Por estos días en los cuales estamos alarmados por las astronómicas cifras en contrataciones que se manejan en Canal Capital, el canal público de Bogotá, y en el cual quedamos realmente asombrados con esas jugosas sumas de dinero que devengan solo algunos pocos que laboran allí, es bueno cuestionar ciertas áreas y preguntarnos si realmente una ciudad como Bogotá necesita de un canal publico para informar a la ciudadanía.
Antes es importante dejar en claro que la televisión publica en varios países desarrollados es un éxito total, y que por el contrario en Colombia ha venido decayendo mas y mas, aunque puede que algunos canales regionales sean la mejor opción para algunos, pareciera que el "modus operandi" del Estado colombiano hacia los medios de comunicación y el uso del espectro electromagnético (que es un bien público) es que solo sea manejado en manos de los privados, con todas las ventajas e inconvenientes que esto conlleva.
TV española, DW tv de Alemania, la RAI de Italia, la BBC de Inglaterra, la NHK de Japón y medios televisivos de Francia son algunos ejemplos del poder que tienen esos medios públicos en sus países, la "televisión publica" esta muy arraigada en sus habitantes e incluso gracias a la verdadera globalización de los medios debido a internet, pues también la hemos adoptado miles de personas que no habitamos esos lugares, y la hemos adoptado porque vemos enormes ventajas con respecto a la televisión privada colombiana llena de manipulación, intereses, telenovelas entre otros.
Retomemos el asunto de Canal Capital...
Veo peligroso y aterrador que algunos empiecen a insinuar el querer acabar con el canal de los bogotanos, es cierto que es algo desproporcionado que de nuestros impuestos solo un pequeño grupo de personas de ese canal se estén llevando una millonaria cifra del presupuesto del canal en sus salarios, y es cierto que el canal no esta dando los resultados en teleaudiencia esperados, pero no podemos permitir que la "televisión publica" (si es bien manejada) se acabe, esta debe servir de contrapeso a la televisión privada casi siempre con enfoque mercantilista y llena de intereses de toda clase.
Debemos defender la TV publica reitero, exigir al Estado que hayan normas y leyes claras (y puede que existan pero pero que se cumplan), para así evitar que el gobernante de turno utilice los medios para sus intereses personales, políticos y que dadas las circunstancias actuales, Canal Capital si que ha tenido un manejo de interés políticos en algunos de sus contenidos desde la era de Petro y Peñalosa, lo han utilizado como forma para promocionar su periodo de gobierno con constantes publireportajes en sus emisiones de noticieros o programas. Tampoco se trata de vetar informacion que llegue del alcalde de turno y sus funciones para con la ciudad, simplemente no se puede prestar para generar contenidos exclusivos para favorecer su gestión del mandatario ocultando las cosas que no les convienen, y hoy día SÍ también se ve esta situación así el gerente de turno del Canal Capital diga lo contrario.
Considero que el canal ha tenido transformaciones interesantes (no todo es politizar) y desde la era Petro, hemos visto toda una serie de avances tanto en su programación de contenido (sí, ciertos buenos programas fueron independientes como hoy también algunos lo son) pero además se nota el avance tecnológico ya que el canal se digitalizo (tdt) y paso a la transmisión en HD.
Tanto Petro como Peñalosa (este ultimo formo el Canal hace mas de 15 años cuando finalizaba su alcaldía) le han dado su enfoque particular, antes de ellos ese canal prácticamente nadie lo conocía y hoy los bogotanos ya saben que existe. El contenido no ha sido malo del todo, veo el Canal desde la era Petro a hoy dia y me he enterado de muchas cosas tanto de Bogotá y la región, como proyectos y campañas que nos benefician a la ciudadanía, no podemos decir que todo esta enfocado a un color político o ideologías, serie mentir y exagerar.
