Capitalismo rampante: el día después de mañana

Capitalismo rampante: el día después de mañana

Ya estamos presenciando los efectos de las políticas neoliberales que desde 1980 se tomaron el poder de Estado. Y esto apenas comienza

Por: MIGUEL ANGEL CERÓN HURTADO
agosto 16, 2024
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
Capitalismo rampante: el día después de mañana

EL DÍA DE HOY

Ya estamos presenciado los efectos de las políticas neoliberales que desde 1980, se tomaron el poder de Estado y desde entonces, han estado acomodando el mundo capitalista a los intereses del capital financiero, que en esta época está globalizado y circula como Pedro por su casa a través de las redes electrónicas y hasta poseen satélite propio para facilitar los flujos de información por todos los lugares del mundo y la circulación de las transacciones financieras. Cambios en la base económica que ocasionaron también modificaciones en la instancia política y, por supuesto, en la instancia ideológica.

En la ideología, se impuso el patrón mental de la postmodernidad, cuyo soporte son las leyes del mercado y como tal, rompió con los fundamentos morales y valores que descansaban sobre la ley natural. La descomposición social y la desintegración familiar que han tenido cabida en el aumento de la pobreza extrema derivada del desempleo, son causa de múltiples fenómenos de conflicto y afectaciones al clima de convivencia con el consecuencial deterioro de la calidad de vida en toda la población.

En la política, si bien se introdujo el régimen de la Democracia Participativa o semidirecta, el deterioro del Estado y el cambio en las reglas de juego modificaron el papel social del organismo que durante dos siglos se había construido.

Se alteró la regla de la administración pública tradicional que venía desde finales del siglo XVIII y se convirtió el Estado en un órgano al servicio de los especuladores internacionales del dinero alejándose de su función natural de brindar los bienes y servicios requeridos por la comunidad como fue durante dos siglos.

El organismo perdió sus facultades de regir los procesos económicos y con ello la capacidad de orientar también los procesos sociales, abriéndose el camino para el desboque de la corrupción en todos los niveles, como complemento a la ola de privatización de los bienes públicos. La estructura de financiamiento del Estado cambió sustancialmente, reduciendo el organismo a ser un esclavo de la deuda y limitar la prestación de servicios a la comunidad, a la escasa disponibilidad de recursos debido a que gran parte de los ingresos tributarios, debe dedicarse al pago de la deuda.

En la base económica, cambio substancial en las fuerzas productivas que anteriormente sustentaban la acumulación de capital en el seno de la actividad productiva, con inversión directa de riesgo, y ahora el mecanismo de acumulación son los papeles de renta fija canalizados a través de los fondos de inversión. Ya no es el capitalismo empresarial sino el capitalismo rentista que ha tomado al Estado como su principal cliente, mediante la compra de títulos de deuda pública, esclavizando, de paso, al organismo a los designios del mercado de capitales, que se acompaña con el terrorismo de las calificadoras de riesgo como son Standard & Poor´s (S&P), Moody´s y Fitch Ratings (Fitch).

La política macroeconómica gira en torno al control de la inflación y con el ello el incremento incontrolado del desempleo que deteriora las condiciones de vida de la clase trabajadora. El gobierno ya no es autoridad económica y el Banco de la república dejo de ser un instrumento del gobierno para regular la economía, convirtiéndose el banco central en autoridad económica y al servicio del capitalismo internacional bajo de camuflaje de una supuesta autonomía.  

La distribución inequitativa del ingreso y la concentración de la riqueza cada vez en menor número de individuos que son progresivamente más ricos, ha llegado a cifras escalofriantes y el incremento de la deuda de los Estados ya se ha hecho impagable. Los cinco fondos más grandes del mundo, encabezados por Black Rock, acumulan activos por más de 30 billones de dólares según cifras de 2023.

La sola deuda del gobierno de Estados Unidos se acerca a los 35 billones de dólares en 2024 y la deuda pública colombiana en 2024 sobrepasa los 200 mil millones de dólares. Oxfam informa que, en 2023, más de 700 millones de personas en el mundo, vivían en pobreza extrema, es decir, 14 veces la población de Colombia estaba en situación de miseria, o sea cerca del 9 % de la población mundial.

