Cambio para que todo siga igual

Cambio para que todo siga igual

Según el exrector de la Nacional, investigadores caracterizan a Hernández como alguien con trastorno de personalidad. Analiza sus propuestas bajo la lupa del cambio

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junio 02, 2022
Cambio para que todo siga igual
Foto: Archivo

Finalizada la primera vuelta de la elección presidencial, quedó advertido que en la segunda se enfrentarán el senador Gustavo Petro, con la mayor votación obtenida por la izquierda en Colombia (8.5 millones de votos) y el ingeniero Rodolfo Hernández con una inesperada votación (5.9 millones), y una sorpresiva derrota de “Fico”, apoyado por el establecimiento y los partidos tradicionales.

Los colombianos votaron masivamente por el cambio, contra la corrupción y el continuismo de las últimas dos décadas, en especial los rezagos del uribismo al que le da cristiana sepultura Iván Duque. La estruendosa caída de la política tradicional se vislumbró en la elevada cifra de los votos anti establecimiento, “voto castigo”, que son los votos de Petro (40,32 %), Hernández (28,15 %) y Fajardo (4,20 %). Es decir, más del 70 % de los 21,5 millones de votantes.

Los grandes perdedores de la jornada fueron los partidos políticos tradicionales, las maquinarias clientelistas, en especial el trio de los expresidentes (Pastrana, Uribe y Gaviria) quienes deberían dar un paso al costado, sino quieren ser los sepultureros de sus conmilitones. La conocida frase del voto por el “que diga Uribe” refleja el Otoño del Patriarca, quien cambio tres veces de candidato, primero con Cabal-Zuluaga, luego Fico y ahora por oportunismo con Rodolfo Hernández, el objetivo es atajar a Petro.

Ganó el voto libre, el voto que expresa abiertamente su inconformismo con lo que representa Duque y su pobre balance económico y social, amén del desconocimiento del país que nunca entendió y hasta afirmo que podría ser reelegido, muy parecido desde la otra orilla a Juan Guaidó que fue presidente de un país que nunca gobernó.

Ganaron los candidatos que recogieron el sentir mayoritario de la necesidad de un cambio: la izquierda democrática representada por el Pacto Histórico de Petro, logró una cifra histórica, con una amplia aprobación no vista desde Rojas Pinilla en los años setenta, que pesé a contar con amplio respaldo popular, perdió por el fraude electoral, lo cual origino el surgimiento del M-19, que recurriendo a la violencia armada pretendía hacer respetar dicho resultado.

También es verdad que en el gobierno de Virgilio Barco depusieron las armas y por la vía electoral entraron victoriosos a la Constituyente del 91 con la tercera parte de sus miembros, al lado de Álvaro Gómez (Conservador) y Horacio Serpa (Liberal). “Alguien quien era un niño en ese momento y que muy joven milito en ese movimiento está a punto de lograr lo que no pudo Rojas Pinilla: La presidencia de la República con un respaldo inicial de casi 9 millones de electores” (A. Gómez Méndez, El Tiempo 1/06/2022).

Vocero de una revolución pacífica inconclusa (Revolución en Marcha), que impulso la reforma agraria donde la tierra cumple una función social y se imponga un impuesto a las tierras ociosas e improductivas fomentando la agro-industria, cambiar el modelo extractivista neoliberal con  una transición tranquila  a las energías limpias, generar empleo productivo protegiendo la industria nacional, una reforma pensional y tributaria para distribuir la riqueza y eliminar la desigualdad social y el impulso a la economía popular. Cumplir los Acuerdos de la Habana y una lucha a muerte a la corrupción yendo a las causas que la originan.

También ganó Rodolfo Hernández, considerado fenómeno electoral que fue capaz de cautivar la centro derecha con una acertada estrategia digital de Facebook y Tik Tok, enfocado en la lucha anticorrupción, responsabilizando a los partidos tradicionales, a quienes llamó politiqueros de oficio a quienes hay que encarcelar y quitarles la chequera, con frases simples como:

“No robar, no mentir, no traicionar y cero impunidad”. Su condición de anti político, empresario acaudalado, así como el abuelo bonachón y autoritario, una suerte de Donald Trump a la colombiana. No tiene un programa de gobierno, pero insiste en que para ser presidente solo es requisito saber sumar y restar, desprecia a los másteres y doctores, evade los debates políticos para no confrontar sus propuestas. Para un país todavía patriarcal y con rasgos semifeudales, el carácter machista y pantalonudo, recuerda al mexicano que se va a la feria de San Marcos para enseñarle a una amada “que de un hombre no se burla una mujer… y los machos de Jalisco, afamados por entrones, para eso traen pantalones” (Cocula de Jorge Negrete).

Con esta estrategia le quitó el espacio a Sergio Fajardo, quizás con uno de los programas mejor elaborados, pero tibio y poco contundente, dentro de una coalición llamada de la Esperanza, con muchos egos y caudillos, la dinamitaron al interior y nunca pudo mostrarse como alternativa real de cambio. Es de señalar que la crítica al gobierno Duque y a la clase política tradicional, no caló y fue tardía.

Es posible que un apoyo a Gustavo Petro, junto a otras figuras que ya lo hicieron, matice las propuestas polémicas, como la “democratización de la tierra, la suspensión de la explotación de yacimientos petroleros y en especial el tema de pensiones”,parte del imaginario colectivo que las ve muy radicales y atraiga a votantes moderados e indecisos que tienen ciertas prevenciones.

