Un candidato austero y con un equipo limpio es el que se lleva los votos

Un candidato austero y con un equipo limpio es el que se lleva los votos

'Cinco condiciones básicas que debería cumplir un candidato para ganar mi voto'

Por: Juan David Cruz Negrete
agosto 24, 2015
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Un candidato austero y con un equipo limpio es el que se lleva los votos
Foto: tomada de internet

  1. Que no sea un político tradicional, sí un gestor competente

La política es, aunque se haya desvirtuado su concepción, una actividad natural y necesaria; para mí es exclusivamente en el arte del buen gobierno y de la persuasión estratégica.

Además de lo anterio, es vital y absolutamente necesario que el candidato sea un gestor competente. Que tenga preparación académica, ojalá profunda, rigurosa, que haya generado investigación y que, en sus estudios, haya vivido tantos contrastes que haya adquirido un criterio ejemplar. Además de tener una experiencia profesional adecuada que garantice con sus logros que él, tranquilamente, puede enfrentar retos como: gestionar presupuestos limitados, dar prioridades estratégicas, entregar eficientes y eficaces respuestas a cuellos de botella, etc.

Un gobernante para mí es el gerente de la entidad que lidera. Los ciudadanos son socios inversores de dicha entidad. Los socios deben escoger al más capacitado para elevar la rentabilidad social del pueblo. Por lo tanto, debe ser, inexorablemente, un gestor competente.

  1. Que su inversión en campaña se acerque a cero

Independientemente de la inversión del tiempo del candidato y sus colaboradores, de su esfuerzo físico, etc. Una campaña democrática debe basarse en debates serios y de fondo. No en camisetas, folletos, posters, jingles, etc.

En la medida en la que un candidato acepte financiación, se compromete de una u otra forma con éee aportante, se amarra; así, es lógico que reparta cargos públicos, contratos, comisiones, etc. Entre aquellos que invirtieron en la campaña.

El mismo candidato, así invierta su propia fortuna en la campaña, una vez en el poder, querrá obtener dividendos de su inversión –A menos que sea un filántropo-. De allí que venga la corrupción.

  1. Que el alma de la campaña sean unas propuestas atractivas.

Quisiera ver campañas en la que los candidatos lancen no propuestas genéricas y de forma; sino específicas y de fondo. Estructuradas, consensuadas, resultado de estudios de expertos, de un benchmarking exquisito. Propuestas no sueltas, sino que haya políticas/planes de acción y todas las propuestas lanzadas estén articuladas.

Que el alma de la campaña no sea el bullicio, la demagogia, el populismo, gritos del candidato en una tarima, fotos del candidato con bebés o gente pobre. Que se haga grande un candidato por lo que propone, por cómo los argumenta, por la profundidad de estos.

  1. Un equipo limpio.

Ojalá que el candidato se rodee de gente honesta, preparada, estratégica, hábil, loca, apasionada, trabajadora y servil. Que sea un equipo limpio de nexos con personalidades cuestionadas. Ojalá el candidato sea capaz de atraer mentes brillantes, capaces de transformar positivamente realidades, escoger los mejores de los mejores en cada ramo: educación, salud, movilidad, ambiente, hacienda… etc.

Un equipo limpio garantiza un rico debate interno durante la campaña y genera una estructura sólida; un equipo competente genera excelentes y detalladas propuestas, un equipo sano da confianza de cara al electorado, un equipo limpio que de esperanza que de llegar al mandato se obrará bajo la meritocracia, y que permita asumir que habrá un interesante componente de tecnocracia dentro de la democracia.

Que el candidato no desgaste todo su esfuerzo en conseguir el apoyo de algún caudillo popular, de personajes famosos, de emisoras, sino que, más bien, se preocupe por rodearse de los mejores entre los mejores. Que lo haga por el pueblo.

  1. Candidato desprendido

Comienzo pidiendo que no se nombre en vano a Dios. Si se pretende ganar una contienda electoral –no religiosa-, que se gane por la capacidad, por las propuestas, por realizar una campaña inteligente. No utilicen el nombre de Dios en sinfines de tarimas durante discursos vacíos.

Se les escucha decir: “Si Dios quiere, vamos a ganar…”. No, Dios quiere que los niños tomen agua potable, que la gente se eduque, que el hombre trabaje, que se cuide la naturaleza, que se goce de buena salud, etc.

Que el candidato no tenga nexos con personalidades cuestionadas, que se unte de mundo académico; y que si se unta del pueblo, que no sea para tomarse fotos y subirlas a las redes sociales. Una vez más: que el candidato abandone el discurso populista y demagogo; no tienen por qué gritar en una tarima para informar las propuestas o sus ideas.Si el candidato cumple con estas características básicas, estaría garantizando el voto de este ciudadano colombiano.

Termino con un enunciado: los pueblos que escogen mal no son víctima, son cómplices.

@BenvenutoCelli

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