingresos del Captagón y además financian de equipos de represión, pues el Gobierno de Assad ha empleado estos fondos para obtener material militar avanzado, fortaleciendo su capacidad de control. Suministra recursos para las milicias locales, cuyos ingresos se distribuyen entre fuerzas paramilitares que apoyan al régimen o combaten contra él.
La principal víctima del Captagón sirio, es la rica y conservadora Arabia Saudita, país que castiga hasta con la pena capital a los condenados por narcotráfico, y que anuncia casi a diario haber abortado intentos de introducir grandes cantidades de drogas de distintos tipos o cientos de miles de pastillas de anfetaminas en el país.
Maher al-Assad, hermano del presidente sirio es el “Capo de Capos”
Maher al-Assad, hermano del presidente sirio, es señalado como la figura principal detrás de esta industria. Como líder de la 4.ª División Acorazada, supervisa la producción y tráfico de Captagón, controlando laboratorios clandestinos y rutas de contrabando hacia Jordania, Líbano y el Golfo Pérsico. Este control directo lo coloco como de "capo de capos", como en Colombia el mafioso Pablo Escobar.
En 2022, el comercio de Captagón generó ingresos estimados en USD $57 mil millones , superando las ganancias combinadas de los carteles de droga mexicanos, según algunos analistas. En Siria, representa el 90% de las exportaciones de moneda extranjera, consolidando al país como un narcoestado. Las pastillas, que cuestan menos de un dólar producir, se venden hasta por 14 dólares en Arabia Saudita.
Comparación de Siria con Colombia y del Captagón con la cocaína
El Captagón en Siria tiene similitudes alarmantes con la cocaína en Colombia, que durante décadas ha financiado conflictos y devastado comunidades.
Financiamiento de conflictos: en Siria, el Captagón sostiene tanto al régimen de Assad como a grupos rebeldes. En Colombia, la cocaína es la principal fuente de financiamiento de los grupos guerrilleros y otros grupos armados, quienes siguen utilizando los ingresos para comprar armas, extorsionar, desplazar y algunos para financiar la guerra contra el Estado.
Impacto económico: ambos países han dependido de estas drogas como motores económicos. En Colombia, la cocaína representa una de las principales exportaciones no oficiales, mientras que el Captagón ha superado todas las exportaciones legales combinadas de Siria.
Implicación estatal : mientras que en Colombia los nexos entre el narcotráfico y el Estado han sido indirectos, en Siria el Captagón es controlado directamente por el régimen, con altos funcionarios, como Maher al-Assad, hermano del derrocado presidente de Siria de Bashar al-Assad.
Hasta ahora no se han confirmado incautaciones de esta droga en Colombia. La confusión en la identificación de sustancias y la falta de evidencia concreta indican que el Captagón no ha sido detectado oficialmente en Colombia.