Para la votación en la segunda vuelta, como lo señaló Fajardo, “las personas que encabezan las elecciones representan un cambio”, la del Pacto Histórico respaldada en una propuesta programática ampliamente conocida y debatida, que se podría sintetizar en la necesidad de un capitalismo moderno, basada en una economía social de mercado, mediante el acceso de los trabajadores rurales a la propiedad de la tierra y la reforma rural integral, el empleo digno y la inclusión económica de los sectores vulnerables, especialmente de la economía popular a través de medidas fiscales regulatorias y el suministro de recursos financieros, de ciencia tecnología e innovación que permitan un mayor desarrollo y competitividad a las empresas rurales y urbanas, generadoras de mayor empleo a los colombianos.

Al igual, eliminar los privilegios y favoritismos de que gozan los sectores ligados al capital financiero y al capitalismo monopolista, así como los grandes terratenientes poseedores de tierras improductivas. El empresario que genera empleo y paga impuestos siempre estará protegido.

Por otra parte, la propuesta populista de Rodolfo, que sería un salto al vacío, pues carece de un plan programático. Para conseguir nuevos recursos, como una necesaria reforma tributaria, ingenuamente piensa que con eliminar la corrupción sin saber cómo lograrla, se tendrían los recursos suficientes para realizar las metas sociales apalancadas en una reducción del estado.

Más exploración y explotación de los recursos de petróleo, carbón y gas (cero compromisos ambientales), bajar el IVA, legalización de la marihuana para usos recreativos, entre otras. Ya había anticipado que no era necesario tener programas puesto que en las otras campañas habría puntos que pueden ser tomados sin importar su procedencia, con el simplista argumento de que el paciente es el mismo pero los remedios cambian.

Sin embargo, se equivocan quienes piensan que se trata de un payaso olvidadizo, viejito despistado, candidato sin programa y de un empresario exitoso que poco sabe de la Colombia profunda.

Quienes lo han seguido con lupa en sus intervenciones en YouTube, ven aflorar a un político con trastornos de personalidad, que siguiendo lo planteado por un investigador de la UNAL lo caracteriza como una persona con  trastornos de personalidad psicopática: miente con facilidad y descaro, camufla su naturaleza perversa y narcisista, bajo una imagen bonachona y bondadosa, que seduce y convence a cualquier precio, acusa a otros de las cosas que él hace:

Cojan al ladrón señalando al otro (único candidato que tiene imputaciones por corrupción), ve a las personas como objetos o instrumento para usar (hombrecitos que trabajan para su empresa que crece con la tasa de usura), el ganar sin importar los medios a través de sus impulsos violentos en todas las formas y no muestra conexión empática ni siquiera con sus seres queridos. De payaso no tiene nada y que sabe para dónde va, lo que no estamos claros es de quiénes lo acompañan (Andrés Ibáñez, profesor UNAL de Colombia).

Respecto a su admiración por Adolfo Hitler, me viene a la memoria, cómo el autor del genocidio más grande de la historia en el siglo pasado por cuenta de su anticomunismo y contra el judaísmo escribe su obra Mi Lucha (Main Kampf. 18 -07-1925) que se nutrió del apoyo de obreros y empresarios en el proyecto cuya ideología política fue el nacional socialismo. Se sabe que en la taberna Bávara Hofbräuhaus (Múnich) se reunía con los obreros para hablar del socialismo y la explotación del trabajo por cuenta del capitalista. Luego pasaba al hotel Vier Jahreszeiten (Cuatro Estaciones) donde se reunía con la elite empresarial para hablar de liberarse de la deuda contraída en la primera guerra de los imperialistas e impulsar el nacionalismo alemán.

Una vez conocido el resultado electoral en uno de sus primeros trinos dice “No coman cuento” y enuncia 20 diferencias con el Uribismo y luego  otros donde curiosamente coincide con Petro: El rechazo al uso del glifosato y del fracking, completo apoyo a la diversidad sexual y de género, el matrimonio igualitario y la adopción por parejas del mismo sexo, la reanudación de relaciones diplomáticas con Venezuela, implementación del acuerdo de paz con las Farc y una adenda para iniciar negociaciones con el ELN.

Se trata, de unos nuevos enunciados, pero sin consultar con sus posibles apoyos en el Congreso donde las bancadas de los partidos tradicionales son decisivas y muchos de ellos no comparten estas iniciativas. ¿Cuál es la bancada Rodolfo Hernández para impulsar estos proyectos? ¿Respetará la institucionalidad consagrada en la Constitución, los llamados pesos y contrapesos o se legislará de manera autoritaria?

O en un eventual gobierno suyo se decreta el Estado de Excepción y se silencia el Congreso. No se tratará de un salto al vacío o a una suerte de apoyarse en todos, sin tocar los problemas estructurales del país para que todo siga igual.

En los últimos meses, se ha logrado una leve reactivación económica que según el Dane señala signos de crecimiento: el desempleo regreso a niveles de pre pandemia (la tasa cayó 4,3 puntos porcentuales, a 11.2 %), las exportaciones crecieron 54.4 % en los primeros 4 meses de lo corrido del año y el dólar cayó 100 pesos en los últimos días, al tiempo que los mercados recuperan cierta confianza para la inversión.

Sin embargo, los problemas estructurales permanecen allí para cualquier mandatario y se requieren muchos más empleos formales, diversificar el portafolio de exportaciones y cubrir el hueco en el fondo de combustibles que es de 14 billones.

El riesgo de que todo siga igual, es la doctrina del miedo, donde se configura un frente unido, de la sinrazón, de todos contra Petro, (Gavilla contra Petro), el Toconpe, que utilizan los contradictores para minar la esperanza de un verdadero cambio tantos años aplazado que transforme la situación económica y social del país. Las mujeres y los jóvenes serán decisivo en esta gran empresa de cambiar progresivamente nuestro país.

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