Señores,
Partidos y movimientos políticos, organizaciones indígenas, afrodescendientes y raizales, agrupaciones y candidat(a)os de grupos significativos de ciudadanos que aspiran a ser parte del poder legislativo, del poder Ejecutivo o a ser gobierno en las elecciones de 2022,
Reciban un muy respetuoso saludo. En primer lugar, traemos a la memoria un fragmento de la canción de César López; en este país resiliente que resiste tanta ignominia y hasta pierde la memoria por momentos, podemos cimentar nuestros propósitos solo… “hasta que amemos la vida”.
La anterior frase cobra aún más valor en una época en que las incipientes campañas electorales y los arreglos políticos, antes que atraer, acorralan a los posibles votantes en sus municipios; no precisamente con propuestas, sino coartando, la mayoría de las veces, la voluntad de la ciudadanía; mintiendo sobre el oponente, vaticinando desgracias a diestra y siniestra si se llega a elegir al eventual oponente político, acusándolo de querer convertir a este país en algo a lo que debemos temer.
A estas pobres campañas electorales, como ahora llama la mercadotecnia, a las campañas de desprestigio y de verdades a medias, hay que sumarle un tenebroso contexto nacional de incesantes amenazas, hostigamientos y ataques indiscriminados por parte de los llamados grupos “al margen de la ley”, que siguen sembrando el territorio nacional de terror; acrecentando todos los días las cifras de víctimas; convirtiendo la realidad colombiana en una cotidianidad que naturaliza y vuelve paisaje el dolor, el miedo y la muerte de esos otros que no viven en nuestro conjunto, nuestro barrio, nuestra comuna, nuestra vereda o nuestra ciudad. Tan solo hay momentos de estupor e indignación (mediáticamente manipulados) que pueden durar lo que demora el anuncio en el noticiero o la lectura de la nota en redes sociales.
Claramente, es muy difícil que un proceso de renovación en las instituciones como el que anhelamos la inmensa mayoría y que se busca consolidar en las elecciones de 2022 pueda generarse en un escenario tan hostil, mucho menos si quienes en estos momentos recorren el territorio nacional buscando convencer al ciudadano del común de votar por sus nombres no se solidarizan con este dolor, con este miedo y este cansancio que produce la violencia y la guerra al interior de la sociedad. No resulta comprensible que quienes están aspirando a legislar y gobernar a Colombia no se indignen por la muerte violenta o la desaparición de un líder, un defensor de la vida, una defensora de la tierra o un niño inerme y vulnerable.
En concordancia con todo lo anterior, respetuosamente les hacemos un perentorio llamado a sumar esfuerzos en torno a la defensa de la dignidad y la vida de todos los colombianos. Es el momento de convocar a los ciudadanos del país en torno a un proceso de cese inmediato de todas las hostilidades por parte de los actores armados del conflicto armado colombiano. Les estamos haciendo un llamado urgente para que, dentro del ejercicio de sus campañas proselitistas, se haga visible la terrible crisis humanitaria que ocurre todos los días en los espacios más escondidos de nuestra geografía, en esos territorios en los que para sus campañas cada voto cuenta, pero también en los que cada vida, cada presente y cada futuro deberían ser lo más importantes para sus partidos y movimientos.
Les estamos demandando de manera imperiosa a que pongan en el centro del debate político la propuesta de un mandato nacional de: "Alto inmediato a todas las formas de violencia por parte de todos los actores del conflicto, incluyendo las formas de violencia por parte de todos los actores del conflicto, incluyendo las que se generan en el Estado".
De igual manera, les estamos exhortando para que le exijan al actual gobierno nacional: todas las medidas necesarias para ponerle fin a esta terrible ola de masacres, asesinatos, desapariciones, amenazas y acosos extrajudiciales, que se ciernen sobre esos mismos liderazgos sociales a los que sus campañas se dirigen en busca de votos. Los convocamos para que emplacen al gobierno nacional a que ejerza la defensa de la vida, honra y bienes de todos los colombianos y no siga permitiendo el rebrote de esquemas de autodefensas ciudadanas y rurales. Los estamos llamando para que convoquen a Colombia a buscar una o unas salidas alternativas a la crisis humanitaria que padece.
Mientras no amemos la vida y no la hagamos respetar, ninguna campaña, diálogo y compromiso tendrá la base suficiente para generar un cambio.
Nuestra Memoria Colectiva*
21 de octubre de 2021
*Ómar Orlando Tovar-Álvaro Molina-Juan P. Sepúlveda-Ruth Celis-Marco T. Morales-Carlos J. Medina-Mario Gómez-Fabio Díaz-Gladys Guatindoy.