Cada vez son más los jóvenes colombianos que llegan a un país extranjero en búsqueda de una mejor calidad universitaria que, en muchos de los casos, termina siendo su única opción de progreso ante las pocas oportunidades educativas y laborales en sus lugares de origen.
Pero, así como a resultado ser temerario o complicado desde el principio, aventurarse a otra latitud ha significado para muchos de ellos la mejor decisión que hayan podido tomar en sus cortas vidas. Las retribuciones académicas y laborales han superado sus expectativas iniciales logrando vivir experiencias únicas, ganar recursos económicos y ser el orgullo de sus familias intranquilas en Colombia.
Argentina sigue representando uno de los destinos más concurridos para miles de compatriotas. Su capital año tras año es reconocida en el Ranking Q.S Best Students Cities como la mejor ciudad para los estudiantes en América Latina. La calidad de sus universidades es indiscutible y, aparte, en las carreras de pregrado —y algunas de posgrado—, la universidad pública ofrece la gratuidad y excelencia que miles de jóvenes sueñan para su formación.
La actual coyuntura crítica del país, con una crisis económica, inflacionaria y social acompañada de un alarmante aumento de los precios de los bienes de consumo e impuestos, ha puesto a los estudiantes extranjeros en serias dificultades para su sostenimiento. Esto se ha visto reflejado en el recorte de sus gastos, el deterioro en sus condiciones de vida o en los casos más extremos, el regreso a sus países con sus frustraciones.
Aún con todos estos factores en contra, gran parte de los estudiantes extranjeros siguen desarrollando sus carreras profesionales en el territorio argentino. Si bien no llegan a representar el 5% del total de estudiantes universitarios en el país, en promedio, este grupo poblacional o contribuye con el triple de dinero que el turista promedio gasta en consumo de alimentos, alquileres, entretenimiento y aranceles.
Así mismo, los más de 50 mil estudiantes extranjeros cursando carreras de grado completas —sin contar los 250 mil que vienen de intercambio cada año— han enriquecido los debates dentro de la cotidianidad en las aulas y espacios comunes, se han convertido en embajadores de las ciudades argentinas en el mundo y han internacionalizan cada vez más sus universidades. Todo esto, mientras siguen generando excelentes aportes académicos, investigativos y laborales en distintas áreas.
Particularmente los estudiantes colombianos han dejado una huella indeleble para muchos argentinos, no solo por crear empresas, ascender laboralmente o dirigir distintos proyectos educativos, sociales y políticos; sino que los más de 10 mil compatriotas en carreras de pregrado y posgrado siguen destacándose en sus aulas y puestos laborales en camino a cumplir los objetivos por los que aterrizaron al sur del mundo.
Esto nos reafirma las palabras de Juan Goytisolo: “Las raíces de los hombres son los pies”. Precisamente son esos pasos (aventuras, decisiones y riesgos) los que a muchos de ellos, además de enseñarles mil lecciones, han terminado por salvarlos de echar raíces como árboles mientras impacientemente sus oportunidades y sueños se iban enterrando en la tierra.