Cómo llegar a pensar que a uno le puede oler feo su propio hijo…? Si el comparativo lo adoptamos a la vida política pareciera que al candidato presidencial Germán Vargas Lleras este le aplica, pues si bien es cierto el hombre que aspira a llegar al Palacio de Nariño ha sido por varios años el director Cambio Radical, movimiento con gran participación en la arena política del País, pues este posee una amplia presencia regional, especialmente en la costa norte de Colombia, y es aquí donde podemos ver parte del meollo del asunto.
Según la Registraduría Nacional del Estado Civil uno de los causales que generan inhabilidad en la aspiración a cargo de elección popular es la de no “contar con un aval, si es respaldado por un partido o movimiento político con personería jurídica, o con las firmas, si es aspirante por un grupo significativo de ciudadanos”. Siendo así, ¿qué es lo que pasó con el exvicepresidente de la República, actual candidato presidencial?
Empecemos por el principio: para que a un ciudadano se le acepte su candidatura por firmas debe pagar una millonaria póliza al Consejo Nacional Electoral, siendo este organismo quien ponga la cifra, ello con el fin de garantizar la seriedad de su aspiración política. Luego, empieza otro vendaval de gastos, pues se debe recoger un poco más de 355 mil firmas, lo cual supera el 3% de la votación presidencial pasada. Además, hay que pagar la alimentación, indumentaria (llámese gorras, camisetas, transporte, entre otras) de quienes serán los soldados de batalla de la aspiración de Vargas Lleras. Parece que la plata para él no es problema, aunque sería importante mencionar un camino más corto pero más caro: pagarle a empresas especializadas en recoger las firmas, algunas de ellas cobran alrededor de 750 pesos por cada una.
Pero si para cualquier candidato una de sus mayores preocupaciones es su aval político, ¿por qué el exvicepresidente no lo pidió a Cambio Radical y listo? Sin duda alguna, el sí sería rotundo. Aunque pensándolo bien, los “fantasmas” de 11 alcaldes y 8 gobernadores investigados por casos de corrupción, donde uno de estos fue condenado por asesinato; o de los 349 “honorables” integrantes de esta colectividad sancionados y 41 destituidos en todo el territorio nacional, sin dejar por fuera el fiscal anticorrupción, quien ya fue una tapa más de la corrupción dueña del país, entre otras, serían el motivo por el cual Vargas Lleras quiso iniciar su camino por firmas, dejando de “lado” su partido.
Sin embargo, un buen cuestionamiento a esto podría ser: ¿quién le pondrá los votos a Lleras?, ¿será que Cambio Radical y su gente son los que están con la gorra puesta? Algo así como: juntos, pero no revueltos.