Enclavado en la cordillera occidental, a 1500 msnm, en el Valle del Cauca se encuentra un lugar de bellos paisajes, apodado la Suiza de Colombia: Calima El Darién. Sin embargo, este bello paraíso se encuentra bajo dos grandes amenazas.
- La primera, candidatos a la alcaldía con un oscuro pasado y de dudosa reputación que son lobos con piel de cordero que emplean las viejas y sucias artimañas de comprar votos con regalitos, tejas, cemento, balones, uniformes, festivales, etc. Además, a través de sus serviles títeres y bufones de turno, que no tienen más argumento que el chisme en redes sociales, no hacen más que tratar de deslegitimar y desprestigiar el trabajo social de aquellos que se han atrevido a denunciar la corrupción y que han tomado la vocería para hacer valer los derechos de un pueblo en el letargo. No siendo suficiente con eso se valen de bandidos armados que usando la estrategia de la intimidación van por ahí amedrentando a líderes campesinos o a los líderes sociales que se atreven a denunciar o sacar a la luz pública todo lo oscuro que pasa en el territorio Calima. Todo ello con el extraño silencio de las autoridades locales que niegan tener conocimiento de dichas acciones. ¿Tal vez porque detrás hay alguien de mucha influencia o poder o porque dicho silencio ha sido comprado?
- La segunda, las solicitudes de explotación minera, conocidas por la actual administración y el concejo desde 2016, información que se tenían bien reservada pero que se hizo pública gracias a la funcionaria Heidy García, a quien (durante la primer mesa de concertación creada a raíz de la "Marcha por la Dignidad Campesina de Calima" en octubre de 2016 ) un líder campesino indagó con insistencia acerca de "por qué para las vías privadas sí había material de cantera pero para las vías rurales no". La desfachatada respuesta de la descontrolada funcionaria fue: "No tenían permiso para explotar material de cantera ya que el 70% del municipio estaba solicitado para explotación".
A pesar de las diferentes solicitudes realizadas por ciudadanos para que en el municipio se prohíba la explotación minera, el alcalde y el concejo demostraron lo poco que quieren al municipio: no tomarán cartas en el asunto y además se lavaron las manos diciendo que eso era a nivel nacional.
El futuro de nuestro municipio, de nuestras familias y de nuestro bello paraíso está en riesgo si no tomamos conciencia y si no sabemos elegir en las próximas elecciones.
¡Calima, es hora de despertar!