De lo serio a lo más serio, pero hasta jocoso; de lo serio: el Cambio Climático y sus avatares son un hecho que preocupa. Según los expertos de la ONU, entre otros datos se tiene que: “(…) Entre 1880 y 2012, la temperatura media mundial aumentó 0,85 grados centígrados. (…) Los océanos se han calentado, la cantidad de nieve y de hielo ha disminuido, y ha subido el nivel del mar. (…) Dada la actual concentración y las continuas emisiones de gases de efecto invernadero, es probable que a finales de siglo el incremento de la temperatura mundial supere los 1,5 grados centígrados en comparación con el período comprendido entre 1850 y 1900 en todos los escenarios menos en uno. (…) Las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) han aumentado casi un 50% desde 1990 (…)
Si se adopta una amplia gama de medidas tecnológicas y cambios en el comportamiento, aún es posible limitar el aumento de la temperatura media mundial a 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales”
A su turno, el papa Francisco sentencia que: “13. El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. (…) La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común. (…) Los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos”.
A pesar de dichos llamados y clamores, el señor Trump, hoy presidente de Estados Unidos, se decide por todo lo contrario, aunque se demore su implementación, como lo registra la prensa mundial: “(…) Apenas dos meses después de ocupar el cargo, el mandatario republicano ha puesto en marcha el desmantelamiento de todas las medidas para reducir las emisiones, la dependencia de energías contaminantes y lanzar el mercado de las renovables. Trump firmó este martes una orden ejecutiva con media docena de medidas para recuperar la producción de energías fósiles que amenaza con arrastrar al país décadas atrás”. El coloso en contra del mundo. Y, ahí va.
Ya en lo serio pero jocoso, se vislumbran otros cambios climáticos. Se tienen noticias alentadoras: ante la avalancha de puntos de vista de otra orilla, como la anterior, aparece el ganancioso Macron, presidente de Francia, una sorpresa que aleja a Europa de la ruta fuerte de exclusión, de alejamiento, de aislamiento; el resultado en Francia fue la derrota de los extremos y la claudicación de los partidos tradicionales; la geopolítica toma distancia del fenómeno político que revierte la unión de los británicos a Europa continental, con el brexit, pero que, al parecer, ahora está a punto de un nuevo cambio, pues Theresa May pierde su gran apuesta y se queda sin mayoría absoluta: “(…) su situación política se torna muy delicada, y más en un partido tan implacable internamente como el conservador, una perfecta máquina de poder, intransigente en la derrota. Una de sus diputadas, la europeísta Anna Soubry, ya ha calificado la campaña de May de “horrible” y ha dicho que “debe reconsiderar su posición”. Frase eufemística con la que algunas voces han pedido su dimisión”. Cambio climático fuerte en la geopolítica.
El clima cambia cuando la percepción social
es la entrada de lo que se denomina,
justa o injustamente el castrochvismo
Lo más serio sucede entre nosotros: entre la entrega de armas por parte de la guerrilla, con la intervención de la ONU, se destacan los decretos, en especial uno que parece favorecer, con los mismos bienes de la guerrilla y que debían estar afectos a la reparación de las víctimas, especialmente, a la financiación de sus proyectos políticos, con visión bien que compleja en su manejo, por cuanto la dirección y administración de la fiducia que se constituirá estará a cargo de sus mismos miembros, como lo afirmó el Fiscal General y lo resaltó el jefe de los industriales; de otra parte, el clima cambia cuando la percepción social es la entrada de lo que se denomina, justa o injustamente el castrochavismo, a lo que le acotan el sentimiento de sometimiento, de pesimismo que deambula por el país real; en cuanto a la extradición, sorprende y, mucho, el calibre de carta que, de oficio, la Embajada Americana dirige a la Suprema Corte, en cuanto si es el resultado de la implementación de los Acuerdos de La Habana ¿será que también cambió el clima con la Justicia colombiana? ¿Con el proceso de paz? ¿Con el gobierno que permitió la negación de extradiciones en ese contexto? O, ¿sencillamente es una campanada sobre el festín de liberaciones?
El cambio climático en serio y, el cambio climático, también en serio, pero jocoso, nos muestran una nueva posibilidad política, cambios en la geopolítica y en el clima doméstico.
