A menos de dos semanas de las elecciones presidenciales, los colombianos nos encontramos en un sofisma viciado con propuestas aparentemente realistas que confunden al elector, si éste, no tiene claridad mental, y más que eso, la capacidad de entender que el “cambio” del que tanto habla el candidato de la izquierda radical, más que una palabra, son propuestas, que en la realidad son falacias populistas que calan entre los electores, pero que inciden claramente en su intención de voto.
Pero, ¿Cómo entender a aquellos de la Izquierda radical que hablan del “continuismo” como otro sofisma de distracción?.
La realidad es que nos encontramos con dos palabras que suenan opuestas, pero que en realidad ambas son excluyentes o incluyentes de acuerdo a las perspectivas y no del momento, sino de la conveniencia al país y por sobre todo, para sus conciudadanos.
Si el “cambio” va ser un salto al vacío y con un paracaídas roto hacia el “socialismo-comunismo”, es decir, pérdidas de libertades: la propiedad privada, la libre inversión, la libertad democrática, cohesión social, etc. entonces, si estaríamos hablando de “un cambio puro y duro”.
Y si por el contrario, si habláramos del “Continuismo puro y duro”; entonces, estaríamos hablando de las no pérdidas de libertades: es decir, conservar los derechos a la propiedad privada, la libre inversión y por supuesto, la cohesión social.
En consecuencia, nos estamos enfrentando al manejo del lenguaje de lo que los candidatos quieran obtener a su favor, mas no por lo que al país con sus propuestas les convengan a todos los ciudadanos.
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La pregunta es: ¿Vamos a elegir a un presidente que con un lenguaje falaz dice que va obtener “los cambios”, que necesita el país, usando como escalera a sus electores para “subirse al poder”, para que cuando esté arriba, los tire de su escalera (sus electores) porque el “cambio” ya lo consiguió?
Preguntémonos, ¿En qué consiste el cambio? ¿Será una palabra de moda que revoluciona las hormonas de sus electores porque se les está ofreciendo un “cambio de vida”?
Aterricemos sobre el significado de los efectos del “cambio”, concebido o visto políticamente; pues bien, hay quienes dicen que:
- “La derecha” es la que siempre ha gobernado al país en toda la historia, y que el “cambio” es que ahora es momento de que gobierne “la izquierda”.
- “El Cambio” ya es hora de hacerlo porque van a acabar con la corrupción.
- “El cambio” hay que hacerlo por el cambio climático, por la no extracción de petróleo, gas, carbón o cualquier otro mineral, y muchas más barrabasadas
- “El cambio”, n veces “el cambio” es la palabra y bandera que tienen los políticos sin siquiera entender que “el cambio” es una palabra que denota la acción o transición de un estado inicial a otro diferente, por sustitución o reemplazamiento, según se refiera a un individuo, objeto o situación y que los seguidores como borregos gritan por doquier “queremos el cambio”.
"El cambio" no hay que verlo como lo sugirió en su video el Alcalde de Medellín: “el cambio en primera”, sugiriendo que ganaría el Señor Gustavo Petro en “primera” vuelta y muchos otros alfiles del petrismo puro y duro.
Tampoco “el cambio” es el que “el pacto histórico” tenga en sus huestes el apoyo incondicional de senadores, representantes a la cámara, (reconocidos corruptos como: Armando Benedetti, Roy Barreras, Piedad Córdoba etc.), delincuentes por corrupción que están en las cárceles (los hermanos Moreno), integrantes de la Farc, ELN.
Además de tantos delincuentes que se enfilan en esta interminable lista y que representan “el cambio” según el candidato Gustavo Petro y que 8 millones de colombianos lo siguen como si fuera el “mesías” que con su varita mágica los va a poner a vivir “sabroso” con la “democratización o distribución de la riqueza”, porque así es verdadero “cambio”, quitarles (o expropiar) a los que generan riqueza sus bienes para entregárselos a los que quieren la igualdad social como un derecho y no como un deber de obtenerlo con su propio esfuerzo lícitamente.
“El cambio”, según la Colombia Humana, hoy Pacto Histórico lo viene haciendo desde muchas formas: 1. “El cambio” en el tiempo: porque con ideas revolucionarias armadas incendió el templo de la justicia para inmolarlos y convertirlos en sus posibles aliados en corrupción, aplazamientos y olvidos.
“ El cambio” en el tiempo - Etapa 1: Porque a partir a finales de 2010, se cambió la narrativa mediante el adoctrinamiento de los niños para construir la nueva historia de Colombia, en donde los buenos son los malos y los malos ahora son los buenos, valiéndose de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) y de alfiles en el congreso como el señor Iván Cepeda.
“El cambio” en el tiempo - Etapa 2: porque ahora el “Cambio” es vivir sabroso, como lo dice Francia Márquez, quizás porque 50 millones de colombianos lo vivirían con una libreta en la mano haciendo “cola” para que le entreguen los productos básicos de la canasta familiar o les entreguen bienes y servicios provenientes de los que si generan riqueza o vayan a la universidades de la vida en donde ésta es la única gratis.
