Cambiemos el odio partidista por proyectos sociales

Cambiemos el odio partidista por proyectos sociales

"Gran parte de las guerras e intervenciones militares en el mundo se han dado por la descalificación que da la oposición al mandatario de turno, al manipular las normas "

Por: luisalejandrodiaz
mayo 02, 2017
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Cambiemos el odio partidista por proyectos sociales

La guerra interna, como política despachada contra las instituciones del país y las intervenciones a espaldas del gobierno nacional de quienes prefieren la guerra y no la paz, está entre la espada y la pared; es decir, en jaque si no la defendemos de quienes en su diario vivir prefieren la cultura de la guerra al jugar con el miedo, el desconcierto, males internos y la poca fe hacia las instituciones del país.

Los que no concuerdan con la paz se valen de argucias ante autoridades internacionales, en especial Estados Unidos, para desinformar y poner en tela de juicio lo que nuestro pueblo decide en las urnas. Como por ejemplo, la carta que Uribe envió al Congreso de EE.UU. y la supuesta reunión entre Trump, Uribe y Pastrana.

Gran paradoja del Dr. Uribe y Dr. Pastrana para el país. Dividen el credo político de cada persona con falsedad y argumentos sensibleros, dicho por el gerente de campaña por el No e ideologías que perjudican al pueblo colombiano, en especial lo acordado en la Habana (Gobierno y FARC) y la aprobación de la Justicia Especial para la Paz. Con cargo al erario del pueblo acuden con misivas ante legisladores y ejecutivo de Estados Unidos por quienes fueron pésimos mandatarios.

Estas actitudes nos tienen que llamar la atención por la salud política, económica y social del país y por el bienestar del pueblo colombiano.  La manera como están conduciendo las estrategias de desprestigio contra el Dr. Santos, representante del pueblo colombiano, ante Estados Unidos, con tergiversaciones de los pactos realizados y  sobre los problemas internos del país, puede transformar la paciencia en un caldo de cultivo que se transporte a una guerra civil, como la expuesta en el hermano país de Venezuela. Esto porque somos un estado excluyente y racista, no un estado participativo que fomente democracia.

En Colombia la endeble democracia y baja moral, más la distorsión que se haga al plantear discursos amañados para fomentar discordia en tarimas y espacios externos, educa al ser humano, despistado, en la mentira. Este la acoge como verdad, más si proviene de la alta política, porque así como la inversión moldea el aparato estatal, las palabras con enfoques distorsionadas promueven conflictos y enseñanzas.

Gran parte de las guerras e intervenciones militares en el mundo se han dado por la descalificación que da la oposición al mandatario de turno, al manipular las normas y leyes constitucionales como también azuzar al pueblo en levantamiento, lo cual lleva al derrocamiento de la jurisdicción democrática. Todo con el fin de perturbar la democracia y violentar el poder constituido legal.

Siria, Afganistán, Yemen, Egipto, Libia, Túnez y otros, son la fiel representación de quienes no consideraron al pueblo social, como fue la oposición de cada uno de los territorios, para que actualmente se conciba pobreza exponencial y éxodo de sus habitantes por el mundo.

En conclusión, las polarizaciones políticas traen gran tragedia y quienes pagan internacionalmente a grupos expertos en crear caos para desestabilizar democracias legalmente constituidas por el pueblo y su carta magna. Exactamente sucede en el hermano país venezolano, la oposición aforada con recursos externos violenta al pueblo y mancilla la poca democracia que pueda existir, cuando el verdadero motivo no es el pueblo sino la toma del poder, más aún cuando la oposición no presenta proyectos de cambio social, político ni económico, porque suponen que tomado el mando las legislaciones se hacen solas.

Estimada población colombiana, unamos nuestras buenas conductas y no abramos la puerta que establezca una segunda copia del actuar opositor anarquista de Suramérica. Los que no quieren la paz destruyen la poca que tenemos y que nos da libertad, medios de subsistencia y trabajo y movilidad entre naciones.

 

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