Comencé mi andadura como columnista para este medio en el mes de enero de 2014, y desde entonces vengo insistiendo cada semana en la misma cuerda de toda la clase política de Colombia, acerca de que aquí no pasa nada, es una política estancada en lo mismo de lo mismo. Se roban lo que debería destinarse para salud pública y gratuita y de excelente calidad para todos y uno escribiendo de lo mismo cada domingo, y solo recibiendo insultos de todos lados. De quien hable uno mal, bienvenidos los insultos. Ya sea de los santistas convencidos de la belleza de la paz que nos vendieron, de los uribistas que no aceptan media frase o aquellos de la nueva izquierda regentada por un tipo del cual se sabe demasiado poco. Llevo más de cuatro años repitiendo mi desconsuelo y escepticismo semana a semana, cambiando el nombre del hombre público del momento, la noticia semanal, de la bandera política que sea, ya que todos han confundido lo que debiera ser la noble labor de servirle al ciudadano y proveerlo de salud pública gratuita con un negocio lo más de próspero y en donde nadie te pide cuentas ya que andan todos en el mismo barco.
Uno escribiendo de lo mismo cada domingo,
y solo recibiendo insultos de todos lados.
De quien hable uno mal, bienvenidos los insultos
Y digo adiós.
Esta nota solo para despedirme como hablador del acontecer nacional, me mamé de esa cosa.
Pues, ¿cómo les digo?, que mis artículos cambian de matiz y serán cortos videos contentivos de micro relatos de mi autoría, cuatro por semana. O sea, los cuatro de golpe el día domingo.
Y solo espero que los gocen tanto como yo gocé escribiéndolos y ahora filmándolos.
Y hablando de…
Y hablando de cambio de planes, solo cerrar para advertir que dejo de hablar de esos señores de la política, pero no bajaré los brazos frente a aquellos que destinan su vida a ayudar al prójimo con muy valientes programas sociales.