El restablecimiento de relaciones entre Irán y Arabia Saudita, representa un importante viraje en la situación internacional y el principal damnificado es Estados Unidos.
La base de la dominación del dólar sobre la economía mundial ha sido que desde la década de los setenta el principal productor de petróleo, Arabia Saudita decidió vender su petróleo en dólares a cambio de garantías de seguridad que le proporcionaba Estados Unidos. Sin embargo, a partir de 2018 esta situación ha venido cambiando pues China desde ese momento está promoviendo por medio de acuerdos con Rusia y Arabia Saudita la comercialización de ese producto en yuanes. Estos acuerdos han tenido particular importancia desde la imposición de sanciones a Rusia por parte de occidente y al hecho de que China compra más del 25% de la producción saudita y esta provee a China del 17% de sus compras de petróleo. India, otro gran importador está comprando petróleo a Rusia en Rublos. Estas transacciones representan una oportunidad para Irán y Venezuela de exportar su producto sin pasar por el dólar y hacer un esguince no menor a la efectividad de las múltiples sanciones impuestas unilateralmente por Estados Unidos.
La monarquía saudita comenzó su viraje hacia oriente cuando Joe Biden le quito su apoyó a la guerra que libraba contra los Huti en territorio de Yemen, posteriormente se acercó a los BRIC, organización que reúne a China, India, Suráfrica, Brasil y Rusia y se vinculó a la iniciativa China dela Nueva Ruta de la Seda la cual considero compatible con su plan de modernización y diversificación denominado visión 2030, el cual se propone el desarrollo tecnológico, industrial y de inversión.
El hecho de que el país árabe no se haya sumado a las sanciones occidentales a Rusia y que hayan manejado conjuntamente la dosificación de las exportaciones de petróleo, desatendiendo la invitación de Estados Unidos a que aumentara la producción de crudo para bajar los precios, es otro paso en esa dirección.
La normalización de las relaciones con Irán puede tener un significado trascendental en la geopolítica del Medio Oriente y del mundo entero. Uno de ellos puede ser la estabilización de la situación política del Líbano. En Siria milicias apoyadas por ambos países luchan entre si, y el acuerdo podría precipitar la paz. En Yemen apoyan bandos diferentes y un acuerdo sería posible. Las diferencias más importantes entre sunitas y chiitas que dividen al mundo árabe, podrían estar en camino de atenuarse.
En las últimas estrategias de seguridad nacional formuladas por Washington, siempre ha estado Irán como miembro del Eje del Mal y se ha alentado su aislamiento, la hostilidad y el enfrentamiento de Israel hacia ese país, apoyando incluso sus operaciones militares contra Irán.
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Estas relaciones no se restablecieron de un momento a otro sino son el fruto de largas negociaciones, facilitadas por China
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Estas relaciones no se restablecieron de un momento a otro sino son el fruto de largas negociaciones, facilitadas por China y seguramente todos los aspectos de la geopolítica regional fueron tenidos en cuenta.
Arabia Saudita es uno de los principales compradores de armas a Estados Unidos y en 2022 compro misiles Patriot por 3 mil millones de dólares y ya en 2019 era el principal comprador mundial de armas. Su influencia sobre grupos extremistas en todo el Medio Oriente es innegable y su enemistad con Irán era una fuente de inestabilidad en toda la región. En el conflicto de Ucrania ha declarado una neutralidad que Estados Unidos ve con recelo y hay un innegable fortalecimiento de su relación con Rusia en aras de darle estabilidad a los mercados energéticos, los cuales Estados Unidos quiere manejar a su servicio.
La agudización de las confrontaciones mundiales no debe ocultar el enorme peso de Estados Unidos en la economía mundial, pues el 62% de las reservas mundiales están en dólares y con ella se efectúan más del 80% de las transacciones mundiales, incluso en el caso de China que tiene exportaciones superiores en un 60% a Estados Unidos, solo comercia en yuanes el 36% de sus operaciones.
De todas maneras, la nueva cercanía entre Irán y Arabia Saudita, aunque no se pueda evaluar en las cifras, si constituye un fuerte golpe a la hegemonía geopolítica de Estados Unidos y una pérdida talvez irreversible a su manejo del mercado petrolero y con el, tarde o temprano, a la preponderancia del dólar en la economía mundial