Desde 2016, en la rectoría de Ignacio Mantilla (que después continuó por dos períodos Dolly Montoya) la Unión Europea ofreció una donación de USD 12.5 millones para la sede de la universidad Nacional en Tumaco.
Son $55 mil millones con los que se cubría la tercera parte del valor del centro académico más importante de la costa pacífica colombiana. Ninguno de los dos realizó la gestión y el rector Leopoldo Munera, tuvo un plazo de cuatro meses, antes del 31 de julio para enderezar el camino y tampoco lo logró. Por el momento el dinero está perdido.
En octubre pasado, la embajada de los Países Bajos envió una comunicación en la que dejaba en claro la situación: “A través de esta carta, me permito notificarle formalmente que Invest International, en nombre de la Ministra de Comercio Exterior y Desarrollo del Reino de los Países Bajos, ha decidido interrumpir su participación en el Proyecto. Por lo tanto, esta carta constituye un aviso de cierre de nuestra donación ORIO” la Universidad Nacional de Colombia perdió una donación por parte de la Unión Europea de 12,5 millones de dólares (cerca de 55 mil millones de pesos colombianos)
En el gobierno Santos en el 2018, la ministra de educación Yaneth Giha realizó viajé al puerto para poner la primera piedra pero que se proyectaba como una sede que aseguraría la formación de cerca de 5.000 estudiantes, con una oferta de 55 carreras. Varios ministros y ministras de educación tuvieron la oportunidad de actuar pero ninguno se propuso destrabar los recursos.
Fue el ministro de relaciones exteriores, Luis Gilberto Murillo, quien tomó cartas en el asunto y anunció un viaje a Amsterdam, la capital de Países Bajos para intentar salvar la donación y empezar la construcción que significará un salto cualitativo frente a la sede actual, un montaje provisional construido en vagones móviles.
