Enroque Duque-Petro. Aunque las disidencias se pasean frente al “Torpe-Duque”, quien fue incapaz de incubar incluso Seguridad Democrática, Petro fue elegido para enfrentar a los corruptos y la inequidad, que parecen garrapatas o aftosa.
Desde la Constitución del 91 el Estatuto Tributario ha sido un adefesio, y sus incontables cirugías cosméticas defraudaron. Además de esa intervención, el Presidente de la República prometió masificar la actividad agrícola, porque la ganadería ha sido improductiva e insostenible, aunque las Entidades Estatales del SNIA, CT+I y Asistencia Técnica, dedican la mayoría de recursos a ese rubro.
|Le puede interesar: No le salió la movida a Roy Barreras para complacer a Petro
Manzana "Verde" de la discordia, los países con riqueza petrolera también emprendieron la transformación estructural de su economía, conscientes de que la Edad de Piedra no finalizó porque se acabaran las piedras, sino porque era necesario evolucionar. Igual, incluso las innovaciones más apremiantes afrontan irracionales barreras de entrada.
A quienes atribuyen a Petro el encarecimiento del dólar y la depresión de las acciones, conviene recordarles la indiferencia del Banco de la República durante la pandemia, y su agresiva escalada de intereses para empobrecer a la mayoría. Insurrección bursátil, Gilinski también aterrorizó a los mercados con municiones de petrodólares, y BlackRock anunció su “receso” hasta por 1 año, debido a la prácticamente inminente “recesión”.
Además de la desconfianza que genera Petro, por su pésima gestión en la Alcaldía de Bogotá, tiene en contra la impaciencia que hereda de Duque, según demostró Cabal, congresista casada con el presidente de Fedegan, insultando a Duque y a sus copartidarios del Centro Democrático. Aunque censuro su lenguaje y tonito de capataz, convengamos que muchos validamos su semántica, pues los absurdos o las mentiras quedan patentes.
Paradójicamente, pensé que Duque no terminaría su periodo. Sin embargo, la pandemia lo salvó y lo premió con más poderes que el expresidente Uribe, quien en su momento mantuvo una popularidad inigualable. Pobre Petro, no lo envidio; acaso pueda invocar algún Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, porque el país está arrasado.
Y el planeta viene mal hace décadas. Verbigracia, Merkel tuvo gobernabilidad y aprobación, y nada intentó transformar. Igual, el riesgo del cambio es innegable, como demuestra la buena intención, mala planificación y pésima ejecución en Sri Lanka, para masificar la Agricultura Orgánica a 2030. Total, no condenemos la visión; debemos co-construir la ruta, pues están en juego el bienestar y el futuro la humanidad.
No en vano, el presidente de BlackRock advirtió que “debería preocuparnos más el precio de los alimentos que el de la gasolina”. Colmo de males, la incompetencia del Banco de la República quedó corroborada al anunciar que corregiría la inflación en 9 o 24 meses: una lectura tan ambigua y una promesa con un margen de error tan absurdo, como el de cualquier astrólogo.
En la posesión del nuevo Congreso, Jennifer Arias plagió aplausos injustificados para Duque; además, sabotearon el mandato constitucional de atender la réplica de la antigua oposición. En su auto defensa, los abucheos fueron detonados por “Inti-midar”.