EL DÍA DE MAÑANA

En 2008 se presentó el primer campanazo que comenzó en Estados Unidos con la crisis de las hipotecas y se extendió a gran parte del mundo que gira en torno a la Reserva Federal; ahora, en 2024, ya se está manifestando con los golpes previstos, cuyo núcleo es la caída de los mercados de capitales, lugares que constituyen el eje de la especulación monetaria. La caída de las bolsas es noticia diaria en el mes de agosto de 2024.

La explicación del desplome no es nueva por lo cual era previsible. Tanto la Teoría de los Precios como la Teoría del Valor, disponen de los conceptos suficientes para explicar el motivo por qué esta modalidad de capitalismo no podía perdurar en el largo plazo y ya lleva reinando cerca de medio siglo.

Para ello, podemos examinar la llamada Teoría Cuantitativa del Dinero, que desde el Siglo XVI había expuesto el análisis para explicar el efecto del oro llegado a España procedente América. Más adelante, ya en el Siglo XX, el norteamericano Irving Fisher concreto la fórmula para establecer las relaciones de las variables que juegan un papel en el caso.

Claro está que esa teoría fue concebida para explicar el fenómeno de los precios y la inflación en su época; pero con esa misma combinación de variables se puede explicar el fenómeno actual de la crisis del modelo neoliberal.

La causa principal del problema es el hecho de que el modelo0 neoliberal convirtió el dinero en una mercancía, lo cual no es procedente, a la luz de la teoría de la Economía Política, donde se muestra una razón válida.

El dinero es un medio de pago por lo cual sirve para realizar transacciones en un ciclo donde el dinero se convierte en mercancía y luego esta se convierte nuevamente en dinero casi siempre incrementado. Pero el modelo neoliberal se concentró en realizar transacciones comprando dinero y vendiendo dinero, es decir, operaciones en el mundo monetario sin relaciones con el mundo de la economía real, o sea el de los bienes y servicio que son los que constituyen la mercancía.

Según la teoría de la Economía Política, los principales atributos de la mercancía son: el valor de uso (capacidad de satisfacer una necesidad humana), el valor de cambio (precio), se elabora mediante un proceso productivo (trabajo humano) y se elabora con destino al mercado (compra-venta). Pero, el dinero en sí mismo, no cuenta con estos atributos por lo cual no debe ser una mercancía.  

La contradicción dialéctica del modo de producción sufrió un cambio, ya que ahora se manifiesta mediante el desbalance entre el sector monetario y el sector real, a diferencia del capitalismo clásico donde la contradicción se expresaba en términos de la producción y la apropiación del producto.

Siempre existe un equivalente o soporte del componente monetario en el componente real de la economía, por lo cual el desbalance entre ellos genera impacto de graves consecuencias en el largo plazo. La acumulación monetarizada a partir de las transacciones puramente monetarias, sin la contraparte en el sector real, fue incrementando en magnitud desmedida el tamaño del sector monetario, sin la necesaria compensación en el sector real donde se encuentra el volumen de productos. Cada vez el sector monetario es más grande en comparación con el sector real.

Los efectos del fenómeno se aprecian en la ecuación de Fischer: ante los incrementos del componente monetario y el rezago del componente del producto, la primera consecuencia es la inflación, que surge como mecanismo para balancear la ecuación. La inflación es el principal enemigo de la modalidad del capitalismo rentista porque deteriora la renta real de las inversiones de renta fija. Por ello, la política macroeconómica se orienta al control de este fenómeno para lo cual utilizan la tasa de interés de referencia que fija el banco central.

En USA, La Reserva Federal (FED) estuvo durante dos años elevando la tasa de interés con este propósito, que no logro el objetivo y en el 2024 tuvo que aceptar que la lucha contra la inflación había sido estéril. El alza desmedida de la tasa de interés, que no detiene la inflación, porque esta medida de política es impertinente frente a la realidad, termina disminuyendo el tamaño de la demanda agregada, bajando las ventas de las empresas y elevando los costos de los factores por el precio del capital, hasta que llega el punto en que la deuda se hace impagable.

Al disminuir el pago de la deuda, las primeras víctimas son las entidades prestamistas, que se alimentan de los ingresos por intereses de créditos. Las noticias informan que, a mediados de 2024, en USA existían más de 60 bancos a punto de quiebra.

La siguiente etapa después de la fase de inflación y cierre de bancos, es la de recesión general de la economía. Con la afectación de las empresas por la incapacidad de pagar la deuda, se incrementa el desempleo por el cierre de estas y con ello, la contracción de la demanda agregada. Sin que haya suficientes personas con dinero para comprar, las ventas se disminuyen y se forma el circulo vicioso, que conduce a la recesión económica y la crisis generalizada.

