Gustavo Petro ganó, lisa y llanamente, porque se “voltió” la arepa, tal como chilló a voz en cuello el cantante Poncho Zuleta, el “Pulmón de Oro” del vallenato. Nuestro premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, de forma jocoso-cariñosa llamaba a Poncho “Garganta de Lata”, apelativo del personaje borrachón del cómic Condorito.
Hubo otros cantantes de igual tonada y en la misma tónica. Entre ellos Adriana Lucía, Andrea Echeverri, David “Kawooq” Jaramillo y la banda Doctor Krápula, Walter “Índigo” Hernández y Totó La Momposina, entre otros.
Una cantante de la contraparte parece estar bajando la guardia. Me refiero a Marbelle, quien acaba de presentar disculpas a la vicepresidente Francia Márquez por lo de los “kingkongnazos”. Pelear con medio mundo no produce réditos y más bien aleja fans.
Incluí Collar de perlas en mi archivo de canciones selectas. La verdad es que el tema tiene un ritmo tecno-carrilero-pegajoso y hay un bonito video en YouTube, grabado en El Show de las Estrellas de Jorge Barón Televisión, programadora que por allá en 1990 se encontraba frente a Unicentro, en uno de cuyos locales laboré por ese entonces.
Al parecer Marbelle trinó la disculpa desde Méjico.
Méjico es el país del golfo, las rancheras, el volcán Popocatépetl, Octavio Paz, el Chavo del 8, la UNAM, el sacerdote independentista Miguel Hidalgo, Frida Kalho, AMLO, Pemex (se pronuncia como grave, a pesar de no llevar la debida tilde en la primera E), etc. En este Estado hermano nació y murió Juan Rulfo, autor de Pedro Páramo, un relato contrapuntístico de ámbito universal en el que se narran sucesos novelados anclados al principio del siglo XX. Ya te digo por qué menciono a este escritor que también es famoso por los 17 cuentos de El llano en llamas.
Resulta que, en la novela de marras, con ocasión de la presencia de revolucionarios campesinos cerca de sus predios ─la ubérrima hacienda La Media Luna─, el gamonal, ricachón y prepotente hacendado Pedro Páramo llama a Damasio “El Tilcuate”, el jefe de su cuadrilla de secuaces. Este le explica que los tales villistas, los alzados en armas, son un ejército muy numeroso y de temer. Es así, por tanto, que Pedro Páramo deduce que es mejor aliarse con ellos antes que enfrentarlos, y le espeta a “El Tilcuate”:
─¿Y por qué no te juntas con ellos? Ya te he dicho que hay que estar con el que vaya ganando.
Consigna de algunos neoliberales en nuestro país para sortear la compleja situación actual. Por lo menos hasta donde les dure la gasolina. La vieja y conocida estrategia del maquiavélico pragmatismo-oportunismo.
Es así que muchos derechistas se han metido a tibios o centristas y se han encaramado en el “petropel” de la victoria. En esto están buena parte del Partido Liberal, el Partido de la U y quién lo creyera, ¡y el PCC!, que en este caso es la sigla del Partido Conservador y no la de los comunistas.
Friquiada quedó la minoría cabalística-ajuaraca-valenciana-gomista, que no da su brazo a torcer y está haciendo llamados a la resistencia retrechera lanzando ruido-sablazos, haciendo pataletas y dando lora con semanalazos por el supuesto desplante que el presidente hizo a altos mandos militares al aplazar la ceremonia de reconocimiento a las fuerzas armadas, evento que se realiza por tradición en una especie de campo sagrado de la Escuela de Cadetes General José María Córdova, al norte de nuestra capital.
Igual fue después y no ha pasado nada.
Ya. Calma. Con el debido respeto, dejen la joda.
Para los que sabemos fue un desaire autoritario, irrespetuoso y burlesco. Luego se explicó que el presidente tuvo un malestar y tú indispuesto no vas a la tienda de la esquina y menos a una caminata por un lote.
El presidente de la Colombia Humana es un ser humano como cualquiera, que puede sufrir retorcijones estomacales. Seguro se tomó una sal de frutas ─alivio de una─, se repuso de ramplán y a los dos días voló a la Base Aérea de Apiay, cerca de Villavo, a reacomodar su vientre con un sancocho de costilla magra y un plato con bisté, lenteja, arroz, papa, banana y aguacate. ¿Y de líquido? Aguapanela helada con limón. Este sopa-y-seco puede ser uno de los platos de los menúes en las tantas bases militares en nuestro territorio nacional, siete de las cuales tienen, al parecer, tropas americanas. Al respecto, ¿qué ha dicho Petro de esto?
Te aclaro que el plural «menúes» no es aceptado por la RAE ─ya tú sabes: la academia de la lengua “castillana-chapetónica”─, pero es el que mejor me suena. Hay palabras agudas terminadas en U en que así es el plural: champúes, zenúes, zulúes, hindúes, manchúes. Hay palabras que aceptan las dos formas: iglúes e iglús, cebúes y sebús, ñandúes y ñandús, bambúes y bambús, tabúes y tabús, caribúes y caribús, y emúes y emús.
Nuestro lorano, orense o cienagadorense presidente seguirá teniendo uno que otro malestar. Ojalá solo tenues. Ojalá no estresantes.
Y continuará tomando decisiones. Unas de cal y otras de arena.
Dice la canción Decisiones, de Rubén Blades:
“…Decisiones (¡Ave María!) / Cada día (sí, señor) / Alguien pierde, alguien gana, Ave María…”