Yo la verdad ya me cansé de que traten tan mal a Maluma. Eso le dicen ignorante y le dan con todo porque no sabía que Israel no quedaba en Europa. A mí me parece que es un acto de anti-patriotismo. Maluma es orgullo nacional. En el exterior lo quieren más que acá. Le dicen ignorante y algunos mamertos, propensos a adorar a las Farc, son capaces hasta de llamarlo asesino porque posó con una soldado israelí. Ser israelita no es fácil viviendo al lado de Palestina, pueblo que se ha acostumbrado a atacar cada vez que puede y con sevicia a Israel con atentados. Si, sabemos que Israel es un país opresor y que no son ningunos angelitos. No me quiero meter en ese debate. En lo que si me gustaría intervenir es que yo ya me cansé de que los mamertos hablen mal de este portento de la música colombiana. La imagen de Maluma es tan importante como la de Nairo, James o Gabo. Hace rato superó a Juanes y a Shakira.
Los envidiosos no dejan de atacarlo con todo. Los envidiosos de izquierda. Maluma fue condecorado en Antioquia por Luis Pérez. ¿Qué pasa? ¿cuál es el problema? Maluma fue visitado en España por los ídolos del Barcelona Luis Suarez y Messi, hicieron fila para darle la mano. No se lo perdonaron. Lo mismo pasó con el Kun Agüero. Después de ver uno de sus conciertos se fue de rumba y se estrelló en su carro y casi se mata. Dijeron que es que la música de Maluma era tan mala que arrastraba la mala suerte.
Maluma en este momento es el rostro de Colombia en el exterior. Es un divo, talentoso y lindo. Ya no lo critiquemos más. Hasta la heredera de Lamborghini ya le echó el ojo. ¿Quién no? Si seguimos atacando a Maluma se va a aburrir y hasta en una de estas se va a ir del país a un lugar donde lo quieran. En Europa hay más de un país que quisiera nacionalizarlo. Juan Luis, todavía son muchos colombianos que te amamos. No pierdas la paciencia. Te adoramos. Eres nuestro. ¡Eres Colombia!
No vamos a aceptar este trino desobligante escrito seguramente por un mamerto fanático. ¡Qué tal! Eres libre de posar con quien se te dé la gana.