La recesión significa caída generalizada de la tasa de ganancias y rentabilidad del capital, de modo que los operadores del sistema económico, que son quienes acuden a los mercados de capitales a solicitar recursos para financiar sus actividades empresariales, quedan sin capacidad de pago y sus acreedores reciben el golpe. Y más fuerte es el caso de los inversores (especuladores), que han invertido su capital en títulos monetarios, sin respaldo de bienes o servicios del sector real; sus inversiones quedan en el aire, limitadas a cifras en un monitor de computador, y con más fuerza reciben el impacto.

Ya en 1928 se observó el mismo fenómeno, con otras causas y en al marco de otras circunstancias, pero en cuanto al ciclo de la economía es similar. El colapso del modelo del rentismo llegará y probablemente el de hoy será en 2028, para conmemorar el siglo del evento anterior.

EL DÍA DESPUES DE MAÑANA

Las múltiples causas que a través de los medios se exponen para explicar la situación del día de hoy, tienen algo que incidir en el fenómeno, pero la causa única es el haber convertido en dinero en una mercancía y con ello el desbalance desmedido entre el sector real y el sector monetario. El interrogante que sigue, es entonces sobre la forma de salir de la crisis.

En 1930 se agitó un gran debate sobre el tema y surgieron varias propuestas sobre cómo afrontar la situación, que ahora pueden servir de guía para el caso que se aproxima y que será necesario aplicar, probablemente, dentro de cinco años en adelante. Más atrás en el tiempo, las experiencias del siglo XIX cuando ocurrió la acumulación originaria del capitalismo clásico, tienen enseñanzas con validez en el mundo de hoy, aunque las condiciones históricas sean diferentes.

El derrumbe o desplome del modelo neoliberal es inminente, por los motivos ya expuestos en el análisis económico, en el marco un fenómeno que es global; pues el capitalismo rentista se gestó en Estados Unidos, se consolidó conjuntamente con Reino Unido a través del eje Reagan-Thatcher, pero se extendió en todo el mundo occidental, o el mundo que gira en torno a la órbita de la Reserva Federal de USA.

Así que la caída también tendrá esta magnitud e igualmente, el inicio se dará en Estados Unidos como a mediados de 2024 se está observando, con la extensión de la pobreza, la inflación descontrolada, la gigantesca deuda pública, la quiebra de los bancos, el aumento del desempleo y la descomposición social, todos fenómenos ampliamente difundidos por los medios de comunicación del mismo país.

El interrogante que surge inmediatamente es: ¿¿y qué vendrá después??

Una vez extendida la crisis por todos los países de la órbita señalada, ¿¿cuál será la alternativa de solución para recuperar la economía en cada país y las condiciones sociales que requiere la humanidad??

Se trata de rehacer la economía con un modelo diferente al neoliberal, que no podrá ser una reversa al capitalismo clásico, pero sí que aproveche las enseñanzas de esa historia, debidamente ajustadas a las condiciones y realidades del siglo XXI y, lógicamente, a la realidad de los países de la periferia, como en este caso de América Latina.

Debe ser una construcción novedosa, con ingenio, que se aleje del paradigma tradicional ya desgastado y con mecanismos pragmáticos que respondan consecuentemente a las condiciones específicas de cada país. Las teorías de Harvard y demás centros académicos de Norteamérica y Europa, no tendrán validez. El cuarto decenio debe iniciar, como en el siglo anterior, con nuevos enfoques sobre teoría económica y nuevas propuestas sobre modelos para la recuperación económica y social de América Latina.

Aun no se han presenciado propuestas sobre alternativas para asumir la crisis y construir las futuras condiciones de vida principalmente en Latinoamérica. Se requiere un debate amplio, objetivo y consecuente, que defina los lineamientos de lo que podrá ser el diseño de un nuevo modelo económico para la post-caída del neoliberalismo.

REFLEXIONES PARA TENER EN CUENTA

El primer aspecto que se debe contemplar es el de la preparación. Desde ahora los países deben alistarse para cuando llegue el colapso total. No se debe improvisar ni actuar desprevenidamente. Es necesario con antelación sembrar las bases de lo que será la reconstrucción económica y social.

