El 26 de agosto resultó ser un día trascendental para el país. Pudimos haber cambiado la historia de este, pero fue más grande el anhelo de los corruptos que se amangualaron para impedir que la transparencia hiciera su agosto, como debía ser.
Y un hecho de tristeza lo vi en mi pueblo Cantagallo. Como no hubo tamales, lechonas, ni los cincuentamilitos para vencer al corrupto, la gente desde su ignorancia no salió a votar.
Se escuchaban voces diciendo "yo no voto porque es que después el concejal tal no puede volver a reelegirse", "ese voto es para favorecer a Claudia López". En fin, la mezquindad fue cómplice y no permitió el cambio.
Ni siquiera vi a un funcionario de la actual administración municipal haciendo pedagogía o invitación a su pueblo para que saliera masivamente a cumplir con este mandato popular, el cual era permitido, ya que no era participación en política. Esto no les servía porque unos de los puntos de la consulta era “ser vigilante de los contratos que se den de forma transparente, y se ejecuten sin problemas” y en Cantagallo los contratos no se dan de manera transparente, y además de eso no se ejecutan, todo queda convertido en mamut de corrupción.
Tenemos a Ecopetrol S.A para montársela, para exigirle, pero no somos valientes para pedirle a quien debe implementar las verdaderas políticas de desarrollo en nuestra región. Por eso Cantagallo se convertirá en un municipio que no es más de ahí, como muchos de los que existen en Colombia: atraso, falta de oportunidades, miseria, pobreza extrema, aislado del resto del país, pero con una corrupción brillante.
Aquí en mi pueblo ser corrupto es sinónimo de credibilidad, buena reputación, mientras que ser honesto trae consigo cuestionamientos. El verdadero al revés de lo que se puede vivir. De hecho, fue tanto el abstencionismo que de 6555 personas habilitadas para votar solo lo hicieron alrededor de 1400.
Hoy se celebra la corrupción, pero la satisfacción que me llevo es que voté siete veces sí y lo hice por honor de patria, sentido de pertenencia por mi país. Quería con mi voto contribuir al cambio, y aunque esta vez no se pudo, seguiremos intentando, así mi pueblo sea un alcahuete y permisivo de seguir siendo unos de los municipios más corruptos de Colombia, con obras inconclusas, que hoy muere de sed.
Un gran ejemplo nos dio nuestro gobernador Dumek Turbay Paz, votando afirmativamente en esta consulta. También aprovecho para dar las gracias a nuestra concejal Jenifer Montealegre Toloza, mujer incansable que día a día pudo llegar con su pedagogía, siendo multiplicadora del mensaje positivo en la consulta anticorrupción.