Iniciando diciembre, el primer día del mes más feliz hubo una catástrofe en la ladera de Cali. Las fuertes lluvias que sobre pasaron lo normal en la ciudad causaron el desplome de una casa de dos pisos, dejando el saldo de seis personas muertas. En su mayoría menores de edad, hoy la ciudad lamenta lo sucedido, pero no hay conciencia de lo que puede ocurrir si estas lluvias continúan.
Después del trágico desenlace la alcaldía se dio a la tarea de hacer un inventario de las casas que corren peligro en la ladera, sin tener en cuenta que no solo donde ocurrió la tragedia puede ser posible esto. Muy oportunamente después de las peticiones de los vecinos de los afectados la alcaldía llego hasta el lugar y brindo su ayuda; pero se está dejando de lado la otra mitad de la montaña.
En la zona alta de la comuna 20 de Cali es muy común ver casas montadas encima de otras, algunas sostenidas de solo dos grandes bloques de cemento y otras al borde de un abismo. La tragedia ya ocurrida, como los habitantes de “La nave” dijeron: ya estaba anunciada. Y sigue anunciada otra posible tragedia si continúan las lluvias en estas proporciones, no solo los culpables son los habitantes por sus casas inseguras sino también el estado; las carreteras se derrumban y no hay quien las arregle, las cañerías se taponan y no hay quien las destape, incluso es muy común ver corrientes de agua limpia desperdiciándose con algún daño en la calle y a las semanas aparece la empresa encargada del arreglo a hacer algo. Es inconcebible la falta de ayuda en esta comuna, y en otras.
Se siente el temor en los habitantes de la comuna al darse cuenta de lo ocurrido y lo que puede ocurrir más adelante, las inundaciones no se hacen esperar, la lluvia no cesa y la naturaleza no se apiada de nadie. No se puede precisar que casas pueden tener problemas en su estructura y corren peligro, se necesita la ayuda de personal calificado; mientras tanto Dios es el único apoyo de Siloé.
La ladera corre peligro, sus habitantes lo corren; son tragedias anunciadas las que pueden ocurrir. Es hora de buscarle una solución a este problema que ya lleva años y ya ha cobrado vidas, no podemos seguir permitiendo que las personas mueran por el desinterés de la ciudad por su zona alta. Es hora de que los caleños se den cuenta que Cali es Cali pero también es loma.