Una gran movilización ciudadana registra por estos días el departamento del Valle del Cauca en defensa del principal centro asistencial del suroccidente colombiano, el Hospital Universitario, HUV, afectado por una crisis que lo tiene al borde del cierre, con un déficit para su funcionamiento que se calcula en $200.000 millones.
A pesar de las denuncias reiteradas de organizaciones sindicales y estudiantiles, médicas y comunitarias que alertaban sobre la falta de atención a los graves problemas financieros de la entidad, los gobiernos Nacional y Departamental dejaron que la crisis se profundizara y por estos días tratan de imponer sus medidas de intervención.
Estas son rechazadas por diferentes sectores ciudadanos y estudiantiles del Valle por considerar que conducirían al cierre de este centro asistencial de nivel tres, que brinda cobertura a diez millones de personas del Valle, Cauca, Nariño, Putumayo y Chocó, departamentos que configuran una de las zonas más agudas del conflicto social y armado en Colombia.
Una de las movilizaciones más grandes de los últimos años realizadas en Cali fue la que tuvo lugar el jueves 17 de septiembre, impulsada por estudiantes de la Universidad del Valle, declarados en paro desde el viernes 11 de septiembre y hasta tanto haya solución a la crisis de su hospital, que afecta las prácticas de 900 alumnos de la Facultad de Medicina del alma máter.
La protesta fue respaldada por docentes y trabajadores de diferentes instituciones y sindicatos de la ciudad, lo mismo que por colectivos que defienden el derecho a la salud pública contra la privatización del sistema.
Los manifestantes recorrieron la Avenida Calle Quinta, una de las más importantes de Cali, desde el sur de la ciudad, hasta desembocar en la Plaza de San Francisco, a un costado de la cual se encuentra el edificio de la Gobernación del departamento.
Allí se realizan permanentes plantones de protesta y se tiene programado, en caso de que el Gobierno ordene la intervención del hospital, la instalación de campamentos de rechazo a tal medida.
Jornadas en Cali y Bogotá
El miércoles 16 de septiembre, estudiantes de la Universidad del Valle y de la Universidad Nacional en Bogotá, apoyados por trabajadores, realizaron un plantón en frente de las oficinas del Ministerio de Salud y posteriormente hicieron presencia en el Congreso de la República, donde plantearon la urgencia de medidas para salvar al HUV.
El domingo 20 de septiembre se cumplió una demostración de respaldo al Hospital denominada el HUV en Dos Ruedas, en la cual participaron, entre otros, estudiantes de Medicina de la Universidad del Valle y se realizó en puntos de prácticas deportivas y recreativas de Cali, con el fin de generar conciencia en la ciudadanía acerca de los alcances de la crisis de su principal centro de salud pública.
Para el martes 22 de septiembre estaba programada una marcha de antorchas; para el miércoles 23, una gran asamblea estudiantil en la sede de Meléndez de la Universidad del Valle, y para el jueves 24, una nueva movilización por las calles de Cali.
Todas estas actividades, organizadas por colectivos estudiantiles, como Salvemos el HUV, la Federación de Estudiantes Universitarios, FEU, y otras, contemplan también jornadas de sensibilización en las estaciones del Masivo Integrado de Occidente, MIO, en universidades diferentes a la del Valle y en las comunas 18 y 20.
Las causas de la crisis
La crisis del HUV viene de tiempo atrás, y tiene como telón de fondo el progresivo proceso de privatización del sistema de salud en Colombia representado en las llamadas Empresas Prestadoras de Salud, EPS, las principales generadoras del fenómeno en el Valle, pues le adeudan al Hospital Universitario $125.000 millones derivados de su intermediación.
De igual manera, en la bancarrota del centro de salud tienen gran incidencia las denominadas alianzas público-privadas, contratos leoninos implementados en el Hospital Universitario del Valle, de los que, de acuerdo con voceros de organizaciones sindicales, estudiantiles y analistas, solo se han nutrido los negociantes particulares de la salud, a quienes se les entregan áreas vitales para su usufructo.
Un tercer factor de la crisis es el manejo politiquero al que históricamente ha estado sometido el hospital, en manos de redes clientelares que lo han convertido en botín electoral con la generación de una enorme nómina paralela que cuesta más de tres mil millones de pesos mensuales.
La crisis es de tal naturaleza que, de acuerdo con denuncias, muchos de los más de mil empleados contratados mediante la tercerización llevan hasta cuatro meses sin recibir sus pagos, en tanto que los 1.500 trabajadores de planta han visto restringidos también sus derechos.
El peloteo de los gobernantes
Pero mientras la crisis crece, el Gobierno Nacional se halla en un peloteo endilgando responsabilidades al Gobierno Departamental, encabezado por Ubeimar Delgado, y éste trasladando culpas al director del hospital, Jaime Rubiano.
Rubiano, debido a su mala gestión y a los contratos público-privados, fue separado temporalmente del cargo, pero cuenta con el respaldo del ministro de Salud, Alejandro Gaviria, y de sectores afines a las privatizaciones.
Interrogado sobre las protuberantes deudas de las EPS con el HUV, el ministro Gaviria señaló, en declaraciones al diario El País de Cali: “… hay mucha incertidumbre sobre las deudas”, y agregó: “Según la Circular 30 de la Supersalud, el principal deudor del HUV es el Departamento: el Hospital dice que le debe $60.000 millones, el Departamento solo reconoce $30.000 millones. El Hospital dice que Caprecom le debe $34.000 millones, la EPS estatal reconoce $10.000 millones. El Hospital dice que Emsaanar le debe $54.000 millones, la EPS reconoce $22.000 millones. La depuración de la cartera es fundamental”.
La postura del Ministro es la defensa a toda costa de las EPS al no reconocer la magnitud de las deudas y al trasladar el grueso de las mismas a la Gobernación del Valle.
Como dijera un reciente pronunciamiento de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT: “Frente a esta crisis, algunos parlamentarios del Valle son partidarios de una intervención del hospital, lo cual consideramos incorrecto y creemos que se deben buscar salidas como declarar la emergencia sanitaria y de eventos catastróficos, contemplada en el Plan de Desarrollo 2015, blindar los recursos que llegan al HUV de los embargos de los mercaderes de la salud, modificar los recursos provenientes de estampilla de manera temporal y con destinación específica y si es necesaria la presencia de la Supersalud, que sea sobre la figura de un programa de recuperación como medida preventiva, que es muy diferente a la intervención”.
Mientras tanto, la falta de atención en el HUV se empieza a reflejar en otras dependencias públicas de salud de Cali y el Valle del Cauca, y los grandes damnificados son los usuarios de los cinco departamentos que no solo afrontan sus enfermedades, sino que ven cómo su gran esperanza para sanarse, el Hospital Universitario, agoniza.
Todo indica que la lucha de estudiantes, trabajadores y ciudadanos en el departamento se intensificará, pues ante el crecimiento de la crisis, también sube el calor de las acciones populares en procura de salvar el HUV.