En un carrito viejo Pedro Muñoz Herrera recorría las veredas de Chinchiná. Compraba café a pequeños productores, luego lo secaba en un silo que compró con un préstamo. Esto fue a principio de los ochenta y, ya todo ha cambiado. La Compañía Cafetera La Meseta, ahora es la segunda compañía exportadora de café después de la Federación de Cafeteros.
Pedro Muñoz Herrera nació en 1925 en el corregimiento llamado en esa época El Guayabo y, más tarde, Bolivia. Un corregimiento del municipio de Pensilvania, situado a pocos kilómetros de la población de Manzanares, donde para él y sus cinco hermanos, las oportunidades de estudio fueron pocas, pues la situación económica de la familia no lo permitía, como tampoco la oferta educativa local.
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Pedro quería ser más que un campesino de Manzanares. Por eso aprendió a manejar carro apenas aparecieron los primeros vehículos por la carretera que se inauguró en 1945, un oficio nuevo que le abrió nuevas oportunidades de trabajo, en el comercio, de la mano de su hermano José, fue en esos recorridos que conoció en Villamaría a la que sería su esposa, Aleida Castaño. Se trasladó a Manizales donde abrió misceláneas y tiendas de barrio. Sin embargo, su fortuna se consolidaría no sólo con trabajo sino con un golpe de suerte.
En 1980, Aleyda, la esposa de Pedro, recibió en herencia de su abuelo Manuel, un predio de 7 cuadras, localizado en Los Cuervos, vereda del municipio de Villamaría a solo 5 kilómetros del área urbana de Chinchiná. Allí la familia construyó una casa con material de madera donde se fueron a vivir, cultivaron café arábigo, y Don Pedro se rebuscaba la vida vendiendo revuelto en la galería de Chinchiná. Allí nacieron sus seis hijos, Carlos Alberto, Jorge Hernán, Juan David, Luz Estella, Gloria Clemencia y Fernando.
Como buenos paisas, se compraron dos marranas de cría, pero el negocio no prosperó, y aquí vino la gran decisión, con la venta de los cerdos y un préstamo bancario, Don Pedro compró un silo para secar café de 80 arrobas que aún conserva, y con su viejo carro recorría las veredas de campesinos que los conocían de sus actividades comerciales y les compraba café, que secaba y vendía como grano seco.
Poco a poco fue adquiriendo otros predios, sus hijos se involucraron en el manejo de la empresa, sobre todo Fernando que tenía un gran olfato para los negocios y visionó la empresa, Jorge Hernán es el actual gerente general, quién ha consolidado la empresa, el diario La Patria lo distinguió como El Caldense del Año 2020, entre otras, por recuperar para Caldas el liderazgo de la exportación de café. Don Pedro sigue viviendo en la finca que heredó su suegro, en la vereda Los Cuervos, a 10 minutos del casco urbano de Chinchiná, en medio de los cultivos de café.
Para el cierre del año 2020, La Meseta contaba con 792 hectáreas para la producción de café, pero además compra grano en Antioquia, Caldas, Tolima, Nariño y Huila. Su proyección de exportación para el 2021 era 20.000 sacos a 43 países de los 5 continentes, siendo Estados Unidos su mayor cliente, a donde se envía más del 40 % de su producción, seguido de Alemania y Japón. Su apuesta es por la venta de cafés especiales certificados internacionalmente.
Colombia es el tercer mayor exportador de café a nivel mundial después de Brasil y Vietnam. La Compañía Cafetera La Meseta compite con Sociedad Exportadora de Café y Carcafé por el segundo puesto en exportaciones luego de la Federación Nacional de Cafeteros. Como trilladora es la cuarta del país en ventas detrás de Racafé, Olam Agro y Carcafé, el año pasado vendió $ 823.512 millones, ubicándose en la posición 226 entre las empresas de más ventas en el país.
A sus 97 años don Pedro sigue levantándose temprano, pendiente de la empresa con la que hizo fortuna y torció su suerte. Aún tiene el carrito viejo con el que empezó su gesta. Ya no lo monta. Ahora es el tiempo de saborear su café.