El segundo aspecto necesario es el de la organización social y el liderazgo. Una empresa de tal magnitud requiere de una organización adecuada, principalmente en las bases, con un liderazgo apropiado de carácter civil. Si bien se requiere una estrategia política que conduzca el proceso y establezca las relaciones con el Estado, la esfera política tiene los riesgos de apartarse de la objetividad y la técnica a favor de intereses parciales.

Si regresamos a lo que fue la historia de la acumulación en los siglos XVII y XVIII, vemos que esta se logró mediante el esfuerzo independiente de los países, principalmente Inglaterra, Alemania, Francia, Italia y otros. También se observa que la globalización alimentó la desigualdad y la concentración de riqueza, lo cual implica, por lógica, que el futuro debe contemplan que se cierren las economías y que cada país luche aislado por su propia acumulación. Si todos hacen los mismo, la economía mundial se reactivará más rápido.

Los hechos de la historia económica enseñan sobre las claves para restaurar la acumulación originaria en el país, cuyo principal factor se le atribuye al café. En todo caso lo que está claro es que se debe revitalizar el aparato productivo, o sea el fortalecimiento de los sectores primarios (extracción y cultivo) y secundarios (procesamiento, manufactura y construcción). Igualmente, los sectores terciarios que pueden atraer excedente económico de otros países, como el caso del turismo y el aprovechamiento de los recursos naturales. 

Una de las críticas más fuertes al modelo neoliberal es la de concentración de la riqueza con la consecuencial extensión generalizada de la pobreza. El nuevo modelo debe contemplar mecanismos para la democratización de la propiedad de los medios de producción, con sistemas empresariales competitivos y eficientes, pero con participación del mayor numero posible de propietarios. No se trata de atomizar el aparato productivo con propósitos de mercado, sino de atomizar la propiedad individual para una distribución del ingreso más equitativa.

Es necesario replantear el concepto y la aplicación del desarrollo sostenible. Desde hace medio siglo se viene hablando del tema, pero no pasa de ser una simple retórica con un discurso convincente, pero sin los mecanismos prácticos que permitan ordenar las actividades sociales y económicas en concordancia con la vida humana. Desde los años ochenta la CEPAL introdujo el concepto de Estilo de Desarrollo, como un género donde tiene cabida el estilo sostenible, pero institucionalmente no se le ha brindado la atención necesaria, porque el discurso se ha convertido en un distractor de la destrucción de la humanidad que lleva consigo el modelo neoliberal. El peso de los mercados de capitales y el afán de rentabilidad financiera, se impone sobre otros factores que hacen parte del sistema económico cuya razón de ser natural, es la conservación de la especie humana.

Sin identidad cultural y sin rescatar los valores autóctonos y de la naturaleza, no es posible la reconstrucción económica y social. La globalización cultural que diseminó incontroladamente la ideología de la postmodernidad, ha sido la causa inmediata o directa más fuerte en la descomposición social, la desintegración familiar y la degradación humana, por perdida de valores de respeto la ley de la naturaleza. Eso está demostrado por varios estudios. El futuro debe contemplar el cambio en la instancia ideológica alejándose de los patrones del mercado, para recuperar los patrones de la vida humana y la naturaleza como factores de cohesión social y rectores de la conducta humana.

Finalmente, el Estado es el gran responsable de que la transformación económica y social se pueda lograr. Desde el origen de este organismo hace miles de años, el Estado siempre ha tenido la tarea de atender los asuntos de interés general y bien común, el cual ha sido manipulado con intereses políticos para conveniencia de grupos o clanes.

Pero es el instrumento de propiedad social indicado para regir los procesos sociales, económicos e institucionales necesarios para lograr los fines de carácter humano. Por supuesto necesita una arquitectura adecuada, porque la que tienen en el presente no corresponde con la necesidad del cambio.

Se debe hacer un rediseño que se acomode a las estrategias de reconstrucción señaladas. Para el efecto, se necesita un régimen político acorde con los fines. Siendo el régimen político el puente que conecta la sociedad con el Estado, debe tener un conjunto de sistemas que permitan superar las aberraciones que hoy imperan en la actividad política.

Y, principalmente, se necesita una nueva administración pública que permita adopta los procesos de gestión que conduzcan hacia el horizonte del nuevo modelo. La Administración Pública como se concibe hoy, no es el medio adecuado para la transformación, por lo que se necesita la creación de una nueva disciplina que, con carácter científico, suministre paradigmas y herramientas al gobierno para que este se ejecute siempre con el horizonte del cambio hacia el bien común y el beneficio social.

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