En un interesante debate llevado a cabo en estas semanas en la Universidad Nacional, campesinas y campesinos que exigen hoy día el reconocimiento de los Derechos del Campesinado junto con académicos comprometidos por la defensa de la vida digna en la ruralidad, discutieron sobre la definición del campesiando.
En su concepción amplia incluyendo a los pueblos negros e indígenas como pobladores del campo y sus relaciones directas en la construcción de territorio, y más allá de la idea de los ciudadanos que políticamente son muy pocos y viven en las grandes urbes de nuestro país, el campesinado colombiano ha sido el actor social y político que ha logrado movilizar millones de personas y comunidades a favor de la protección de la vida, del respeto a la dignidad como pueblos siendo actores claves en la construcción de la famélica democracia en Colombia.
Desde Tiquesusa y la Cacica la Gaitana en la Colonia, el movimiento comunero e independentista, Quintin Lame y las movilizaciones obrero campesinas en las bananeras, hasta la exigencia de la reforma agraria y la construcción de la identidad nacional; desde la fundación de pueblos y veredas, hasta la resistencia comunitaria a la guerra y la creación de la insurgencias, el campesinado en Colombia ha demostrado la posibilidad popular de crear proyectos políticos nacionales más allá de los poderosos.
En la historia reciente desde los años setenta, el campesinado ha sido protagonista, a pesar de la política pública en su contra, de un Estado que niega sus derechos fundamentales, de las agencias internacionales y el intervencionismo militar e ideológico de las potencias, especialmente del ideario desarrollista de los Estados Unidos y de la Europa occidental, campesinos y campesinas de la Colombia profunda, han sido los protagonistas de las de las grandes luchas por la afirmación desde los territorios de las conquistas y derechos económicos, políticos, ambientales sociales y culturales, en la construcción del Estado colombiano.
Hoy día son los protagonistas de los movimientos sociales y políticos y elevan el orgullo nacional habitando y recorriendo nuestro país desde los colores de las montañas y las llanuras, desde las selvas, lagunas y los ríos y con nombres inspiradores proponen justicia social y defensa del territorios desde laMarcha Patriota, el Congreso de los Pueblos, y las Dignidades Agropecuarias.
En las noticias cotidianas, son quienes ponen el pecho a la protección de bosques y los ecosistemas, y desde su trabajo defienden la soberanía alimentaria; defienden de las multinacionales las serranías, los páramos y protegen el patrimonio cultural de los pueblos ancestrales, indígenas y del pueblo negro. Son los inspiradores de jóvenes, ambientalistas, medios de comunicaciones, obreros, estudiantes y profesionales urbanos, quienes se suman a la apuesta por la construcción de paz territorial y la exigencia por salir de la guerra.Son hombres y mujeres inspiradoras que lograron en 2013 movilizar a millones en las ciudades y gritar a favor del Paro Agrario, donde abuelas y abuelos fueron homenajeados en campos y veredas, reconocido su trabajo y se conjuró vida para la vida en la defensa por las economías populares rurales y que afirmamos que la construcción de nuestro futuro común pasa por la protección y defensa de la vida del campo.
El Campesinado en Colombia representa la herencia histórica viva de la resistencia y la rebeldía. Viviendo en montes, veredas y ciudades de forma heroica inspiran movimiento y revolución. El campesinado es el actor social y político que ha sobrevivido a la guerra de las élites nacionales y globales por la apropiación del agua, de la tierra, de los minerales y del petróleo. Es el campesinado en su defensa de la autonomía y la proyección de ordenamientos territoriales propios quienes han puesto en jaque a la oligarquía criolla y desatado el miedo de los malos gobiernos y la represión militar y paramilitar. Es el campesinado sinónimo en si mismo de la esperanza en movimiento. Con el fin de la guerra como bandera, estamos convencidos que será de la cuna del campesinado, de sus hijos hoy también en las ciudades, donde afloren los liderazgos que vamos a cambiar la historia de este país.
¡Vivan los pueblos indígenas, negros y campesinos de Colombia y el mundo!