La primera advertencia que le hago es que este no es un mensaje de apoyo para ningún candidato, así que relájese, esta es una zona libre de campañas. Siéntase libre de difundirlo.
Si usted está cansado de la situación política de Colombia, si ya no cree en nada ni en nadie, si usted considera que ejercer su derecho al voto es una pérdida de tiempo porque la maquinaria política a fin de cuentas está tan dañada que las elecciones no van a servir; o peor aún, va a votar por aquel o aquella porque le pidieron "una colaboración con un votico", mi invitación es a que no se desanime, no trague entero y aproveche esta oportunidad. Cambiar la historia de un país no se logra en uno o dos días cada cuatro años cuando somos convocados a elecciones. Cambiar la historia de un país requiere tenacidad y perseverancia, y lo más importante: su compromiso.
Hágase algunas preguntas: ¿usted es de esos que andan repitiendo todo lo que escuchan en las noticias de los canales privados?, ¿de los que creen en todas esas cadenas de WhatsApp que tan de moda se han puesto y en las publicaciones virales de Facebook? Si usted está leyendo esto seguramente es de los privilegiados que tienen acceso a la información, de los que saben que existe esta herramienta que ha transformado la historia de la humanidad: internet. Le han dicho por ahí que cualquier duda que tenga la puede resolver por este medio, así que si usted no sabe algo es porque no quiere averiguarlo.
Ahora, si usted también es de los que cree que la situación de Colombia este año es de las más críticas que hemos visto en la historia, trate de recordar episodios como el del 9 de abril de 1948, recuerde el Frente Nacional, imagínese lo que sintieron sus padres y sus abuelos, o recuerde lo que sintió usted mismo si tuvo la oportunidad de vivirlo; métase a Netflix y dele play a cuenta serie encuentre sobre la historia de los carteles y sobre la ola de violencia. En fin, haga un breve recuento de la historia, y se dará cuenta que la crisis siempre ha estado ahí. Y efectivamente no podemos negar que hoy tenemos grandes problemas en nuestro país, y aunque usted prefiera la comodidad de creer que "todo tiempo pasado fue mejor", no se olvide que nuestra historia es una de luchas y sufrimientos, pero también una de cambios. La sola condición de estar vivos conlleva constantes estados de crisis. Siempre le vamos a temer al cambio, porque "mejor malo conocido que bueno por conocer", así que: ¿usted sigue dispuesto a aceptar lo mismo de los mismos?, ¿sigue dispuesto a dejarse engañar una y otra vez?
Y no se preocupe, que aquí nadie le va a decir que vote por el uno o por el otro, lo único que le deben decir a usted es que tome decisiones por su propia cuenta, que si hoy la realidad está a un clic de distancia, acérquese a ella, no se aleje del mundo mirando la pantalla de su celular o conversando únicamente con los que están de acuerdo con usted. El debate se genera cuando aceptamos las diferencias, y la igualdad nace en el momento en que hacemos que se escuche nuestra voz. Que si gana Duque, que si gana Petro, que si Vargas Lleras esto y que si Fajardo lo otro... Esa no es la cuestión. La cuestión es si vamos a dejar que otros decidan por nosotros o si por primera vez en la historia le vamos a ganar al mayor de nuestros enemigos: la indiferencia.
Si quiere seguir viendo el noticiero de la noche en sus canales favoritos, hágalo, pero también escuche lo que tienen por decir en canales independientes y de otras afinidades políticas; si quiere seguir leyendo la prensa que en su casa compran, hágalo, pero dele la oportunidad igualmente a los medios de menor difusión. Si quiere seguir viendo tutoriales de maquillaje y las nuevas confesiones del youtuber del momento, bien pueda, sea libre de ver los videos de sus artistas favoritos y sus programas favoritos de televisión por internet, nadie le puede decir que haya algo de malo en eso; pero vaya un poco más al fondo de este cuento y navegue más profundo en el inmenso océano de contenidos que están a su disposición. Hágase el favor de escuchar a aquellos con los que está de acuerdo y aquellos con los que no, sepa defender sus creencias e ideales con argumentos, no con pasiones. Y al más joven al que esto llegue, la invitación es a que se desmovilice: desmovilícese de la apatía y apártese de la sombra oscura de la conformidad, no le crea a aquellos que le dicen: "Usted tiene apenas 18 años, ¿qué va a saber de la vida?"; usted también tienen el poder de construir este país y escribir la historia, pero primero infórmese.
Colombiano, hoy es un día histórico, todos los días de su vida lo serán, así que móntese al bus y escriba la historia, que no solo es su derecho, es su obligación. Si el día de mañana quiere reclamar porque no lo atienden las EPS, si quiere protestar porque las escuelas públicas no dan abasto, si quiere mejores sistemas de transporte y que haya menos delincuencia en las calles, si quiere reclamar por más vacaciones o quiere casa, carro y beca, gánese el derecho a hacerlo, no crea que con nacer aquí es suficiente, y ¿qué mejor manera de empezar que en época de elecciones?
(Pd. No hemos recibido tamal, lechona o mercado de ningún candidato. Seguimos esperando)