La Habana.- Un inusual tono de las Farc saludando la llegada de la canciller María Ángela Holguín a la Mesa, así como la presentación de un video sin audio con imágenes del trabajo conjunto del ejército y la guerrilla iniciando el plan piloto para el desminado en el departamento de Antioquia, marcaron esta jornada del ciclo 37 de los diálogos de paz, que ha entrado en su recta final.
A primera hora de la mañana de hoy, se divulgó un pronunciamiento del máximo jefe de las Farc, Timoleón Jimenez, en el que no sólo dio la bienvenida a Holguín, sino que expresó su confianza en que la llegada de Luis Carlos Villegas al ministerio de Defensa sea “una aliento a los diálogos en curso”. Timochenko también se refirió al arribo del empresario Gonzalo Restrepo a los diálogos.
“Con los refuerzos oficiales para la Mesa, leemos un mayor compromiso del Presidente con la búsqueda de entendimientos”, dijo el jefe guerrillero, agregando que “su peso y jerarquía contribuirán a vencer muchas prevenciones”.
En su mensaje, leído por Iván Márquez, también alude a la actualidad política colombiana: “La extrema derecha, con amplio eco en la gran prensa, la cual tampoco se muestra proclive al éxito de las conversaciones, ha disparado con todo furor contra los avances alcanzados”, dijo.
Y tras afirmar que el presidente ha tenido “indecisiones, incoherencias y desaciertos”, Timochenko reconoció que “hay una campaña de desprestigio contra el gobierno de Santos, dirigida a debilitarlo y obligarlo a romper el proceso de paz”.
Tras la lectura del pronunciamiento de Timochenko, las dos delegaciones tuvieron una sesión de trabajo en la mañana y al medio día asitieron a uno de los salones del Palacio de Convenciones, donde se exhibió el video del inicio del plan de desminado en la vereda El Orejón del municipio de Briceño.
Según los voceros de los países garantes (Cuba y Noruega), este primer paso dejó “resultados satisfactorios, pese a la complejidad del terreno y a las condiciones climáticas”. En las imágenes se ven delegados civiles y militares del gobierno, miembros de las Farc y del CICR, así como técnicos de la organización Ayuda Popular Noruega y representantes de los países garantes.
El informe indica que se identificaron cuatro áreas peligrosas que suman aproximadamente 12 mil metros cuadrados, los cuales, una vez limpiados de minas, artefactos explosivos improvisados y municiones sin explotar, “facilitarán la movilidad de la comunidad en riesgo y permitirán la restauración de derechos de las comunidades en términos de movilidad, esparcimiento, acceso a vías terrestres y uso productivo de la tierra”.
Después de la presentación del video, Humberto de la Calle, leyó una breve declaración en la que subrayó que “por primera vez en más de 50 años de conflicto, una batallón del ejército y las farc, en forma conjunta, llevan a cabo acciones que favorecen una población afectada en forma severa”.
El jefe de la delegación del gobierno contó que un campesino de la zona donde se iniciaron los trabajos de desminado ofreció su casa para alojar a las delegaciones que llegaron hasta El Orejón, pese a que en ella “están las huellas de la explosión de una mina que a pocos metros de allí le quitó la vida a su esposa”.
También destacó que “el Acuerdo (sobre desminado) al que llegamos se está cumpliento” y reconoció que las Farc entregaron mapas precisos de la ubicación de las minas y contribuyeron activamente a delimitar las áreas minadas”.
Un par de minutos más tarde, Pastor Alape se pronunció tambén sobre el inicio del desminado calificandolo como “un episodio esperanzador para la paz de Colombia”. No obstante, dijo que el Acuerdo sobre limpieza y descontaminación del territorio podría ser mucho más efectivo en medio de un cese al fuego bilateral, “tal como lo solicitaron el miércoles los países garantes”.
Analistas cercanos al proceso de paz, así como los periodistas que lo cubren, llamaron la atención sobre la forma exitosa en que la Mesa de diálogos logró superar los difíciles momentos vividos tras la secuencia de ataques del ejército contra unidades guerrilleras en Cauca, Antioquia y Chocó que dejaron más de 40 insurgentes abatidos.