Esta primera parada de la expedición en Bogotá llega a su fin, después de palabras poderosas, nombres de plantas, muchas sonrisas, un almuerzo con pescao y tantas lecciones sobre el cuidado, solo nos queda darles las gracias a Daira, Lina y Lucía por su tiempo, su energía, su hospitalidad y su lucha. Para terminar, nos dieron un último regalo: “Somos esperanza”.
Un canto de esperanza
Las mujeres de Amdae cantan y comparten su energía con nosotros.