Pocas campañas presidenciales como esta se han visto obligadas a entender el contexto mundial actual y a realizar propuestas de política pública que reconozcan esas realidades. Más aún, los votantes tenemos la obligación de abrir ese debate e impedir que se limiten a una agenda totalmente doméstica. Poco se escuchan frases como la del secretario general de Naciones Unidas Antonio Guterres, quien recientemente anunció que en los próximos meses hay serias posibilidades de una escasez global de alimentos. Cómo ha llegado el mundo a semejante situación es la pregunta que ya tiene algunas respuestas.
Para empezar, como lo afirma recientemente el Economist, al invadir Ucrania Vladimir Putin destruirá la vida de mucha gente lejos de los campos de batalla. Las cifras son contundentes. La oferta de Rusia y Ucrania representaba antes de esta guerra el 28 % de todo el trigo transado en mercados internacionales; 29 % de la cebada, 15 % del maíz, y 75 % del aceite de girasol. Las exportaciones de productos alimenticios de Ucrania alimentaban 400 millones de personas. Y estas cifras aterrorizan sin reconocer además el peso de estos países en las exportaciones de fertilizantes para los agricultores del mundo. Y Colombia es un gran importador de alimentos, 14 millones de toneladas al año, y de fertilizantes. Nada menos.
Y esto cómo nos afecta es la simple pregunta cuya respuesta ya existe y se está viviendo en el país en la inflación de alimentos que está llegando a niveles que agobian aún más dado el altísimo porcentaje de pobres y vulnerables cuyo gasto en este rubro es una porción muy alta de sus escasos ingresos.
Este el contexto que debe tener la transformación productiva que tiene que producirse en Colombia, ya sin espera señores candidatos. En primer lugar, sustraerse de estos efectos de la crisis internacional es imposible entre otras porque no se puede sustituir ni totalmente ni de inmediato, ese altísimo porcentaje de toneladas de alimentos importados. Contrario a lo que dijo Federico Gutiérrez, no todos se pueden producir internamente. Este es el caso de trigo porque no podemos producir lo que necesitamos, dado que entre otras somos un país tropical y no tenemos ni el tipo de extensión de tierras ni el clima para producirlos.
_______________________________________________________________________________
La transformación productiva que tiene que producirse en Colombia, ya sin espera señores candidatos
_______________________________________________________________________________
Pero sí hay acciones que se debían haber emprendido hace tiempo si este gobierno hubiese tenido una política agropecuaria. Recuperar el campo colombiano no da espera para aminorar este inmenso costo del cual es difícil desprenderse. Pero nada se ha hecho ni con el maíz que podemos producir, ni con el aceite, ni con alimentos perecederos cuyos cosechas son de corto plazo y ya hubieran podido aliviar en algo, esta inflación con producción nacional. Pero el ministro de Agricultura actual sencillamente no existe.
La crisis del hambre también obedece a razones del cambio climático, tema que solo le ha servido a este gobierno para los shows internacionales de Duque. Ya antes de esta guerra se había anunciado que el hambre seria un problema en el 2022. Las lluvias atrasaron las siembras de trigo en China, el mayor productor de trigo y las temperaturas extremas en la India, el segundo productor de trigo, también afectaron estas cosechas y la oferta mundial. A su vez, la falta de lluvia también incidió además en otros productores en América de este cereal. Es decir, el impacto del cambio climático agrava esta situación.
Que tanto se escucha en estos discursos y frases de los candidatos sobre estos temas debe ser identificado como parte importante en el debate actual. Lo único que nos falta es que además de todos los problemas que tenemos no reaccionemos a tiempo en las dos agendas: la del cambio climático y la de recuperación en la producción de alimentos.
El hambre en un país con casi ¾ de si población en serias condiciones de pobreza y vulnerabilidad tiene que ser prioridad. Se escuchan debates sobre esto y sobre todo estrategias inmediatas. Solo una nota al respecto: en Barranquilla la mitad de sus habitantes tienen hambre según cifras del Dane. Y todos felices en la ciudad perfecta.
E-mail [email protected]
@CeciliaLopezM