Gran polvareda ha levantado en Colombia la propuesta del candidato presidencial del Centro Democrático Iván Duque, la cual tiene la intención de unificar las altas cortes y convertirlas en una súper corte. Esto con el pretexto de ahorrar dinero y de solucionar los problemas de corrupción de la justicia colombiana.
Con la propuesta de Iván Duque se entiende que la Corte Constitucional desaparecería, lo que sería una gran perdida para la justicia y para los millones de colombianos que creemos que la guarda de la Constitución de 1991 es lo más importante de nuestro ordenamiento jurídico.
De hecho, una de las grandes batallas ganadas por el pueblo colombiano en la Constitución de 1991 fue la creación de la Corte Constitucional, que tiene como tarea: la guarda de la integridad y supremacía de la Carta Política. A ella le debemos no tener una dictadura, recuerden que la corte le dijo no a la intención de Álvaro Uribe Vélez de un tercer mandato. También le debemos la despenalización del aborto, las causas de la comunidad LGTB, la dosis personal y muchas cosas más.
La Corte Constitucional ha llenado un vacío por parte del gobierno y los congresistas, que han sido incapaces de legislar en temas cruciales de la vida nacional. Incluso, podría decirse que la corte hace la tarea de legislar debido a la incapacidad del Estado, si no fuera por ella viviríamos plenamente en el siglo XVIII.
Fue gracias a los mismos políticos que hoy proponen acabar con la Corte Constitucional y unificar las grandes cortes que la justicia está en crisis. Un ejemplo de esto es el Consejo Nacional Electoral, un tribunal totalmente politizado. El CNE es el resultado de la corrupción en la justicia, toman decisiones según el partido político y su conveniencia. En mi opinión, hoy ser magistrado del CNE debe ser la vergüenza más grande para un abogado, pues es convertirse en el mandadero de los políticos.
Hoy el problema de la Corte Constitucional no es su existencia, ni sus altos costos para el Estado, es haber permitido su politización y que la corrupción sedujera con millones a la justicia. Lo anterior gracias a dos errores de la Constitución de 1991: permitir que el Congreso elija a sus propios jueces (yo te elijo, tú me juzgas, art. 239 de la Constitución) y que la financiación de la justicia dependa del gobierno de turno. Con estas equivocaciones nuestra justicia desde sus comienzos nació secuestrada, amordazada y hasta hoy vemos el desastre de esta situación.
Acabar con la Corte Constitucional es el equivalente de incendiar el Palacio de Justicia, pues la intención de esta propuesta no se debe al objetivo de conseguir mejoras en la justicia, más bien, es el pretexto perfecto del Centro Democrático para quitarse de encima un impedimento para realizar su plan de gobierno de los próximos cuatro años. Es claro que la intención de esta propuesta es limitar el poder judicial en Colombia, politizarlo aún más y conseguir su control absoluto.
Hoy la justicia no quiere ser secuestrada por los narcotraficantes, hoy quiere ser secuestrada por un grupo político. Hoy Pablo Escobar y la guerrilla del M-19 no quieren terminar con los archivos del Palacio de justicia, son los políticos los que quieren borrar las batallas ganadas por los menos favorecidos, que encontraron en la Corte Constitucional un Estado garantista y respetuoso de los derechos de los ciudadanos.
Candidato Iván Duque, la Corte Constitucional es ejemplo para el mundo y usted lo sabe, el mecanismo de la tutela es único en el mundo. Es el mecanismo mas ágil y económico para hacer respetar los derechos fundamentales de todos los colombianos, un mecanismo que funciona sin importarle la posición social o el apellido de las personas. Candidato Iván Duque, no nos quite la corte, no nos quite por lo que hemos luchado tantos años.
Hoy la solución para la justicia colombiana no es quemar nuevamente el Palacio de Justicia con la unificación de las cortes, la solución es otorgarle la autonomía e independencia que debe tener la justicia como poder del Estado. Igualmente, es necesario quitarle la atadura que le pusieron los políticos para controlarla, ya que si esto no se hace y prospera la idea de unificar las cortes estamos ad portas de una dictadura.