“El Cambio” en el tiempo - Etapa 3: porque “los Nadies”, “las Nadies”; “Todos”, “Todas” y “Todes”; “Mayores”, “Mayoras” es el nuevo lenguaje en las plazas públicas que arrancan aplausos, porque es la candidata a la vicepresidencia, quien desempolva el lenguaje de sus ancestros para visibilizarse en una sociedad que vive las mieles del siglo XXI.
- “El cambio” en el modo: porque a partir del año 2021, en el mal llamado “Estallido social”, forjado por una parte, con el adoctrinamiento de esos niños que hoy tienen más de 18 años ha sido el cultivo para alienar su cerebro en constante formación y convertirlos en máquinas “borregas” que siguen las instrucciones de los líderes de la izquierda radical para destruir la propiedad privada y los bienes públicos. De otra parte, porque los valores se han invertido y donde la familia le ha entregado la “custodia” a los profesores izquierdistas para que los eduquen; razón por la cual afrontamos una crisis de la sociedad y de su núcleo familiar.
- “El cambio” en la forma: porqué quieren hacer una transformación mediante dialéctica e inversión de valores, en que el estado ahora será el gran comprador a los campesinos de sus productos agrícolas, a los mineros el carbón, cuyo propósito retórico no es otra cosa que “compra” de votos, en la lucha de clases pura y dura con tan nefasta propuesta.
- “El cambio” en el lugar: si observamos el mapa en las regiones en que ganó Petro (Valle del cauca, Cauca, Nariño, Chocó, Costa Atlántica, algunas regiones de los llanos, parte de Antioquia), son regiones en donde la presencia del narcotráfico y la guerrilla, además de los desplazamientos masivos de la población, “influyen” de groso modo en las elecciones, especialmente en favor del candidato Petro.
“El cambio de lugar”: porque quizás ese cambio de gobierno signifique que muchos colombianos con una maleta en mano y la familia en la otra, estaríamos buscando a qué lugar podríamos estar “aterrizando” en uno de los pocos países de la geografía de la región en donde no esté el socialismo.
“El Cambio” tal como lo requiere la sociedad colombiana es completamente tergiversado en tiempo, modo, forma y lugar; entonces lo que necesita la sociedad colombiana es “un cambio Social” , pero ese cambio social debe estar acompañado de normas, valores, transformación cultural, político, institucional o económico que afecte de manera positiva la relación de personas en los aspectos sociales, sin caer en el paternalismo, en el asistencialismo o subsidialismo del Estado y en donde todos estén en capacidad de generar riqueza para así mismo y a la sociedad a la que hace parte.
“Un cambio social” se caracteriza por modificar estructuras tradicionales en términos de educación, ocupaciones en la sociedad y estructuras en la desigualdad social.
En este sentido, puede reforzar o debilitar la relación entre los orígenes sociales de cada individuo y sus logros educacionales y ocupacionales, aumentando o disminuyendo la igualdad social y la movilidad intergeneracional.
Los cambios sociales se pueden manifestar en diferentes formas y duración según la dimensión de los factores y causas que provocan estas alteraciones.
“Un cambio Social” implica necesariamente una serie de consideraciones o factores como la dimensión geográfica, cultural, tecnológica o ideológica.
Para el caso de Colombia, por su dimensión y topografía del país, la presencia del estado en cada uno de las regiones no es sencilla, y si se tiene en cuenta la presencia de narcotraficantes y guerrilla, porque desafortunadamente nuestra corte constitucional, tiene maniatado al gobierno actual para erradicar los cultivos ilícitos, y lo peor, es que muchos congresistas de la izquierda radical se oponen a erradicar y por el contrario, proponen legalizarla.
Esta premisa afecta, y como efecto dominó, en los factores culturales, tecnológicos; pero en cambio, en el factor ideológico se vuelve transcendental, para poder mantener a los otros factores fuera del alcance de esa parte de la sociedad que la consideran marginada.
En consecuencia:
“El cambio Social” implica necesariamente hacer una reflexión, de que se ha hecho mal en el pasado, que se está haciendo mal en estos momentos; y por sobre todo, que estrategias podemos proponer para que el futuro de la sociedad sea un proceso integral entre la sociedad colombiana y el Estado, en donde la familia supere la crisis en que está sumergida, dado que los valores fundamentales como: el respeto, la honestidad, la relación intrafamiliar, la convivencia etc.
Esto se puede superar con la educación en el interior de la familia y la formación del conocimiento en los planteles educativos.
En entender también que la corrupción es el paisaje cotidiano que se ve en la sociedad y como ejemplo ilustrativo; se observa muy a menudo, ciudadanos que cometen una infracción de tránsito, sacan su billetera, no para mostrar su licencia de conducir sino los billetes para intentar sobornar al funcionario de transito; el primero es corrupto porque lo ofrece; y el segundo, se convierte en corrupto si lo recibe.
Entonces, tenemos que cambiar de discurso, no son solamente los políticos los corruptos, los son también los ciudadanos, que como en éste ejemplo y muchos más, se presentan en la vida cotidiana, y hacen que estemos en una verdadera crisis de valores.
