Da igual que llore cada dos por tres, que sea muy generoso con sus trabajadores en Sidoc, que sea millonario, que su hija haya hecho una carta defendiéndolo, que haya perdonado a su captor o que tenga fama de mal geniado. Dígale como quiera Armitach/Armitaj/Armitage/Figura, la gente en su mayoría cree que al alcalde, Cali le quedó grande.
Predica, pero no practica. Da Papaya y nos insulta cada vez que sale a decir, palabras más palabras menos, que esa tal inseguridad no existe. ¡Qué fácil es salir a decir esas sandeces cuando se moviliza seguido por un séquito de escoltas en carro blindado! ¿Diría lo mismo si anduviese por la “Cali europea” que nos vendía Guerrero y parece querer seguir vendiendo nuestro alcalde empresario, si lo hiciera sin ningún tipo de escoltas? No creo.
Los artículos tienen mucho más peso cuando se acompañan de cifras que ayuden a contrastar un punto de vista. No obstante, le pido perdón a usted amigo lector, también mi amiga periodista que me enseñó tan importante perla, pero ya estoy cansado de las cifras utilizadas para demostrar que las cosas van un poquito menos mal que el período anterior, o que la percepción y las cifras van por caminos distintos.
La falta de autoridad, la dejadez, la pereza por querer coger el toro por lo cachos, nos tienen indefensos en Cali. Impotentes, cansados de esperar resultados contundentes y, lo peor, cada vez más amigos de aplaudir cuando al delincuente capturado en flagrancia, la comunidad le da su “masajito terapéutico reflexivo”, aunque no se reconozca públicamente. La gente se está tomando la justicia por sus manos, sencillamente por la inoperancia del alcalde, la caída de confianza en la policía, por no decir claramente en la justicia.
Es lamentable y claramente debo decir que NO apoyo que se ejerza justicia en propia mano, pero es una realidad latente. No se trata que desde esta tribuna, o desde la de muchas otras personas en sus redes sociales, se haga mala prensa a la situación que vivimos en la Sucursal del Cielo, pero francamente o son una partida de incompetentes, o viven una realidad paralela (como si fuesen del equipo de gobierno de Trump).
La Alcaldía de Cali saca muy mala nota en materia de:
1. Seguridad: suficiente ilustración….y hasta ganas de llorar da. Si eres famoso o familiar de famoso, tranquilo. Le ofrecerán ponerle esquema de seguridad, como a la esposa de Viera, o le recuperan el carro robado en dos horas como a Yuri. Luego, no se pongan a decir que el “usted no sabe quién soy yo” no aplica cuando le vaya a poner el denuncio del incidente a la Policía.
2. Movilidad: ¿alguien ha visto un verdadero ejercicio por mejorar el MIO?, ¿combatir la piratería?, ¿poner en cintura a los amarillos con su cuento de los cupos o a los motociclistas irresponsables?, ¿que el secretario Orobio se ponga de acuerdo con el Director de la Policía para saber qué van a hacer para que no se sigan cometiendo desmanes en el bendito Túnel Mundialista?
3. Control del espacio público: ¿Será que en la Alcaldía piensan que es un sano ejercicio de “emprendimiento empresarial” seguir dejando que cada andén y semáforo de la ciudad se siga copando de vendedores ambulantes?, ¿contribuye este desorden ambulante al desarrollo de Cali?
Está claro que solucionar todos los problemas de la ciudad en tan poco tiempo es virtualmente imposible. Sin embargo, de allí a que el alcalde siga haciéndose el de la vista gorda y se mantenga en su tozuda posición para no escuchar a los habitantes de su terruño —discúlpenme la expresión, estamos mamados de la falta de pantalones— sencillamente no ayuda a construir un panorama alentador para Cali.
Alcalde, por lo que más quiera: militarice Cali, mientras sus planes sociales para combatir la delincuencia empiezan a surtir significativos resultados; dígale a Nicolás que ponga en cintura a los concesionarios del MIO y que mejoren y amplíen el bendito servicio; valore la opción de buscar un funcionario más competente para la movilidad en Cali; reconozca que la informalidad NO contribuye al desarrollo de la Ciudad, y exija más resultados a su secretaria Lugo.
En su equipo de trabajo hay gente valiosa, talentosa y comprometida, ¿no será hora de dar un revolcón y subir la vara para que todos tengan el mismo buen nivel? La Alcaldía NO se puede manejar como una empresa privada, equivocado y terco es quien así lo sigue pensando. Esto NO es un tema de percepción, es una realidad apremiante.
Den paso ya a la humildad, al reconocer errores, escuchar el clamor de los caleños y ponerse a trabajar.
