He seguido detenidamente la campaña de Lucía Tous, aspirante a la alcaldía de Sahagún (Córdoba), desde que inició su recolección de firmas para el aval de su candidatura mediante un movimiento significativo de ciudadanos denominado "Sahagún, de la gente y para la gente".
Debo confesar que su campaña me sedujo por dos cosas. En primer lugar porque me pareció loable que una mujer fuera alcaldesa de mi pueblo. En segundo lugar porque el lema de su campaña pregonaba siempre la independencia respecto a los grupos políticos que tanto daño le han hecho a mi terruño.
Sin embargo, con el transcurrir del debate electoral poco a poco se ha ido desvaneciendo la expectativa que me ha venido transmitiendo su candidatura. Mi primera decepción la recibí cuando en la misa de acción de gracias la candidata reveló ante todo el pueblo sahagunense que quienes la acompañarían en su campaña serían nada más y nada menos que los dos últimos exalcaldes de Sahagún, quienes no solo son sus aliados políticos sino los principales financiadores de su campaña. Lucía, ¿dónde quedó la independencia que usted pregonaba?
Ahora bien, la gota que rebosó la copa fue su inasistencia al debate promovido por un importante medio regional, debido a un supuesto percance de salud de última hora, quizás con el propósito de no dejar al descubierto sus falencias y falta de conocimiento sobre la problemática de nuestro municipio.
¿Será que su ausencia en dicho debate se debió a que ella quiso ocultar la carencia de estudios profesionales en su hoja de vida? No entiendo cómo una persona proveniente del seno de una familia de la oligarquía sahagunense ni siquiera ostente un título profesional.
Quiero sentar mi voz de protesta hacia esta mujer porque, por muy estigmatizada que esté mi tierra, Sahagún merece ser gobernada por personas que tengan la formación profesional y que conozcan las verdaderas necesidades de nuestras comunidades.
La alcaldía de Sahagún no puede ser un capricho de Lucía Tous, ni ser confundida con los reinados de belleza a los cuales solía asistir por voluntad de sus padres.
Y es que para arroparse con la investidura de alcaldesa de un municipio se debe contar, por lo menos, con una formación profesional y experiencia en el manejo de lo público, cualidades de las que ella carece.
¿Será que en Sahagún no habrá mujeres íntegras, preparadas, fieles a sus principios y a su hogar, que en un futuro puedan ser alcaldesas de esta ciudad?