La televisión pública debe servir para tratar temas que la televisión mercantilista privada no los toca por intereses personales, económicos o políticos, y es allí donde radica la importancia principal de la televisión publica: informar abiertamente de varios temas tanto informativos, educativos, culturales e incluso deportivos y que prácticamente están vetados por la televisión privada, e incluso, incluyendo contenidos políticos con un enfoque de analistas y de opinión, sin polarizar o politizar el contenido.
El futuro de la televisión no es muy alentador y todo gracias a las nuevas tecnológicas en donde internet, las redes sociales y la telefonía celular están prácticamente haciendo una reingeniería a los medios de comunicación tradicionales (afortunadamente), la forma como se divulga las noticias o contenidos es otra y llego para quedarse, de allí que plataformas como Netflx (de pago) o Youtube tengan un éxito rotundo a nivel mundial.
La televisión tanto pública como privada actual también hace uso de estas nuevas tecnologías para ayudar a difundir sus mensajes, y mientras la televisión entra a la etapa de un segundo plano ya que en algunos años internet dominará el sector mediático (la red realmente es la verdadera democratización de la información, todos podemos crear y generar contenido) pues la TV pública también debe ser un medio para divulgar y hacer un verdadero contrapeso a la industria privada.
Que interesante seria a futuro escoger en las mañanas entre City TV o Canal Capital es a eso a lo que debemos llegar, escoger por contenido y calidad, generando una competencia sana entre lo privado y lo publico en los medios de comunicación.
La TV publica al igual que la Salud no están para generar ganancias ya que cumplen una función social y de allí que los bogotanos debemos concientizarnos que apoyarla es beneficioso para todos. Ahora bien, otra cosa son los gastos como los costos que se generan del mantenimiento de esa televisión publica que al ser de calidad se necesita inversión en muchas áreas, pero este también debe ser controlado para así evitar esta indignación que hoy día estamos viendo con estos mega salarios (casi que de ejecutivos de empresas privadas) y que simplemente la televisión publica NO esta para tener ese enfoque. Los medios privados generan tanto dinero que sus periodistas pueden ganar como estrellas de Hollywood, pero el que maneje un medio publico NO se le debe premiar con mega salarios y el medio tampoco debe ser con animo de lucro, así es como debe manejarse, o por lo menos en latinoamerica. Si el medio da ganancias que sean bienvenidas, pero su función principal no es mercantilizar, su función es prestar un servicio a la comunidad, informar y ayudar a la educación y cultura entre otros temas.
Apoyemos la televisión pública y que esta coyuntura que estamos viviendo en la actualidad con Canal Capital NO sea el inicio de una serie de debates para acabar con el canal (o querer insinuarlo) sino para transformarlo y reestructurarlo pensando a futuro. También se deben hacer estudios del porque el colombiano del común detesta la televisión pública y que opciones y salidas existen para mejorar esta situación, me niego a creer que estamos tan enviciados con los canales privados que nos es imposible tomar otras opciones.
Un canal bien manejado, con austeridad, imparcialidad política (que no quiere decir desconocer al gobernante de turno) y ayudado de las tecnologías de internet, puede generar mas aceptación en los bogotanos, ahhh... y sin que los políticos o gobernantes de turno metan la mano en el contenido con los constantes y famosos publireportajes.
Nota:
Una preocupante situación que se puede generar en los medios es la autocensura hacia el ingreso salarial de los funcionarios públicos, podemos ver que cuando algún allegado a los medios es perjudicado directamente con alguna denuncia, el libreto sale a relucir y el silencio entre colegas y medios es total.
Pero demos un ejemplo de compincheria: Cuando Dario Arismendi y Yamid Amat aparecieron en los listados de Panamá Papers, los medios al unisono silenciaron el tema en general. Este mismo manejo también se podría aplicar a diversos situaciones donde se involucren ingresos de ciertas personas en algunas entidades del Estado y ellos (los medios) para evitar debates o contraataques a periodistas probablemente silenciaran. ¿Es mejor callar? NO, ¡redes sociales atentas!