Aún no nos reponemos del sunami que constituyó saber que Bad Bunny venía a Colombia y que la boleta mas cara, por persona, costaba dos millones de pesos. Aún hay gente que se rasga las vestiduras -y se quita a manotadas la barba- maldiciendo que música tan infecta perturbe los oídos. La verdad es que a lo largo de la historia todos los géneros nuevos, en realidad todas las generaciones jóvenes, deben abrirse paso a codazos ante el prejuicio de los viejos. El reggetón no ha sido la excepción.
Desde que arrancó hace veinte años, con las canciones de Daddy Yankee, venimos en un tire y afloje. ¿Es una basura el reggetón? Los viejos se aferran al rock como una de las bellas artes olvidando sus orígenes mas que dudosos.
Le tenemos miedo al cambio y una generación completamente diferente se está imponiendo, aplastando a los más viejos. Los que no se adapten perecerán.
Por eso, para aportar a la discusión, un experto en música, el influencer español Shaun, le va quitando las telarañas del prejuicio a Bad Bunny y muestra que, a pesar de lo que digan los abuelos que se la pasan escuchando a Mozart, la música del Conejo Malo es más compleja de lo que parece: