Una ciudad en la que se consume mucho más plátano que papa, se vio invadida del tubérculo que abundaba en los depósitos y los mercados, por cuenta del paro campesino. Una familia de comerciantes locales, propietaria de una tienda en un barrio popular al oriente de Cali contó que cuando fueron a la Central de Abastos del Valle para surtir su negocio encontraron el precio al doble de lo normal, además de que la oferta era súper pobre, la poca que había fue arrasada por los acaparadores.
“En Buenaventura hay en estos momentos, aproximadamente unas 300 mulas, cuando se supone que deberían haber más de 3000” según informo La Asociación Colombiana de Camioneros .
En la Unión, Valle, la tierra de la uva Isabela, los agricultores decidieron regalar o hasta botar la fruta porque el flete resulta tan costos que movilizarla hacia Cali o los municipios del norte del departamento no les compensa. El paro ha terminado cambiándole las costumbres alimenticias a los caleños y los que no habían probado el jugo de uva, pues en La Unión lo regalan y es la oportunidad de probarlo gratis.