Y se abrió el telón, apareciendo una diversidad de colores, rostros, música, símbolos y discursos muy bien elaborados, tratando que, nada se quedará sin ser abordado. Y claro y frente a tan importante escenario, no podían faltar los representantes de la clase política, muy comprometidos con sus acciones u omisiones en acelerar los efectos negativos al cambio climático. Les faltó vestirse de plumas, ponerse taparrabos y utilizando los tintes ancestrales, haberse camuflado sus rostros para que, la farsa fuera más creíble. Desde hoy Cali de pronto lucirá más limpia, en sus calles habrá menos indigentes, los raponeros, temerosos por la alta presencia de cuerpos de seguridad, se instalarían en lugares más profundos y menos visibles de la ciudad o igual que, muchos de sus asistentes, también tuvieron la capacidad de mimetizarse y estarán como unos invitados más. Y después los Estados que se hicieron presentes, ¿tendrán la capacidad y voluntad de cumplir con los compromisos que se desprendan de tan importante evento? ¿Ocurrirá, como en el reciente pasado, donde hubo buenas intensiones, pero pocas realizaciones? Ya lo advertía en el pasado, un poeta santandereano, asesinado por el Estado, "esta generación está en peligro, se siente en el aire y se sabe que quieren liquidarla...". ¿Estaremos dispuestos a ceder a nuestras comodidades, para permitir que, florezcan las plantas, a consumir menos, a compartir más, a levantar nuestras miradas, hoy fijas a las pantallas, convirtiéndonos en especies de zombies? Que aparezca el viche, el colorido chontaduro, las empanadas, el pandebono, la lulada, el sancocho en fogón de leña, los cuarésmelos y demás delicias vallecaucanas. Bienvenidos todos y los resultados sean de gran relevancia.
Cali, enCOPetada y en modo pachanguero
Por estos días de COP, Cali luce más limpia, en sus calles hay menos indigentes. Los raponeros, se instalan en lugares más profundos y menos visibles...
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